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El error ortográfico más tonto en el que incurres
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lo cometen hasta los filólogos

El error ortográfico más tonto en el que incurres

Dice el refranero que "hasta el mejor escribano hace un buen borrón". Aunque te creas un maestro de la expresión escrita es probable que tú también caigas en esta falta

Foto: El fallo tiene que ver con las nuevas tecnologías. (iStock)
El fallo tiene que ver con las nuevas tecnologías. (iStock)

Pertenecemos a una cultura donde la buena escritura va asociada a poseer un vasto léxico, saber usar correctamente las normas gramaticales y que la ortografía resulte impecable a los ojos de un académico. Otras sociedades, sin embargo, han desarrollado sistemas que inciden sobre aspectos que aquí no nos parecen tan importantes. Son significativos los casos del mundo árabe o algunas lenguas orientales donde se da especial relevancia a la caligrafía. La estética y la buena ejecución de la escritura tiene en estos idiomas tanto valor como el significado del término o de la idea que se quiere transmitir.

Seguramente, como buen 'grammar nazi', te has pasado toda tu vida cuidando aquello con lo que te machacaron en la escuela. Tu vocabulario es muy extenso; tienes, probablemente, la 'Nueva Gramática de la Lengua Española' como principal libro de consulta y no necesitas utilizar el corrector ortográfico para saber cuándo hay que usar una tilde que deshaga un diptongo. No obstante, aunque te hayas tatuado el “Limpia, fija y da esplendor” como lema sobre tu hombro, es probable que cuando escribes con el procesador de textos cometas un fallo de puntuación del que no te habías percatado. Si además tu texto va a ser leído, corregido o editado después por un maquetador, por tu secretaria o incluso por un amigo, el sujeto en cuestión te va a acabar odiando por caer repetidamente en él. He aquí la cuestión: ¿piensas de verdad que sabes utilizar bien los espacios?

Un error que da muy mala imagen

El escritor John McDermott cuenta su particular odisea ortográfica cuando un amigo le pidió editar un correo electrónico de especial relevancia para su carrera profesional. Su apreciado compañero le había dejado un bonito regalo: todo el texto tenía dos espacios después de cualquier signo de puntuación (coma, punto y coma, punto y dos puntos).

Este tipo de faltas dan una imagen de persona poco ducha con los ordenadores y la tecnología

Si te has encontrado en una situación parecida ante el documento de algún conocido, te avisamos que la cosa tiene explicación, sobre todo en personas que han llegado ya a una determinada edad. Cuando hace tiempo se estudiaba mecanografía, existía todo un debate sobre cuántos espacios debían ir tras un signo. La práctica proviene de la exagerada separación que se dejaba entre oraciones en las imprentas tradicionales y que se trasladó en el siglo XX a la máquina de escribir. A esta costumbre se le dio el nombre de espaciado inglés y a pesar de que puede estar indicado en algunos manuales de mecanografía antiguos, hoy en día cualquier libro de estilo lo censura.

McDermott desconocía, probablemente, que la corrección de este error en un texto extenso se puede solucionar de una manera tremendamente simple. Basta ir a la sección “Sustituir” o “Buscar y reemplazar” en el procesador de textos, poner en el campo “Buscar” dos espacios (pulsar dos veces la tecla) y en “Reemplazar por” un solo espacio. Por último basta hacer click sobre “Reemplazar todo” y listo.

Jamás se pone un espacio delante de un signo de puntuación. Detrás se deja una separación con la siguiente frase y nunca dos

Este tipo de errores proyecta una imagen de una persona poco ducha con la tecnología, no habituada a escribir con el ordenador y, como decimos, si alguien te tiene que corregir lo que escribes te estará eternamente agradecido si modificas este vicio. El problema, como indica un usuario de Reddit al hablar de este tema, es que es un hábito difícil de cambiar si llevas años incurriendo en él.

Tres normas para practicar

Reconozcamos que la mayoría sabemos las reglas de puntuación a la hora de escribir a máquina más por intuición que por verdadero conocimiento. Por ese motivo, queremos que tengas presentes tres consideraciones con las que no vas a fallar. Apúntatelas:

1. Jamás se deja un espacio delante de una coma, un punto y coma, un punto o dos puntos. Ejemplo: se escribe “Miguel, el chico rubio” y no “Miguel , el chico rubio”.

2. Detrás de estos signos, se deja siempre un espacio en blanco. Ejemplo: se escribe “Miguel, el chico rubio” y no “Miguel,el chico rubio”.

3. Por último, la norma a la que hemos aludido anteriormente: se deja siempre un único espacio en blanco, y no dos, detrás de ellos.

Pertenecemos a una cultura donde la buena escritura va asociada a poseer un vasto léxico, saber usar correctamente las normas gramaticales y que la ortografía resulte impecable a los ojos de un académico. Otras sociedades, sin embargo, han desarrollado sistemas que inciden sobre aspectos que aquí no nos parecen tan importantes. Son significativos los casos del mundo árabe o algunas lenguas orientales donde se da especial relevancia a la caligrafía. La estética y la buena ejecución de la escritura tiene en estos idiomas tanto valor como el significado del término o de la idea que se quiere transmitir.

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