Xavi Pascual vs. Pablo Laso, dos estilos opuestos para conquistar Europa

Como todo en la vida, siempre hay diferentes caminos para alcanzar una meta. Eso es exactamente lo que ocurre con los entrenadores de Barcelona Regal y Real Madrid. Xavi Pascual y Pablo Laso tienen conceptos de baloncesto contrapuestos, pero en sus mentes sólo existe una idea, la de ganar y, en este caso, ser campeones de Europa. La cita de la Final Four de Londres se presenta como una gran oportunidad para el entrenador madridista y la confirmación por parte azulgrana de que, en Pascual, encontraron un técnico ideal para dirigir la nave culé. Sólo uno de los dos podrá disputar la gran final del domingo, y en sus cabezas ya ronda esa batalla táctica que puede resultar decisiva a la hora de dirimir el ganador de la semifinal. Dos 'locos' de esto del baloncesto que quieren alcanzar el culmen de sus carreras deportivas, algo que en el caso del técnico del Barça conseguiría por segunda vez en su carrera.

Y lo buscarán desde dos ideas muy claras que les han valido para estar en la élite de este deporte. Xavi Pascual basa su juego en la fortaleza defensiva, en un sistema de ayudas constante, donde todos los jugadores deben ser solidarios en el esfuerzo. El concepto de equipo es lo que mejor define al técnico azulgrana, cuyo trabajo y éxito son innegables. En seis años ha sumado diez títulos y cuatro presencias en la Final Four, ahí es nada. Por su parte, Pablo Laso es un técnico asociado al 'run & gun' (correr y tirar) americano, un estilo más dado a la libertad creativa del jugador. El Real Madrid basa su juego en ataques rápidos y múltiples tiros desde el perímetro, donde tiene hombres de gran efectividad como Rudy, Carroll o Llull. Todo esto provoca que los partidos sean tremendamente entretenidos, con puntuaciones muy altas y muchas alternativas en las dos canastas. Puro espectáculo, lo que en la NBA llamarían el 'show time'.

No hay duda que, si funciona el lanzamiento exterior, el Madrid tendrá una probabilidad muy alta de adjudicarse la victoria, a pesar de que en el bando contrario se encuentre su gran pesadilla, Juan Carlos Navarro. En caso de que el partido tenga un ritmo lento, con un gran número de ataques en estático y con proliferación del juego interior, será entonces cuando las opciones puedan decantarse del lado azulgrana, siempre y cuando recupere al tremendo número de efectivos que en estos momentos tiene en la enfermería, algo que al técnico del Madrid le suena "a broma". "No le hago caso a eso de las posibles bajas. Vamos a jugar contra un grandísimo equipo, que tienen unos jugadores tremendos y que nos lo van a poner muy difícil", comenta el vitoriano.

Dos entrenadores, dos formas de entender el baloncesto, y ambas con un porcentaje de éxito muy destacable. Xavi Pascual llegó al Barcelona de rebote. En febrero de 2008, los resultados no acompañaban al equipo, por lo que la directiva culé decidió prescindir de los servicios de Dusko Ivanovic y colocar a Pascual como interino hasta la conclusión de aquella temporada. Sin embargo, su magnífica labor hasta el final de la misma, llegando a la final de la ACB (la perdió ante el TAU), a cuartos de final de la Euroliga y consiguiendo precisamente billete para la siguiente edición de la máxima competición, le valió para que su mayor valedor, Joan Creus, le confirmara en el cargo, y hasta hoy. El secretario técnico azulgrana apostó por Xavi Pascual y el tiempo ha terminado por darle la razón.  

El caso de Pablo Laso también fue una apuesta de la secretaría técnica. Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros se decantaron por el ex de Lagun Aro tras la aciaga etapa de Ettore Messina. De un entrenador más que contrastado se pasaba a otro de perfil bajo, en quien se tenían depositadas grandes esperanzas. Y Pablo Laso no ha defraudado. En temporada y media con el Real Madrid, el vitoriano ha conseguido una Copa del Rey, una Supercopa y ha devuelto la ilusión al madridismo con una brillante clasificación para esta Final Four. "No es mérito de Pablo Laso, sino de todos. Que la afición confíe en nosotros me pone muy contento, pero es una labor del grupo", confiesa el técnico. Su conocimiento de la casa, en la que militó durante cuatro campañas como jugador, y su atrevido sistema de juego han llegado y convencido al aficionado. Aún recuerda la semifinal de 1996 sobre la pista del Palais Omnisports de Paris-Bercy, aunque no cree en revanchismos. "Es simplemente una paradoja que yo fuera jugador en la última semifinal entre Barça y Madrid y que ahora sea el entrenador", apunta con una media sonrisa.

¿Podrán coronarse alguno de los dos en la capital británica? La empresa no es fácil. En la otra semifinal están el gran 'coco' de la competición, el CSKA, y el vigente campeón, Olympiakos. Sin duda, dos huesos duros de roer a los que Pascual o Laso querrán hincar el diente para alcanzar el objetivo de ser campeones de Europa. Y todo desde dos concepciones de baloncesto que muy poco tienen que ver.