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“Hay un elevado riesgo de que nos acostumbremos a tanto paro”
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CÁRITAS Y EL PRIMERO DE MAYO

“Hay un elevado riesgo de que nos acostumbremos a tanto paro”

Han pasado 127 años desde la primera huelga celebrada un Primero de Mayo, en Chicago, que acabó con ocho condenados a muerte y un día histórico

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“Hay un elevado riesgo de que nos acostumbremos a tanto paro”

Han pasado 127 años desde la primera huelga celebrada un Primero de Mayo, en Chicago, que acabó con ocho condenados a muerte y un día histórico para las reivindicaciones laborales. La mayor parte de los países del mundo celebran hoy el Día Internacional de los Trabajadores, que en España se vive este año con especial preocupación. No en vano, nuestro país se enfrenta a una de las mayores tasas de desempleo de su historia. Uno de cada cuatro españoles, más de 6 millones y 200.000 personas, no encuentran un empleo. El problema ha dejado de ser cosa de sindicatos y administraciones públicas, y está pasando a marchas forzadas a manos de los servicios sociales.

La proporción de personas que se encuentran por debajo del nivel de la pobreza en España ha pasado del 18% en 1996 al 21,8% en 2011 y el ingreso medio por hogar ha descendido desde los 26.500 euros de 2008 hasta los 24.609 de 2011. Los servicios sociales públicos están desbordados e instituciones como Cáritas, la que realiza un mayor número de intervenciones sociales, son las únicas que salvan a miles de españoles de la exclusión. El año pasado la organización, dependiente de la Iglesia Católica, atendió a un total de 81.613 desempleados en sus programas de empleo, cuya memoria se ha presentado esta semana con motivo del Primero de Mayo. Su discurso es cada vez más contundente ante el problema del paro. En su opinión, el derecho al trabajo está amenazado y es una exigencia ética, moral y de justicia que sea una prioridad invertir esta realidad.

La responsabilidad no es del parado

Félix Miguel Sánchez, coordinador del Equipo de Promoción de Derechos y Economía Solidaria de Cáritas, ha explicado a El Confidencial la importancia de que la ciudadanía sea consciente del verdadero problema que representa el paro: “Existe un alto riesgo de que nos acostumbremos a esas cifras tan altas. No nos podemos habituar a ella y dejarla pasar. O entre todos respondemos a esto o va a ser muy difícil. No podemos depositar todo el peso de la responsabilidad en las personas desempleadas”.

El tiempo juega en contra de los parados, se prolongan los periodos de desempleo y se dificulta su reincorporaciónEn su Memoria de Empleo 2012, Cáritas recoge todas las acciones llevadas a cabo el pasado año para ayudar a los desempleados, entre las que se incluyen servicios de acogida, información y orientación laboral, formación para el empleo, apoyo al autoempleo, servicios de intermediación laboral e iniciativas de intermediación laboral. Durante el año pasado la organización invirtió 33 millones de euros en programas de empleo –casi la mitad de ellos procedentes de ayudas públicas– y consiguió que 13.318 personas (el 16% de las que participaron en el programa) encontraran un trabajo.  

Las personas que están viviendo una situación más complicada, tal como explica Sánchez, son los parados de larga duración, no sólo porque acaban perdiendo el subsidio, sino también porque “el tiempo juega en su contra, se prolongan los periodos de desempleo y se dificulta la reincorporación al mundo laboral”. En opinión de Sánchez, al margen de las medidas concretas que Cáritas promueve para su incorporación al mercado de trabajo, como la formación, la búsqueda activa de empleo y la motivación, es necesario derribar el estereotipo que rodea a este tipo de parados.

“La tentación clara”, explica Sánchez, “es culpabilizar y responsabilizar a la persona que está desempleada. Es un pensamiento que nos deja muy tranquilos pero no responde a la realidad. Le hemos preguntado a los desempleados qué demandan y es curioso, porque no quieren dinero, subsidios, ni ayudas, quieren trabajar”.

Apostando por un cambio de mentalidad

En opinión de Sánchez, no obstante, por mucho dinero que se invierta en ayudar a los desempleados, y por mucho que se les ayude a salir de su incómoda situación, no podremos avanzar si no cambia la mentalidad de la ciudadanía, las empresas y los poderes públicos respecto a los parados. Y eso es algo que, según Sánchez, les reclaman día a día los propios desempleados: “Nos pedían que como sociedad fuésemos críticos, que tuviéramos conciencia crítica, que aprendiéramos de lo que ha pasado y lo que está pasando, que veamos que el problema. Si ahora hay más de 6 millones de desempleados, no es que no tengan cualificación o no quieran trabajar, es consecuencia de un modelo productivo, de un modelo económico concreto y de unos valores que lo sustentan”.

Para Sánchez es necesario que “como sociedad y como personas” cambiemos nuestra escala de valores: “Estamos muy acostumbrados a escuchar que se toman medidas políticas para generar confianza en los mercados, ¿para cuándo medidas políticas que generen confianza en los desempleados? Como ciudadanos, como consumidores, como personas que participan en la democracia, tenemos la capacidad de cambio y es lo que nos piden los desempleados. Tenemos que recordar constantemente que esos grupos de personas más vulnerables están ahí, y sus demandas están ahí, y necesitamos un sistema que se construya sobre la justicia”.

Han pasado 127 años desde la primera huelga celebrada un Primero de Mayo, en Chicago, que acabó con ocho condenados a muerte y un día histórico para las reivindicaciones laborales. La mayor parte de los países del mundo celebran hoy el Día Internacional de los Trabajadores, que en España se vive este año con especial preocupación. No en vano, nuestro país se enfrenta a una de las mayores tasas de desempleo de su historia. Uno de cada cuatro españoles, más de 6 millones y 200.000 personas, no encuentran un empleo. El problema ha dejado de ser cosa de sindicatos y administraciones públicas, y está pasando a marchas forzadas a manos de los servicios sociales.