El Bernabéu aclamó a un Higuaín que sigue dejando dudas respecto a su futuro madridista

El caso de Gonzalo Higuaín es curioso. Tercer capitán, segundo máximo goleador en Liga y hombre con peso dentro del vestuario, no se siente valorado por la entidad y por el técnico. Su futuro está en boca de todo el mundo desde hace un par de meses. Las filtraciones y sus propias declaraciones hablan de su interés en buscar un cambio de aires. Ayer tuvo ocasión de confirmar su continuidad en el Real Madrid en los discursos de la fiesta posterior a la entrega de la Liga, pero ni él ni sus compañeros gritando aquello de 'Pipita quedaté', ayudaron a terminar con el rumor que apunta a su salida del club en las próximas semanas y que Di Stéfano adelantó en Marca. "Si no está bien aquí, que se vaya ", sentenció el presidente de honor.

El siguiente paso en esa especial relación que mantienen entidad y jugador será una reunión cara a cara entre Higuaín y Florentino Pérez. El presidente reiterará que no piensan venderle y si es necesario recordará tanto al argentino como a sus representantes y familiares que los contratos están para cumplirlos y a él le quedan cuatro temporadas más de blanco. 

Muchos creen que ese distanciamiento es porque no le consideran como uno de los suyos por llegar al club en la época de Ramón Calderón, pero lo que no hay que olvidar es que con el actual presidente renovó contrato en enero de 2011 y le colocaron en el baremo de los 4 millones de euros. Los seguidores madridistas consideran al ex de River como un madridista más. Son ya seis las temporadas las que lleva vestido de blanco, pero Higuaín nunca se ha sentido la estrella del equipo, la referencia, sentimiento que ha crecido tras sus suplencias ante el Barcelona y en la eliminatoria ante el Bayern. 

El delantero fue aclamado ayer por la afición madridista, que pidió a Florentino Pérez que no vendiera al argentino y al delantero que reconsiderara su postura de buscarse la vida lejos de la capital de España. A la vez es defendido por Mourinho hasta la extenuación desde que hace dos años llegó al banquillo blanco, pero mirado con recelo en ocasiones por los que pueblan la zona noble del Bernabéu.