Valencia y Barça dejan los deberes para el Camp Nou en un choque marcado por la polémica

Valencia y Barcelona empataron a uno en Mestalla en un partido intenso y con buenos momentos de fútbol, pero marcado por la polémica arbitral. Jonas adelantó a los 'ché' y Puyol empató el choque, después de que el colegiado González González se 'tragara' una mano fuera del área de José Manuel Pinto que le hubiera supuesto la expulsión poco después del minuto 20.

Con cero a cero en el marcador y con un Valencia muy presionante, un balón en largo hacia Soldado hizo salir de la 'cueva' a Pinto. Sin embargo, el delantero, muy astuto, iba a tirar un autopase para superar al arquero que, con la posición perdida, decidió sacar la mano para detener el balón fue del área. El colegiado, sin embargo, fue el único en todo el estadio que no vio falta y expulsión en tan clara acción.

Pero, por si fuera poco, Leo Messi volvió a ofrecer una imagen poco habitual. Desacertado y poco participativo, el 'crack' argentino no tuvo uno de sus mejores días, en una actuación gris que se vio coronada con el fallo en un lanzamiento de penalti que hubiera dado la victoria a su equipo y hubiera dejado medio sentenciado el pase a la final de la Copa del Rey.

Ambos equipos ofrecieron un gran espectáculo, en un partido en el que el Valencia decidió salir al ataque y, el Barça, algo más contemplativo, a sabiendas de que la vuelta se jugaría en el Camp Nou. Aunque el empate final deja en mejor posición al Barça por alcanzar la final, el Valencia sabe que una victoria por la mínima le daría la clasificación, un resultado que los de Emery confían en poder lograr.

Polémica desde el primer momento

El Valencia, sin complejos, se decidió a meterle revoluciones al partido desde los primeros minutos. Y lo cierto es que el Barça lo acusó, y en los primeros minutos poco o nada se acercó, salvó una gran falta lanzada por Leo Messi en el minuto 6 que lamió el palo derecho de Diego Alves. A partir de este momento, el conjunto de Emery se volcó al ataque, en busca del gol que los adelantara en el marcador.

Pero si estos días atrás mucho se ha hablado de las polémicas arbitrales, este miércoles no podía ser menos controvertido: corría el minuto 17 cuando un genial pase de Banega fue a parar a Soldado, quien con habilidad tocó el esférico para superar a Pinto en su salida. El meta en un acto reflejo, cortaba el balón con la mano fuera del área, y el árbitro no sancionaba ni falta, cuando el arquero debió ser expulsado.

Si González González hubiera tomado la decisión correcta, le eliminatoria podía haber tomado un color muy diferente, pues el Barça hubiera jugado con 10 más de 70 minutos en Mestalla. Pero el Valencia no se resignó y sólo dos minutos después Soldado estaba a punto de lograr el tanto, tras una gran volea después de un gran córner de Banega. Y dos minutos después, Alexis perdonaba un mano a mano con Diego Alves.

Jonas y Puyol hiceron los goles de sus equipos

Sin embargo, sólo siete minutos después, los 'ché' daban un puñetazo encima de la mesa. Mathieu aprovechaba la espalda de Puyol para alcanzar la línea de fondo, y poner un 'pase de la muerte' al corazón del área para que Jonas, con todo a favor, pusiera el balón a la escuadra izquierda de Pinto, que nada podía hacer por evitar que el Valencia se adelantara en el marcador.

El Barça sabía que debía reaccionar, e Isaac Cuenca se encargó de liderar a su equipo. Así, en el minuto 34 hacía una espectacular jugada personal y le servía un gran pase interior para Alexis que fusilaba a Alves, pero con una parada felina mandaba el balón a córner. Sin embargo, el meta se iba a 'tragar' el saque de esquina y Puyol, llegando desde atrás, lograba la igualada con un remate de cabeza.

Pero la segunda parte comenzaba igual de eléctrica. Primero Messi y después Piatti avisaban con sendos disparos por encima del larguero. Y en el minuto 55, iba a llegar uno de los momentos del partido. En una buena contra del Barça, Thiago iba a dejar sentado a Miguel dentro del área y el portugués, de manera inocente, derribaba al azulgrana y cometía penalti sobre él. 

Diego Alves salvaba a su equipo  

Leo Messi iba a ser el encargado de lanzar la pena máxima. A pesar de no estar demasiado afortunado en el partido, el argentino agarraba el balón y decidía lanzar el penalti. Ante él, Diego Alves. El argentino talonó, miró a la portería, al balón, y disparó. Y Alves, desde la línea de gol, se inventaba una espectacular palomita para detener el lanzamiento de once metros y evitar que el Barça se adelantara en el marcador.

El Valencia empezó a acusar el bajón físico, y el Barça empezó a gozar de sus mejores ocasiones. Primero Piqué perdonaba conectando un balón por encima del larguero y, más tarde, Dani Alves estrellaba un balón en el palo izquierdo de la meta 'ché' tras una buena pared con Messi. Los 'ché' notaban la falta de resuello, pero tras frenar el aluvión culé recuperaron su sitio sobre el césped.

De aquí hasta el final, el Barça pareció conformarse con el resultado, mientras que el Valencia empezó a sumar efectivos en ataque en busca de la victoria. Los minutos pasaban, y los de Emery buscaban el tanto que les pusiera por delante, pero los de Guardiola supieron aguantar hasta el último instante. El Camp Nou decidirá quién será el equipo que jugará la final de la Copa del Rey.

Ficha técnica:

1 - Valencia: Alves; Miguel, Rami, Víctor Ruiz, Mathieu; Albelda (Tino Costa, m.66), Éver; Piatti (Feghouli, m.59), Jonas (Aduriz, m.75), Jordi Alba; y Soldado.

1 - Barcelona: Pinto; Piqué, Puyol, Mascherano, Abidal; Cesc, Sergio Busquets, Thiago (Jonathan Dos Santos, m.79); Cuenca (Tello, m.87), Messi y Alexis (Alves, m.63).

Goles: 1-0, m.27: Jonas. 1-1, m.35: Puyol.

Árbitro: González González (Comité castellano-leonés). Mostró tarjeta amarilla a los locales Jonas, Banega, Albelda, Víctor Ruiz, Jordi Alba y Mathieu y a los visitantes Mascherano y Pinto.

Incidencias: partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey disputado en el estadio de Mestalla ante 51.800 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. A la salida de los equipos, la afición realizó un mosaico desde la grada en el que se podía leer 'Jo crec' (Yo creo).