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Thomas Voeckler, el ciclista que nos recordó por qué amamos este deporte
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EL FRANCÉS EMULO AL MÍTICO CHIAPPUCI CON UNA ESCAPADA DE TINTES ÉPICOS

Thomas Voeckler, el ciclista que nos recordó por qué amamos este deporte

Tras una nueva etapa en la que la pelea entre los favoritos decepcionó, un francés al que le gustan mucho las cámaras, volvió a ofrecer a

Foto: Thomas Voeckler, el ciclista que nos recordó por qué amamos este deporte
Thomas Voeckler, el ciclista que nos recordó por qué amamos este deporte

Tras una nueva etapa en la que la pelea entre los favoritos decepcionó, un francés al que le gustan mucho las cámaras, volvió a ofrecer a los espectadores un derroche de esfuerzo y talento para lograr un hito al alcance de muy pocos.

Thomas Voeckler, de 33 años, culminó con victoria una etapa en la cual logró coronar en primera posición los cuatro puertos de la jornada: el Col de l’Aubisque y el Col du Tourmalet, dos colosos de fuera de categoría junto al Col d’Aspin y Col de Peyresourde, de primera categoría. Con ese gesto de sufrimiento que siempre nos brinda, recordando al mítico Richard Virenque, el francés alzo los brazos en alto por segunda vez en esta edición del Tour.

Un perro viejo de la ronda gala, Voeckler se crece a medida que se ve el centro de atención. Puede que sus rivales tengan las mismas o incluso mejores piernas que él pero cuando se ve en cabeza y con una moto de la TF1 cerca, no hay nadie con su entrega y motivación. Quizás sea esa mentalidad la que ha provocado que se le llegue a comparar con el mítico Claudio Chiappucci, capaz de atacar en el primer puerto de la jornada y seguir en solitario durante 200 kilómetros.

Con la diferencia de no estar luchando por la general, el ciclista de Europcar ha conseguido traernos a la memoria aquellos míticos ataques que protagonizaba Chiappucci. Y lo ha logrado gracias a su actitud combativa. No es fácil equipararse a una leyenda como el italiano sin haber alcanzado sus cotas pero la garra y la valentía del francés le han hecho acreedor de tal elogio.

Su mayor decepción llegó en el Tour 2011. Con el maillot amarillo en su poder a falta de tres etapas para la conclusión de la ronda gala se presentaba la etapa reina. Ese día, tras aguantar el ataque de Contador y Andy Schleck en el Telegraph, acabó fundido y se hundió en el Alpe d'Huez donde perdió toda opción de podio. El propio Voeckler recuerda con amargura ese momento. “Traté de no perder a Alberto y Andy de vista, pensaba que la carrera estaría rota por detrás. Hice toda la subida al 99% y tras coronar el Galibier, vi un amplio grupo por detrás que se aproximaba. Ahí supe que había perdido el podio”. El ciclista francés reconoce que “si hubiese corrido la etapa de Alpe d’Huez como la que finalizaba en el Galibier, hubiera acabado segundo de aquel Tour”.

Lo que le faltó añadir es que, quizás, sin esos desfallecimientos clásicos de un ciclista que es todo corazón, nunca habría logrado las hazañas que ha conseguido. Nunca hubiera vestido el maillot de líder a tres pasos de los Campos Elíseos. Porque lo que hace a Voeckler especial es justamente eso, meter plato grande y derramar a quien intente cogerle la rueda. Aunque ello signifique que sus piernas colapsarán quince minutos después.

Bien es cierto que su etapa más laureada no ha estado exenta de polémica. El año pasado su rendimiento y el de su equipo fue la comidilla del pelotón. Era difícil explicar que un equipo con grandes limitaciones económicas y sin corredores de gran pedigrí, ofreciera tales derroches de talento y esfuerzo con Pierre Rolland, Christophe Kern y el propio Voeckler como principales protagonistas. Y este año, el día antes del inicio del Tour, el diario L’Equipe revelaba que la fiscalía de París había abierto una investigación por presuntas prácticas dopantes en el Europcar durante el pasado Tour.

Sea como fuere, y hasta que se demuestre lo contrario, Voeckler será un ídolo en su país. Ha sido el ciclista que ha salvado el honor de los franceses en los últimos años. El mejor de su generación. Y el antecesor de una hornada de ciclistas franceses que viene pisando fuerte por detrás. 

Tras una nueva etapa en la que la pelea entre los favoritos decepcionó, un francés al que le gustan mucho las cámaras, volvió a ofrecer a los espectadores un derroche de esfuerzo y talento para lograr un hito al alcance de muy pocos.