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‘Livestrong’ vale más que siete Tours
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LANCE ARMSTRONG CENTRA TODOS SUS ESFUERZO EN LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER

‘Livestrong’ vale más que siete Tours

Vencer al cáncer es como volver a nacer. Una segunda vida dentro de la propia que sólo alcanzas a valorar y entender cuando vives en primera

Foto: ‘Livestrong’ vale más que siete Tours
‘Livestrong’ vale más que siete Tours

Vencer al cáncer es como volver a nacer. Una segunda vida dentro de la propia que sólo alcanzas a valorar y entender cuando vives en primera persona un de los trances más duros a los que se puede someter el ser humano. Sobrevivir al cáncer te hace más fuerte. O como le gusta repetir como un mantra a Lance Armstrong: “Lo que no te mata te hace más fuerte”. Inmune, incluso, a cuanto llega después. Nada pesa lo suficiente como para aplastar tu nueva vida. Nada, ni que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) haya pedido que te despojen de los siete Tours por prácticas de dopajes que, sin embargo, los controles han desmentido sistemáticamente. Pero ni eso, por más injusto que parezca. Armstrong vive dedicado a los demás, a los que como él han luchado o luchan por mirar a la cara a una de las enfermedades más crueles que existen. Ese es su único reto vital. Nada le importa más.  

Ayer mismo volvía dejar claro que la USADA puede quedarse sus siete Tours, esos que llegaron como fruto de su lucha a muerte contra el cáncer testicular con metástasis en los pulmones y el cerebro al que los médicos le dieron un 40% de posibilidades de vencer. “Que nadie llore por mí”, dijo en tejano a los periodistas desde el sillín de su bicicleta, su fiel compañera. A sus 40 años Lance Armstrong sigue íntimamente vinculado al deporte. Ayer fue el ‘Powers of Four’ en Aspen (Colorado), mañana cualquier triatlón -su gran pasión desde niño- que se precie. “Que nadie llore por mí, voy a estar fenomenal”, insistió para sorpresa de cuantos esperaban una andanada contra la USADA, su pesadilla desde hace casi una década.

No es que Armstrong haya domado su agrio carácter, ese que le granjeo numerosos enemigos en el pelotón ciclista, es que su lucha está encaminada a otros menesteres. La USADA no le inmuta. Desde que en 1997 decidiera crear la fundación contra el cáncer Livestrong y Lance Armstrong Fundation para investigar los cánceres urológicos, el suyo, nada le llena más. La explicación la da él mismo: “Quiero formar parte de la comunidad de enfermos de cáncer, y quiero que me conozcan como un superviviente al cáncer”.

El objetivo, desde luego, lo ha conseguido. Y con creces. Desde su fundación, Livestrong ha recaudado más de 500 millones de dólares para la lucha contra esta enfermedad. Una cifra récord en Estados Unidos, un país acostumbrado como poco a las donaciones. La bandera de todo ello fue la pulsera amarilla lanzada en mayo de 2004. Un éxito de marketing sin precedentes que redobló los ingresos contra el cáncer.  

El respaldo de Nike, desde luego, ha sido vital. Fiel patrocinador del tejano, la firma deportiva promociona a Armstrong desde sus inicios en el mundo del deporte, se ha encargado de promover Livestrong por todo el mundo. Tanto, que la venta de cualquier producto que luzca la marca de negro y oro va íntegra a la fundación. Pero no sólo Nike, compañías como Anheuser-Busch, Oakley, Johnson Health Tech, Sporting KC, FRS, Honey Stinger o American Century Investments también contribuyen con importantes aportaciones económicas. Por supuesto, todas ellas han mostrado su absoluto respaldo a Lance en su lucha contra la USADA.

La persecución de la Agencia Antidopaje lejos de sembrar las dudas, ha disparado la confianza en Lance Armstrong. Y prueba de ello es el notable aumento de las donaciones en los días siguientes al anuncio del ciclista de renunciar a su defensa aún a riesgo de ser desposeído de sus Tours. Como anunció el CEO y máximo responsable de la fundación, Doug Ulman, las ventas de mercancías -pulseras y brazaletes Livestrong- aumentaron casi tres veces, pasando de 4.000 dólares a más de 20.000 dólares. También el dinero recaudado a través de Web sufrió un espectacular incremento. Si habitualmente el dinero ingresado suele rondar los 3.200 dólares, entre el viernes y el sábado pasado el la recaudación se disparó hasta los 200.000 dólares. Un 25 % más de lo habitual que se recibe como un mensaje claro de que la gente, más allá de lo que pasara en la carrera deportiva del tejano, está con él.

“He pasado mucho miedo, pensé que iba a morir”. Lance Armstrong sabe bien por qué que Livestrong vale más que siete Tours. Mucho más.   

Vencer al cáncer es como volver a nacer. Una segunda vida dentro de la propia que sólo alcanzas a valorar y entender cuando vives en primera persona un de los trances más duros a los que se puede someter el ser humano. Sobrevivir al cáncer te hace más fuerte. O como le gusta repetir como un mantra a Lance Armstrong: “Lo que no te mata te hace más fuerte”. Inmune, incluso, a cuanto llega después. Nada pesa lo suficiente como para aplastar tu nueva vida. Nada, ni que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) haya pedido que te despojen de los siete Tours por prácticas de dopajes que, sin embargo, los controles han desmentido sistemáticamente. Pero ni eso, por más injusto que parezca. Armstrong vive dedicado a los demás, a los que como él han luchado o luchan por mirar a la cara a una de las enfermedades más crueles que existen. Ese es su único reto vital. Nada le importa más.