Messi, con su 'grandeza', se distancia de Guardiola y alguno de sus compañeros

La relación entre Leo Messi y Pep Guardiola ha dado varios pasos atrás. Ni la 'voluntaria' dedicatoria de uno de los goles que logró ante el Espanyol ha servido para que esa relación vuelva a ser como ha sido desde que el técnico decidió colocar al atacante por delante de cualquier otro jugador. Los días de vino y rosas han pasado, incluso en la relación que mantiene Messi con muchos de sus compañeros, cansados de algunos de los caprichos que se ha permitido el astro argentino de manera reiterada en últimos tiempos.

Una gran parte del vestuario azulgrana considera que el argentino ha sobrepasado el límite. Es innegable que es una superstar y puede serlo en el césped y ante las cámaras, pero no con sus compañeros. Porque su status ha provocado que, o se hacen las cosas como piensa y desea Messi, o no las comparte. Eso no quita para que haya seguido decidiendo partidos y demostrando que está por encima de cualquier mortal en esto del fútbol.

Pep Guardiola tardó un tiempo en darse cuenta, pero a los ocho meses de ser el jefe del banquillo azulgrana lo vio claro: Leo Messi tenía que sentirse cómodo, ser la referencia del equipo y para ello tenía que blindarle, crear el entono ideal para que mostrara todo su fútbol. No le tembló el pulso a la hora de señalar a Eto’o primero, dejarle libertad absoluta de movimientos después y quitarse del medio a Zlatan Ibrahimovic desterrándole a la banda, para finalmente enseñarle la puerta de salida.

El Barça, al ritmo de Leo Messi

Desde ese momento, el argentino ha hecho y deshecho lo que ha querido. Ha marcado el ritmo a su antojo. Él era quien decidía si estaba para jugar o no. A favor de la corriente no ha existido problema alguno, pero la escena ha cambiado cuando el mejor jugador del mundo ha percibido modificaciones de su mundo ideal o disconformidades en su entorno culé.

Messi no entendió algunas de las decisiones de Guardiola en los partidos de final de temporada y así se lo hizo saber al técnico en un intercambio de palabras, nada común entre ambos. Incluso, tuvo réplica en algunos de sus compañeros. El argentino ni entendió ni compartió la presencia de Tello en el once titular ante el Real Madrid o la de Cuenca ante el Chelsea y así se lo dijo al entrenador días después.

Faltó al entrenamiento posterior al Barça-Madrid

Peor fue su primera reacción, la de no asistir al entrenamiento del día después al choque del Camp Nou ante el equipo madridista, detalle que no gustó en nada a sus compañeros. Es más, algunos apuntan a cierta desidia en especial en el partido ante el Real Madrid ante lo que consideraba dar demasiada ventaja al rival al ver en el banquillo a jugadores como Cesc, Piqué, Pedro y Alexis.

Mirando al futuro, el FC Barcelona se presenta sin Pep Guardiola pero con Tito Vilanova, un perfecto conocedor de la situación. En la mano de Messi está recuperar la cordura y quitarse el traje de superstar cuando esté con sus compañeros. La paciencia ha empezado a agotarse y a ningún futbolista azulgrana le gustaría marcharse del club ni de la ciudad por un desencuentro con Leo. Con los precedentes de Eto’o y Zlatan, Vilanova pondrá especial atención el único delantero centro actual de la plantilla, David Villa, quien no juega en la posición que ocupaba en Valencia o en la Selección -para dar preferencia al ‘sistema de Leo’- y cuya resignación no es infinita.