La Caixa tiene que pagar ahora 49,3 millones a los deportistas que triunfaron en Barcelona 92

La Caixa está haciendo ricos a muchos deportistas españoles en el año en el que se cumple el vigésimo aniversario del momento dorado del deporte español, los Juegos Olímpicos de Barcelona. 'Libreta de campeones'. Ese fue el nombre que recibió la iniciativa creada por el Comité Olímpico Español junto a La Caixa para estimular al deportista español durante el periodo que comprendían los Juegos de Seúl 88 hasta los de Barcelona 92, incluyendo los de invierno de Albertville 92. La operación de márketing al final se elevó, debido a los éxitos españoles en la ciudad catalana especialmente, a los 8.215 millones de pesetas (49,3 millones de euros), rompiendo todas las previsiones hechas que no se acercaban a los 2.000 millones de pesetas (12 millones de euros). ¿Se imaginan premios así en esta época? Imposible.

La entidad catalana decidió poner en marcha un plan de pensiones para todos aquellos deportistas españoles que durante esos cuatro años ganaran medalla o figuraran entre los cinco primeros puestos en los dos Juegos Olímpicos. El premio también abarcaba las medallas en campeonatos mundiales o europeos, así como el logro de records mundiales, europeos o españoles. La condición imprescindible impuesta por los dirigentes de La Caixa era que el cobro del dinero solo se podría realizar en el momento en el que el deportista cumpliera los 50 años. Ese momento ya ha llegado y muchos deportistas que destacaron en el citado periodo olímpico ya están pasando por caja. La medalla de oro individual en Barcelona se cotizó a 100 millones de pesetas, por los 40 millones de Seúl y Albertville. La plata se pagó a 70 millones de pesetas y 30 respectivamente, mientras que el bronce valió 50 y 25 millones de pesetas. 

Los deportes de equipo llegaron a los 200 millones de pesetas por el oro, los 140 por la plata y 100 por el bronce. El reparto de los premios colectivos no responde a ningún criterio y se hizo según creyeron convenientes los protagonistas. El título mundial y un posible récord mundial tenían como premio 20 millones de pesetas, por los 17,5 y 7,5 de la plata en los campeonatos y los 15 y 5 del bronce. En los Juegos se amplió la nómina de premiados hasta los puestos cuarto y quinto. La Caixa jamás imaginó la positiva respuesta de los deportistas. De los 8.215 millones de pesetas que tuvo el montante de la operación, 5.625 correspondieron a los logros cosechados en Barcelona, en donde se obtuvieron 22 medallas, 13 oros, 7 platas y 2 bronces. Y es que cuatro años antes en Seúl  España logró un oro, otra plata y dos bronces. 

En total, la entidad catalana repartió 676 'Libretas de Campeones' y curiosamente fue la natación la que más deportistas acaparó, ya que también se premiaban los récords de España. La acción no significó que los deportistas tuvieran que hacer acto promocional alguno. Se buscó el impacto comercial vía a la fidelización de la entidad catalana a los Juegos de Barcelona Los atletas Fermín Cacho, Daniel Plaza; el ciclista José Manuel Moreno; las judokas Miriam Blasco y Almudena Muñoz; el nadador Martín López Zubero; los regatistas Manrique, Doreste, Sánchez Luna, Calafat, Zabell, Guerra y Van der Ploeg; los equipos de fútbol masculino, el tiro con arco y el femenino de hockey fueron los campeones olímpicos, siendo para la que hoy es portavoz del Partido Popular en Congreso, la judoka Miriam Blasco, la que consiguió la libreta mejor remunerada por sus éxitos en mundiales y europeos durante la Olimpiada. 

Alguno ya los ha cobrado y ha decidido jubilarse. Otras marcas también se quisieron sumar a la fiebre que causó los Juegos. Seat, empresa radicada en Barcelona, se convirtió en la marca oficial del certamen a cambio de 2.000 automóviles que donó al Comité Olímpico, creando un modelo especial para los Juegos con el Toledo Olímpico. Los velocistas Lindford Christie y Colin Jackson fueron los abanderados de la marca española que prometió premiar a todos los campeones olímpicos españoles con una serie especial llamada Seat Toledo Podium. Según ha confesado a El Confidencial algunos de los afectados, el coche nunca llegó a todos los destino. La empresa láctea Pascual también quiso convertirse en Olímpica, premiando a todos los medallistas españoles a toda la leche que consumieran durante los diez años siguientes a la celebración de los Juegos. Algo de leche se derramó por el camino.