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La columna del Rey, el último eslabón de una cadena de intervenciones marcada por la artrosis
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MENOS DEL 40% DE QUIENES SE SOMETEN A ESTA OPERACIÓN TIENEN RESULTADOS SATISFACTORIOS

La columna del Rey, el último eslabón de una cadena de intervenciones marcada por la artrosis

El Rey vuelve a pasar por quirófano. Tras su última operación de cadera se esperaba que D. Juan Carlos caminase sin muletas en 2-3 semanas. Sin

Foto: La columna del Rey, el último eslabón de una cadena de intervenciones marcada por la artrosis
La columna del Rey, el último eslabón de una cadena de intervenciones marcada por la artrosis

El Rey vuelve a pasar por quirófano. Tras su última operación de cadera se esperaba que D. Juan Carlos caminase sin muletas en 2-3 semanas. Sin embargo, siempre hemos de tener en cuenta que operamos pacientes, no radiografías.

Es frecuente que muchos pacientes mayores de 65 años asocien problemas en varias articulaciones y se tengan que operar primero de las caderas, luego de las rodillas y, finalmente, superadas estas intervenciones, de la columna. Es una presentación común y muy limitante de la artrosis como proceso degenerativo. Para los cirujanos ortopédicos resulta, a veces, un reto dar un valor a la limitación que cada una de las articulaciones afectadas representa para el paciente. Aún más difícil es explicar, en una cirugía de calidad de vida, la limitación para conocer cuanta mejoría funcional puede aportar una operación de cadera, de rodilla o de la columna a nuestros pacientes.

Esta cadena de problemas médicos podría indicar que, pese a todos los esfuerzos médicos, el Rey podría tener un deterioro más avanzado de lo que hasta aquí creíamos, con una artrosis generalizada, que dificultase de una forma importante su movilidad. Las limitaciones de unas lesiones podrían haber condicionado la recuperación de otras y así se ha completado este duro ciclo que hace que, desde el accidente en Botswana, el Rey no haya sido el mismo.

El pronóstico en los pacientes con tantas articulaciones o regiones afectas es incierto. Como se ha visto, con la operación de la cadera de D. Juan Carlos, el cuadro va más allá de la intervención actual, pues hablamos de un paciente con varias operaciones en cadena, probablemente, y pese a la mejor rehabilitación posible, con atrofia prolongada y pérdida de agilidad y coordinación. Establecer plazos de recuperación y pronosticar el nivel de mejoría física o funcional que alcanzan estos pacientes tan complejos puede ser más un deseo que una realidad científica.

La patología de la columna vertebral, que afecta a todas las edades, es una de las más frecuentes en nuestra sociedad. El dolor lumbar tiene una incidencia anual del 5% de la población y es la causa del 15% de todas las incapacidades laborales en el mundo occidental. Entre el 70% y el 85% de la población adulta sufre de dolor de espalda alguna vez en su vida. Se calcula que entre el 15% y el 45% de la población sufrirá a lo largo de su vida una lumbalgia aguda de origen discal. Aunque la mayoría de los afectados (del 80% al  90%) no requerirá más que dos o tres días iniciales de reposo y unas semanas de terapia farmacológica; otros casos requerirán cirugía.

La espalda es la tercera causa de intervención quirúrgica y la quinta causa más frecuente de hospitalización. Lejos de disminuir estos gastos, van en aumento y, de seguir la progresión actual, podrían superar los originados por el sida y la cardiopatía isquémica. En los países desarrollados constituye la primera causa de incapacidad laboral (IL) en menores de 45 años, y la tercera en mayores de 45, sólo superada por la cardiopatía isquémica y otros procesos reumáticos.

Respecto a la hernia, las principales causas que la originan pueden ser también degenerativas, traumáticas (accidentes, deporte, profesiones donde se carga peso….), mecanismos repetitivos de flexión-extensión del tronco cargando mucho peso (profesiones donde se exige grandes esfuerzos); sobrepeso, acentuándose el riesgo con un abdomen voluminoso o por atrofia de la musculatura de la espalda.

Cuando existe estenosis de canal, con alteraciones del disco (hernia o protrusión) el tratamiento va más allá de la extirpación de la hernia. Al igual que en una rodilla con grave artrosis, en la que el menisco está roto, el tratamiento no es la artroscopia para resecar el menisco, sino la prótesis. En estos casos hay que hacer una descompresión de las zonas de estenosis y, para corregir la inestabilidad de la columna, se asocia la colocación de barras y tornillos de titanio.

La decisión de someter al Rey a una nueva operación quirúrgica busca, por lo tanto, restituir la función fallida de su columna, la descompresión neurológica y la estabilización mecánica del raquis. La agudización de esta antigua dolencia, junto con las operaciones tan próximas de las caderas y de las rodillas podría explicar, en parte, por qué el Rey no ha abandonado el uso de muletas para caminar desde su última operación de cadera, el 23 de noviembre. Se trataba de implantarle una prótesis para hacer frente al desgaste que sufría en esta extremidad, provocado por la artrosis y que le ocasionaba muchos dolores y dificultades de movilidad.

Tras la intervención, los riesgos a los que se enfrenta el monarca son varios, como el de infección o hemorragia durante una primera operación del disco intervertebral, que  es menor del 1%, aunque el porcentaje aumenta mucho con pacientes de más edad o cuando no es la primera operación discal.

Sin embargo, el verdadero riesgo en la cirugía de columna es que la operación no tenga resultados satisfactorios. Algunas de las recomendaciones basadas en la evidencia científica disponible establecen que, entre los pacientes con hernia discal pero sin signos evidentes de compresión del nervio por exploración física o electromiograma (una prueba que informa del daño o irritación de las raíces nerviosas), menos del 40% de los que se operan obtienen resultados satisfactorios. Los estudios científicos realizados demuestran que la principal causa de fracaso quirúrgico es operar a pacientes que no deberían haber pasado por quirófano. Cuanto más estricta es la selección de los pacientes que se remite a cirugía, mejores son sus resultados. Otras complicaciones puede ser la lesión de la raíz dañada (al liberar la raíz se puede dañar con los instrumentos quirúrgicos) y fibrosis nerviosa (en algunos casos se produce una cicatrización de la zona quirúrgica que puede llegar a provocar un atrapamiento del nervio superior al que provocaba la hernia o la estenosis original y que tiene difícil solución).

Pese a todo, y teniendo en cuenta, la fortaleza del monarca, es muy probable que nos sorprenda con una pronta recuperación .

*Manuel Villanueva y Antonio Ríos, son los primeros traumatólogos españoles premiados (actualmente tripremiados) por la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS) y miembros fundadores de la plataforma www.tulesiondeportiva.com

 

El Rey vuelve a pasar por quirófano. Tras su última operación de cadera se esperaba que D. Juan Carlos caminase sin muletas en 2-3 semanas. Sin embargo, siempre hemos de tener en cuenta que operamos pacientes, no radiografías.

Rey Don Juan Carlos