Alonso, la suerte de "poder volver a casa"

“Cuando estaba detrás del coche de seguridad pensaba que tendría que ocurrir algo grave para que se tomasen medidas”. Lewis Hamilton fue uno de los pilotos más expresivos a la hora de cuestionar la situación vivida en Silverstone el pasado domingo. Y si es cierto que cualquiera de los reventones tenía consecuencias potencialmente graves, Fernando Alonso fue quien paradójicamente pudo salir más perjudicado a pesar de no sufrir ninguno. 

“Hoy en carrera nos pusieron a prueba los reflejos… 288 km/h y 3,6G laterales, curva en recta” escribía en Twitter el piloto español justo después de la prueba. “Tuve dos momentos, en el de Sergio me asusté y tuve suerte, porque evité el contacto por solo un centímetro”. No solo aquellos pilotos que veían desintegrarse sus neumáticos corrieron un gran riesgo. Quienes rodaban a su estela, también.

Un impacto, o 'el afilador'

Alonso acudió a la telemetría para ilustrarnos con cifras sobre el potencial peligro que corrió. A semejante velocidad, tocarse con el McLaren hubiera supuesto una pérdida de control de consecuencias impredecibles. Incluso, en el instintivo intento por evitar el toque, el piloto español podría haber hecho 'el afilador' con el monoplaza del mexicano al montar su rueda delantera izquierda con la llanta del Mp4/28. Aún están recientes las imágenes de Mark Webber en Valencia 2010. En este caso, fue neumático contra neumático. Alonso hubiera golpeado una llanta, con efectos también inesperados.

“Sentí algo extraño y de repente el neumático se fue”. La descripción de Hamilton sobre su incidente ilustra el potencial peligro que suponía para quien sufría el reventón, “Eres simplemente un pasajero en un momento así, porque la parte trasera izquierda cae, la parte delantera derecha se eleva, y estás en quinta velocidad con solo dos ruedas en el suelo, luchando por mantener el control”. Si en una situación semejante además alguien te embiste por detrás a casi 300 km/h…

Tres kilos que vuelan por los aires

Impresiona también la carga lateral que provocó el volantazo de Fernando Alonso. La dirección de un Fórmula 1 es increíblemente directa, y el 'latigazo' necesario para evitar al McLaren provocó que el piloto español una fuerza lateral de golpe casi instantáneo en la cabeza equivalente a a casi setenta kilos en cuestión de milésimas. El intenso régimen deportivo de Fernando Alonso ha debido desarrollarle un corazón 'de vaca', pero este domingo pudo haber  alcanzando un récord de pulsaciones máximas. Hubiera sido sumamente interesante tener acceso a su particular 'telemetría corporal'.

La sombra de otros accidentes

“Fernando Alonso, no nos engañemos, es hoy alguien con mucha suerte por poder volver a casa” reconocía Christian Horner. Es inevitable que vuelvan a la memoria los últimos accidentes sufridos por impacto en el casco del piloto. Felipe Massa en 2009 recibió el golpe de un muelle que pesaba 800 gramos mientras rodaba a una velocidad estimada de 256 km/h, un impacto superior al que provocan armas de fuego de mano. Una semana antes, Henry Surtess, hijo del campeón británico, falleció tras ser golpeado por un neumático descontrolado (12 kilos) mientras rodaba a 192 km/h a bordo de un Fórmula 2. Como sucedió en el caso de Raikkonen tras el reventon de Vergne, que los restos del neumático golpearan a Alonso no necesariamente implicaban lesiones graves, pero el riesgo potencial era más que evidente.

En la Fórmula 1, la sombra del accidente de Tom Pryce en Sudáfrica 1977 siempre flota en el aire. Entonces, el piloto británico recibió el impacto directo en su casco de un extintor que salió por los aires cuando atropelló a un comisario que cruzaba la pista para sofocar un incendio. Ambos fallecieron en el acto.

“Es la primera vez en mi carrera que sentí que había peligro”, reconocía el propio Lewis Hamilton. Pocas veces o ninguna se le ha escuchado a Alonso en su carrera pronunciar la palabra 'scared' (asustado) tras un incidente de carrera…