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Cómo Google ha logrado poner a dieta a sus empleados
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Cómo Google ha logrado poner a dieta a sus empleados

Las oficinas de Google en Nueva York son el sueño de todo glotón: a 50 metros de cualquier punto del recinto se puede acceder a un

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Cómo Google ha logrado poner a dieta a sus empleados

Las oficinas de Google en Nueva York son el sueño de todo glotón: a 50 metros de cualquier punto del recinto se puede acceder a un surtido ilimitado de comida disponible las 24 horas, siete días a la semana. Pero la política del bufé libre eterno, otrora bendecida por los trabajadores, se volvió en su contra. “Algunas personas ganaron más de 6 kilos cuando empezaron a trabajar aquí”, ha reconocido a la cadena estadounidense ABC News Joe Labombarda, jefe de cocina de las oficinas que el gigante de la tecnología tiene en Manhattan y Washington.

Labombarda confiesa que la política de comida ilimitada, que fue diseñada originalmente para incrementar la productividad y lealtad de los empleados, no tuvo el efecto esperado: la gente comía más, y con mayor frecuencia, lo que acabó siendo malo para su salud y para la empresa. Así que ha llegado el momento de poner a los trabajadores a dieta. Dado que cortar de raíz el suministro de alimentos no iba a sentar bien a unos empleados mal acostumbrados al all can you eat, la empresa, fiel a su estilo, ha decidido aumentar la información que se ofrece sobre la comida y disponerla de tal forma que los empleados tengan menos tentaciones.

Si quieres un refresco, tendrás que agacharte

Desde hace unos meses, todos los platos que se ofrecen en el comedor están etiquetados en función de su contenido calórico y nutricional, y separados en tres colores: verde, naranja y rojo, en función de lo saludables que son. Los platos “verdes”, correspondientes a las ensaladas y verduras, están situados a la entrada del comedor, en el sitio que primero entra a la vista (y cuyos platos, según los investigadores, tenemos más propensión a escoger). Los platos “rojos”, reservado a las carnes rojas, los postres y la pasta, están al final del bufé, en la parte menos atractiva en términos de marketing. Los postres, además, se ofrecen en pequeñas raciones, para que la gente se sienta satisfecha, pero no se llene.

El tamaño de los platos también se ha reducido, para que los empleados se sirvan porciones más pequeñas, y todos los días se recomiendan diversos menús con su correspondiente información calórica, para los que quieran seguir una dieta.

Las nuevas directrices alimentarias no sólo han llegado al comedor, también se han aplicado en las zonas de descanso, donde los empleados de Google disfrutan de bebidas y snacks ilimitados.  

En las neveras con bebidas se ha cambiado la disposición para que los refrescos azucarados estén en la parte de abajo (la menos atractiva) y el agua a la altura de la vista. La responsable de Recursos Humanos de las oficinas de Google en Nueva York, Jennifer Kukosi, ha explicado a ABC News que desde que se cambió la disposición de las bebidas, los empleados consumen un 47% más agua.

Los aperitivos menos saludables se han “escondido” en botes opacos, y se han retirado de los dispensadores automáticos y transparentes que ocupaban hasta ahora. Kukosi asegura que desde que cambiaron de sitio los M&Ms, de los dispensadores transparentes a los botes opacos, los trabajadores han consumido 3,1 millones de calorías menos provenientes de estos dulces. No es el único logro de la nueva política alimenticia de Google. Desde que se implementaron los cambios, Kukosi asegura que las calorías que los empleados consumen a partir de dulces han caído en un 9%, del 29 al 20.

Las oficinas de Google en Nueva York son el sueño de todo glotón: a 50 metros de cualquier punto del recinto se puede acceder a un surtido ilimitado de comida disponible las 24 horas, siete días a la semana. Pero la política del bufé libre eterno, otrora bendecida por los trabajadores, se volvió en su contra. “Algunas personas ganaron más de 6 kilos cuando empezaron a trabajar aquí”, ha reconocido a la cadena estadounidense ABC News Joe Labombarda, jefe de cocina de las oficinas que el gigante de la tecnología tiene en Manhattan y Washington.