'Balaverde', un talento innato superior a cualquier gafe

Venía Valverde tocado, decepcionado. El Tour se le había cruzado desde el principio. Entre caídas, pinchazos inoportunos y verse atrapado en montoneras ya llevaba más de 2 minutos de retraso antes de la primera contrarreloj. Tras tres años sin haber podido competir en la ronda gala por su implicación en la Operación Puerto, todo le estaba saliendo mal.

Alejandro mostraba su desilusión durante la primera semana. “Está claro que el Tour no es mi carrera, aunque vaya bien”. Ante la pregunta de si quería volver a casa, respondía con un escueto “si”. En los siguientes días seguía con las mismas sensaciones: “No es el Tour de los españoles. Peor suerte es imposible tener” señalaba Valverde tras su caída con Samuel, que costó a este último la retirada.

El ciclista murciano había preparado a conciencia un Tour, que siendo realistas, no se adaptaba a sus cualidades. Demasiada contrarreloj y pocas etapas con final en alto. Si a eso le añadimos que las carreras de tres semanas nunca han sido su especialidad, la sensación era que se había equivocado. Más si cabe cuando tuvo que dejar de lado las Clásicas Ardenas, carreras de un día y cuyos puertos se amoldan mucho más a sus características.

Tuvo que cambiar sus objetivos, dejar de luchar por la general e intentar lograr una victoria de etapa. Tras haberlo intentado durante varios días sin suerte, en la última etapa de montaña de esta edición, fue capaz de revertir la situación y alcanzar la gloria en un día que el pelotón no se lo puso nada fácil.

Y es que la fuga no se fraguó hasta el segundo puerto de la jornada, y nunca alcanzo más de tres minutos de diferencia. En el pelotón, el equipo Sky imponía un ritmo alto y constante. El ciclista murciano aprovechó el Port de Balès, de categoría especial, para atacar a sus compañeros de escapada y coronar con dos minutos y medio de ventaja sobre el grupo de favoritos.

En el último puerto de la jornada, Valverde sufrió lo indecible. El grupo del líder, con Iván Basso tirando para Nibali, seguía incrementando el ritmo. La distancia se recortaba. Luego surgieron los ataques de Jurgen Van der Broecke primero y Froome después. Al final, gracias a la fidelidad del keniata hacia su líder, ‘Balaverde’ alzaba los brazos en señal de una victoria por la que ha luchado durante dos años. “Llevo mucho tiempo esperando esta victoria. Han sido dos años de mucho trabajo para conseguir esto” señalaba el ciclista murciano visiblemente emocionado y con un semblante agotado.

Valverde, un ciclista de pedigrí

Con esta victoria el corredor español sigue agrandado su palmares. Ya suma cuatro victorias de etapa en el Tour. Con sólo 25 años venció en la estación de Courchevel a Lance Armstrong en su etapa de plenitud. Tras llegar los dos en solitario a los últimos 200 metros, le venció con facilidad al sprint.

Ya antes había logrado ser tercero en la Vuelta a España, con tres etapas en su haber, sub-campeón del mundo en tres ocasiones consecutivas y fue el primer español en ganar la Lieja-Bastogne-Lieja, victoria que repitió en 2008. La Flecha Valona, La Dauphiné Liberé, la clásica de San Sebastian, son sólo algunas de las hazañas que ha logrado uno de los ciclistas más laureados de nuestro país.

Tras la gloría, llegaron los malos tiempos

Ganador de la clasificación UCI Pro Tour en 2008 y segundo en 2009, año el que logró ganar la Vuelta a España, el año 2010 trajo consigo malas noticias para el murciano. El 31 de Mayo de 2010, el Tribunal de Arbitraje Superior (TAS) sancionó a Valverde por dos años y le desposeyeron de todas sus victorias durante ese año. La sanción, llegó el mismo día en el que volvía a ocupar la primera posición del ranking UCI Pro Tour, algo que también perdería.

Tras dos años de mucho sufrimiento, como ha explicado el propio Alejandro. Por fin ve recompensado su esfuerzo. Tras lograr una etapa en el Tour Down Under, otra en el Tour de Romandia y adjudicarse la Vuelta a Andalucía, ‘Balavarde’ vuelve a ser protagonista en la vuelta por etapas más importante del mundo. Y bien merecido que se lo tiene.