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"¿Cómo pueden mis libros poner en peligro la seguridad nacional?" John Grisham, prohibido en Guantánamo
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"¿Cómo pueden mis libros poner en peligro la seguridad nacional?" John Grisham, prohibido en Guantánamo

Las novelas políticamente inofensivas del abogado y escritor norteamericano John Grisham han pasado a engrosar la lista negra de libros prohibidos en el campo de detención

Foto: El escritor estadounidense John Grisham, en la presentación de su última novela. (EFE)
El escritor estadounidense John Grisham, en la presentación de su última novela. (EFE)

Las novelas políticamente inofensivas del abogado y escritor norteamericano John Grisham han estrenado la lista negra de libros prohibidos en el campo de detención de Guantánamo. El recién vetado autor, que ha popularizado el género del thriller judicial vendiendo más de 250 millones de ejemplares en todo el mundo, fue censurado, según el abogado de uno de los reos, por el “inadecuado contenido” de sus libros.

La información proporcionada originalmente por el diario norteamericano The Wall Street Journal citaba las obras The King of Torts (El rey de los pleitos) y la sugerente The Innocent Man (traducida al español como El Proyecto Williamson), como los dos títulos de la amplia bibliografía de Grisham que habían sido sellados como no grato dentro de la base estadounidense. Una prohibición inédita, ya que la cárcel cuenta con una biblioteca en la que se incluyen títulos de autores tan dispares comoDanielle Steel, C. S. Lewis, John le Carré o Charles Dickens.No así en otrascárceles norteamericanasde máxima seguridad, donde no existen listas de libros prohibidos (con la excepción del Estado de Texas)ni protocolos de actuación en caso de que seenvíen por correo desde el exterior, pero los funcionarios de prisiones pueden decidir a su antojo lo que se lee y lo que no.

Lecturas lúdicas y desprovistas de cualquier ánimo revolucionario o desobediente, a pesar de lo cual los censores de Guantánamo vieron en ellas una amenaza a la ya de por sí convulsa convivencia en la base, marcada en los últimos meses por las huelgas de hambre de los presos acusados de terrorismo.

Se ha producido una triste perversión de la justicia norteamericana

Una situación que ha atraído el foco informativo internacional y que parece haber sacado de quicio a los responsables del departamento de Defensa: “Vamos a proporcionarles (a los presos) materiales de lectura apropiados y congruentes con nuestra responsabilidad de mantener el orden, la disciplina y la integridad personal”, según declaró uno de sus portavoces a las páginas del diarioneoyorkino que reveló la información.

Alegatos a la seguridad nacional para justificar la inmoralidad

El límite entre lo que es políticamente correcto y lo que no ha sufrido una dura regresión que, para el propio autor censurado, raya la paranoia persecutoria, pues insiste en que sus libros no tienen contenido político. “Se ha producido una triste perversión de la justicia estadounidense”, lamentó Grisham, al mismo tiempo que se preguntó retóricamente “¿cómo puede ser que estos libros pongan en peligro la seguridad nacional?”.

La caja de Pandora se ha abierto provocando un retroceso moral justificado por amplios sectores de la población

La repercusión de la desautorización de estas novelas es una muestra más del tenso clima político que se vive en EEUU respecto al presente y futuro del centro de detención situado en la bahía cubana de Guantánamo. El presidente Barack Obama anunció en su primer mandato la intención gubernamental de proceder paulatinamente a su cierre, aunque los obstáculos que se topó en el Congreso lo obligaron a recular en sus intenciones.

Grisham fue una de las personalidades públicas que más apoyaron y sigue apoyando la campaña por la clausura de la cárcel, por lo que el término ‘revanchismo’ se ha incorporado a las tertulias políticas sobre este asunto. Más aún, teniendo en cuenta que el maestro del thriller judicial ha ocupado cargos de responsabilidad en el Partido Demócrata, formación en la que sigue militando.

Mientras tanto, las condiciones humanitarias de los presos siguen siendo el arma arrojadiza entre los defensores y los detractores de este centro de detención de terroristas. Música heavy metal a todo volumen durante varias horas, antifaces para no ver la luz del día, gruesos guantes que impiden la sensación de tacto o mascarillas que anulan el olfato… son algunas de las prácticas a las que someten a los presos, según las repetidas denuncias de Amnistía Internacional y otras organizaciones humanitarias. La caja de Pandora se ha abierto provocando un retroceso moral no exento de justificaciones por una buena parte de la población norteamericana.

Las novelas políticamente inofensivas del abogado y escritor norteamericano John Grisham han estrenado la lista negra de libros prohibidos en el campo de detención de Guantánamo. El recién vetado autor, que ha popularizado el género del thriller judicial vendiendo más de 250 millones de ejemplares en todo el mundo, fue censurado, según el abogado de uno de los reos, por el “inadecuado contenido” de sus libros.

Barack Obama