Los elementos se alinean para ver a un buen Ferrari en Inglaterra

"Creo que Silverstone puede ser un poco mejor para nosotros. El monoplaza estuvo muy bien en Barcelona y China. La de Montreal era una pista completamente diferente en comparación a donde vamos, Silverstone y Nurburgring, donde tienes muchas curvas de cargas laterales, de media y alta velocidad. Creo que seremos mejor en pistas 'normales'". Felipe Massa ha hablado esta semana con conocimiento de causa basándose en el principio que anticipó Christian Horner en Jerez, donde aseguró que podía ser una temporada tan igualada que las mínimas diferencias provocarían que unos monoplazas dominaran en unos circuitos y los rivales en otros. El brasileño sabe que las dos siguientes pruebas, sobre el papel y antes de viajar hasta allí, benefician al F138. Y no es sólo por el perfil de curvas de la pista, sino por otros factores como los neumáticos escogidos, el asfalto que un día se vertió para hacer la pista o la temperatura.

Ferrari es de las escuderías que menos problemas de degradación tiene, pero dicha virtud viene acompañada de su incapacidad para calentar las gomas rápidamente. Este inconveniente supone un mal mayor cuando los neumáticos escogidos por Pirelli son los superblandos, un compuesto cuyo funcionamiento óptimo es desde la primera vuelta. Algo indispensable para afrontar de la mejor manera la calificación. Aquí es donde a Ferrari se le notan más las carencias. De ahí que Fernando Alonso y Massa lo pasen mal los sábados, queriendo sacar más de lo que tiene su Ferrari. Con otras gomas, donde hace falta una distancia mayor para calentarlas y que funcionen con normalidad (en una vuelta de calificación no da tiempo), el rendimiento con respecto a otras escuderías se equipara… aunque sigue siendo inferior a Red Bull y Mercedes.

Lo que es bueno para Ferrari, no lo es para Mercedes

Precisamente la escudería alemana sufre un problema que, al menos desde fuera, parece contrario al de la Scuderia: calienta muy rápido las gomas y por eso en calificación su monoplaza rinde al 100%. Esa intensidad continúa a lo largo de la carrera y provoca el estrés de los neumáticos.

En este aspecto tan delicado, la rugosidad del asfalto también influye. Esta temporada, hasta el aficionado más despistado habrá conocido que, de los siete grandes premios disputados, el asfalto más abrasivo es el de Montmeló y los que menos han sido los de Canadá, Mónaco y Australia. En este aspecto, en Silverstone se volverá a esa "normalidad" a la que se refiere Massa ya que la pista no es tan lisa como las dos últimas. Mejor para Ferrari y peor para Mercedes.

Por último, y como se ha observado cada vez que ha llovido, el problema para Ferrari de calentar las gomas a corto plazo aumenta si la pista está mojada o fría. De esta manera, los beneficios que pueda tener Ferrari en Silverstone y Nurburgring, como apunta Massa, se diluyen parcialmente bajo la lluvia.