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En el país de los engendros el normal no es el rey
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ESTRENO DE 'MONSTRUOS UNIVERSITY', LA ÚLTIMA PELÍCULA DE ANIMACIÓN DE DISNEY PIXAR

En el país de los engendros el normal no es el rey

Nadie llega a asustador así como así: como en el mundo de los humanos, en el de los monstruos hay que estudiar para llegar a las

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En el país de los engendros el normal no es el rey

Nadie llega a asustador así como así: como en el mundo de los humanos, en el de los monstruos hay que estudiar para llegar a las profesiones de élite y asustar a los niños es, sin duda, una ellas. Mike Wazowski, un pequeño monstruo verde, redondeado y de un solo ojo, sueña desde niño con ser aceptado en Monsters Inc., la compañía que se encarga de abrir puertas que llevan a los cuartos de los niños pequeños y aterrorizarlos para recolectar sus gritos, la energía que mantiene el mundo de los monstruos funcionando.

Por esa razón Wazowski ingresa en la Universidad de los Monstruos y se esfuerza por hacerlo bien para superar el programa de sustos, pero ocurre un accidente: él y un engreído compañero peludo, azul y de buena familia, Sulley, rompen sin querer una reliquia de la decana de la universidad, la temible Dean Hardscrabble, y esta les expulsa de la facultad. Para acabar siendo asustadores, Wazowski y Sulley tendrán que aprender a llevarse bien y organizar un equipo –de estudiantes más bien inútiles, claro– con el que ganar, o intentarlo, los juegos universitarios. Solo así tendrán la oportunidad de reingresar en el programa de sustos. 

 

Este, más o menos, sería el planteamiento con el que arranca Monstruos University, la precuela de Monstruos S.A. firmada por Dan Scalon y Disney Pixar que esta semana se estrena en salas. En 2001, en pleno boom de las comedias de animación, Monstruos S.A. dio la campanada del año al convertirse en un rotundo éxito de taquilla, recaudando casi 556 millones de dólares en todo el mundo –más de cinco veces de lo que costó su producción– y haciendo de sus personajes unos de los más emblemáticos de la factoría digital. Disney, propietaria ahora de Pixar y no solo su distribuidora, como entonces, intenta con este título reeditar el triunfo de su predecesora y dilatarla –eso dependerá de los números, claro– en una trilogía tan exitosa como la de Toy Story, que pese a los resultados mediocres de su segunda entrega arrasó con la primera en 1995 y con la tercera en 2010.

El problema, claro, es que Monstruos University es la segunda entrega de su propia saga, lo que, según la norma no escrita, la convierte en la peor de las tres. Y para su desgracia, los creadores de la cinta parecen decididos a cumplir con la norma.

La segunda película de Monstruos, que en la versión original cuenta con las voces de John Goodman, Billy Chrystal y Steve Buscemi y en la española con las de Santiago Segura y José Mota, es en realidad la enésima parábola que cuenta Hollywood sobre las dificultades de la integración en época escolar, la enésima reivindicación de esta entelequia que reza que hay ser uno mismo y la enésima historia de aprendizaje, en resumen, sobre el chico popular en el instituto que ha de aliarse con uno no tan popular y su tropa de amigos nerds para dar una lección a sus compañeros y aprender, por el camino, que las personas no se miden por su exterior, sino su interior.

Cuando esta trama casi estructural del cine juvenil estadounidense hasta cuenta ya con parodias –las series cómicas de dibujos animados y las spoof movies que parodian al propio cine hacen esperpento de este esquema desde hace años–, Pixar ha decidido contarla una vez más y estrellarse, por supuesto, para empezar, porque sabemos desde el primer minuto cómo acabará la cinta: Mike demostrará su valor pese a su desventaja física, Sulley aprenderá que para triunfar en la vida no solo vale con ser guapo, rico y de buena familia, los justos serán vengados y los bullies se llevarán su merecido.

La factoría, de este modo, incurre en el mismo error contra el que pregona y le vende al espectador un producto visualmente espectacular –tratándose de Pixar no podría ser de otra manera– con un nombre conocido, pero nada más. No hay riesgo, pues sabemos cómo va a acabar, ni malo, porque la decana universitaria que frustra el progreso académico de los protagonistas –con voz de Hellen Mirren, por cierto– no es una villana, sino el clásico hueso duro de roer. La película, de este modo, aspira únicamente a erigirse en espectáculo visual, un objetivo tan legítimo como cualquier otro si se da, en efecto, un buen espectáculo visual, pero es que ni eso. Monstruos University es técnicamente perfecta y muy creativa con sus personajes, pero pasa de largo de la retina tan pronto se encienden las luces de la sala y, lo que es peor: no aspira si quiera a que sea de otra manera. Buscando a Nemo al menos nos sumergió en el mar por primera vez y Wall-E nos llevó al espacio. Monstruos University, en cambio, nos devuelve a un mundo que ya conocemos para contarnos una historia que ya conocemos sin otro interés que el de entretener a los niños –a los adultos ha renunciado–  previo pago, lógicamente, de la entrada. 

Monstruos University

Dirección: Dan Scalon

Género: Animación 

Duración: 110 minutos

Reparto: José Mota, Santiago Segura

Nadie llega a asustador así como así: como en el mundo de los humanos, en el de los monstruos hay que estudiar para llegar a las profesiones de élite y asustar a los niños es, sin duda, una ellas. Mike Wazowski, un pequeño monstruo verde, redondeado y de un solo ojo, sueña desde niño con ser aceptado en Monsters Inc., la compañía que se encarga de abrir puertas que llevan a los cuartos de los niños pequeños y aterrorizarlos para recolectar sus gritos, la energía que mantiene el mundo de los monstruos funcionando.