Óscar Pistorius continúa haciendo historia

No pudo ser en la prueba de los 400 metros lisos, pero sí en el relevo 4x400. Óscar Pistoruis, el primer atleta amputado de la historia en competir en unos Juegos Olímpicos, cumplirá el sueño de cualquier deportista, disputar una final olímpica. Y, curiosamente, el billete para esa final no lo consiguió sobre el tartán londinense, sino en los despachos, tras una decisión acertada del Jurado de Apelación. El equipo sudafricano disputaba su serie cuando su segundo relevista, Ofentse Mogawane, rodó por los suelos tras cruzarse en su trayectoria el keniata Mumo Kilu. La Federación Sudafricana de Atletismo presentó una reclamación, que fue aceptada, y que ha provocado que Pistorius y sus compañeros vayan a estar presentes en la final de este viernes por la calle 9.

Nadie ha puesto objeción ninguna a esta resolución, y es que la propia Federación Keniata reconoció que su atleta había incurrido en una maniobra ilegal que “perjudicó gravemente las opciones del relevo sudafricano en la carrera”. Así, serán nueve los equipos que compitan por las medallas en la gran final del relevo largo. Bahamas, Estados Unidos, Trinidad y Tobago, Gran Bretaña, Cuba, Belgica, Rusia y Venezuela serán los rivales de los ‘chicos de Pistorius’.

Estamos, sin duda, ante un nuevo hito en el olimpismo. Si ya lo era que el ‘Blade Runner’ del atletismo estuviera en Londres, más aún lo es que dispute una final. Y todo esto llega tras una ‘batalla’ que Pistorius inició a la conclusión de los Juegos Paralímpicos de Atenas. Allí, el sudafricano consiguió la medalla de oro en los 200 metros lisos y el récord de velocidad. Ante tal conquista, decidió probar suerte más allá de esta competición. Su objetivo era claro, estar en Pekín 2008. La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) le impidió en un primer momento estar en la cita olímpica al contar con “ayuda técnica”. Pistorius llevó el asunto al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que terminó dándole la razón. Sin embargo, Pistorius no logró alcanzar la mínima necesaria para estar en los Juegos.

Su obsesión, por tanto, se trasladaba a Londres 2012. Tras años de trabajo, sacrificio y superación, finalmente obtiene marca mínima y es incluido en el equipo sudafricano. El primer paso ya estaba dado, ahora era cuestión de ir subiendo escalones. La clasificación para las semifinales, de donde terminó eliminado, fue el segundo y ahora la clasificación para una final ha sido el último, por el momento. ¿Cuál será el próximo? ¿Quizá una medalla? En esta ocasión parece muy difícil, ya que Sudáfrica no se encuentra entre las favoritas, pero vista la trayectoria de este hombre, ‘nada es imposible’, como el famoso eslogan de la marca que le patrocina.