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Juzgando el libro por la portada: lo que tu cara dice de ti a los demás
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LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

Juzgando el libro por la portada: lo que tu cara dice de ti a los demás

Que la belleza esté en el interior no quiere decir que el exterior no cuente en absoluto, ni que la primera impresión no tenga una grandísima importancia

Foto: Nuestro rostro revela datos sobre nuestra personalidad, pero no siempre son ciertos. (Corbis)
Nuestro rostro revela datos sobre nuestra personalidad, pero no siempre son ciertos. (Corbis)

Que la belleza esté en el interior, tal y como nos enseñaba el clásico de Disney,no quiere decir que el exterior no cuente en absoluto, ni que no tenga una gran influencia en la primera impresión. Además, no todo el exterior es meramente superficial, ya que cómo uno se mueve, actúa o gesticula puede darnos muchas pistas acerca del carácter de una persona. Lo que es cierto es que cuando encontramos a alguien con un atractivo especial es difícil desviar la vista hacia otro lado. En tales casos, somos prácticamente incapaces de sacar conclusiones acerca de la persona con la que estamos lidiando y nos ponemos a imaginar todo aquello que no sabemos pero que creemos intuir.

El atractivo físico y sus consecuencias

Un estudiollamado «No juzgues el libro por su portada», abordaba este tema ya desde el título. En él, los investigadores plantearon dos preguntas relacionadas con nuestra tendencia a sacar conclusiones de las personas basándonos en su apariencia. La primera de ellas era: “¿Cuáles son las características que asociamos normalmente al atractivo de una persona?”. La segunda puntualizaba: “¿Cuáles son las características que realmente pronostica el atractivo físico?”.

Es más fácil ser considerado guapo o guapa por la generalidad cuando uno se adhiere a una serie de normas sociales

En el estudio contaron con 118 mujeres que estuvieron dispuestas a ser grabadas durante sesenta segundos mientras hablaban delante de una cámara. Cada uno de esos vídeos se mostró a un “juez” distinto (hombre o mujer) de los 118 que participaron en el experimento. Estos debían evaluar el atractivo de la mujer filmada y después considerar cuáles serían sus principales rasgos de personalidad y sus valores más positivos.

¿Qué revelaron las respuestas de estos jueces? En primer lugar, que todos pensaban que podían aprender bastante de la personalidad de alguien y hacer un juicio justo de la misma basándose simplemente en el breve vídeo que habían visto. En segundo lugar, y más concretamente, que cuanto más atractiva resultaba ser la persona, más concienzuda, abierta y extrovertida la consideraban. No hubo ninguna diferencia entre las opiniones de los hombres y las de las mujeres.

¿Eran esas apreciaciones pertinentes?

Las consideraciones de los “jueces” podían contraponerse a las de los propios juzgados, pues las mujeres filmadas dieron también su propia visión de sí mismas, describiendo los que creían que eran los principales rasgos de su personalidad. Ninguna de las características que ellas enumeraron coincidía con las que les habían atribuido los observadores. En contra de lo que asumieron los “jueces”, el atractivo físico de las mujeres visualizadas no implicaba que fueran más concienzudas, más abiertas y más extrovertidas, así como no eran más inconscientes, cerradas y tímidas aquellas menos agraciadas.

Los vínculos reales entre la apariencia y la personalidad son verdaderamente sutiles

Aquellas mujeres que eran más atractivas confesaron valorar muy positivamente el tradicionalismo y la conformidad con respecto a ciertas expectativas. No resulta extraño cuando pensamos que, efectivamente, es más fácil ser considerado guapo o guapa cuando uno se adhiere a una serie de normas sociales relacionadas con el estilo, la belleza y el cuidado personal.

El estudio pone así de manifiesto que, aunque solemos pensar que las mujeres atractivas poseen, además, una gran variedad de rasgos de personalidad socialmente deseables, los vínculos reales entre la apariencia y la personalidad son verdaderamente sutiles. Lo que sí nos dice la apariencia de alguien es cuánta importancia le otorga a los citados valores muy estimados por la sociedad actual, como la belleza, el cuidado del cuerpo, el estilo, el maquillaje…

Habrá que ponerse a hablar

Sam Sommers, psicólogo social de la Tufts University, ha analizado este estudio a la luz de sus conocimientos y considera que los datos simplemente revelan que hay una gran tendencia social a juzgar a un libro por su cubierta. Estamos obsesionados, dice, con objetivar la belleza y regular la envidia. En esta línea, Sommers lo tiene claro: la forma más precisa de averiguar lo que una cara bonita puede querer decirte es tener una conversación real con la persona que la posee.

Que la belleza esté en el interior, tal y como nos enseñaba el clásico de Disney,no quiere decir que el exterior no cuente en absoluto, ni que no tenga una gran influencia en la primera impresión. Además, no todo el exterior es meramente superficial, ya que cómo uno se mueve, actúa o gesticula puede darnos muchas pistas acerca del carácter de una persona. Lo que es cierto es que cuando encontramos a alguien con un atractivo especial es difícil desviar la vista hacia otro lado. En tales casos, somos prácticamente incapaces de sacar conclusiones acerca de la persona con la que estamos lidiando y nos ponemos a imaginar todo aquello que no sabemos pero que creemos intuir.