Guardiola pone el Clásico en manos de Pinto, el amigo de Messi

La dinámica del portero titular y el suplente que se conforma con asumir esa condición se ha puesto de moda entre los grandes del fútbol. Los entrenador valoran más eso de tener contenta a la estrella y se busca un suplente que no moleste, que su único objetivo sea el de estar en la plantilla. En el Real Madrid se escenificó con Dudek, aunque ahora se ha roto esa tendencia con Adán. Pinto cumple su cuarta temporada en el equipo azulgrana a sus treinta y seis años de edad. Aterrizó en el Camp Nou tras diez temporadas en el Celta, pero a su llegada a Barcelona se hizo un hueco en el reducido círculo de amistades de Leo Messi, hasta convertirse en inseparable del argentino. "Esperemos que la directiva sepa rodear a Messi de lo que quiere y necesita", fue el mensaje que lanzó Guardiola nada más conquistar la Champions en Wembley. Y le hicieron caso ampliando el contrato de Pinto hasta el 30 de junio de 2013.

Al margen de sus cualidades -algunas críticas le señalan de manera rigurosa como 'culpable' del gol de Ronaldo en la final de Copa- lo cierto es que su presencia en el once titular provoca recelo. En los últimos 12 Clásicos la única derrota azulgrana llegó con Pinto bajo palos. Valdés, su rival en el puesto, le ha defendido, pero la afición azulgrana se siente intranquila, y anda disconforme con la decisión de su entrenador. Desde su llegada al Barcelona, Guardiola ha confiado en Pinto como el portero de la Copa. Le dio la titularidad y no se la ha quitado ni en las finales que el equipo azulgrana ha disputado.

Pinto siempre ha mantenido una relación distante con la prensa. Ya le sucedió en su etapa en el Celta, sensación ratificada en el Barcelona. El portero no duda en recriminar a un periodista si la pregunta que recibe no le gusta o le parece inadecuada en ese momento. No lleva bien las críticas y menos aún que se diga que ha renovado por ser el amigo de Messi. En los últimos meses, Pinto escribió dos páginas más bien grises de su historial. La primera de ellas fue la sanción que recibió de UEFA por imitar el silbido del árbitro en un partido de Champions ante el Copenhague y la segunda fue la pelea que mantuvo con Arbeloa y Chendo en el descanso de la ida de las semifinales de la Champions disputada en el Bernabéu por lo que fue expulsado, dejando a su equipo sin portero suplente durante toda la segunda mitad, en el que fue un acto que pudo tener fatales consecuencias para su equipo.

Además de ponerse ocasionalmente bajo palos, Pinto es el encargado de blindar el vestuario, el de proteger a la plantilla del ataque de factores externos, el que avisa del peligro de unos y otros, en especial de los medios de comunicación, con los que no mantiene una buena relación desde su época del Celta. Hoy tendrá una nueva oportunidad de reivindicarse y lo hará en un terreno de juego que no pisa desde el 6 de noviembre de 2006, día en el que el equipo vigués derrotó al Real Madrid de Capello por un gol a dos.