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No tires el dinero, no hagas un máster en una escuela de negocios (poco conocida)
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LAS NUEVAS CLAVES DE LA FORMACIÓN

No tires el dinero, no hagas un máster en una escuela de negocios (poco conocida)

La formación es una inversión de futuro cada vez más compleja. En un contexto en el que el mercado laboral no para de evolucionar y reestructurarse,

Foto: No tires el dinero, no hagas un máster en una escuela de negocios (poco conocida)
No tires el dinero, no hagas un máster en una escuela de negocios (poco conocida)

La formación es una inversión de futuro cada vez más compleja. En un contexto en el que el mercado laboral no para de evolucionar y reestructurarse, las posibilidades de acertar con la carrera o máster con más y mejores salidas laborales se reducen, ya que los perfiles profesionales más demandados hoy en día podrían dejar de serlo en tan solo unos pocos años, como explica Paul Campos en su último ensayo titulado Don’t Go to Law School. Por ello, es preciso asesorarse muy bien antes de elegir qué estudiar y dónde. Más aún, después de que la implantación del plan Bolonia produjese una multiplicación y diversificación de la oferta lectiva.

En un momento en el que una buena parte de los cerca de seis millones de desempleados españoles aprovechan para mejorar su formación, con el objetivo de reincorporarse lo antes posible al mercado laboral, hay que ser muy conscientes de dónde se va a invertir el tiempo y, sobre todo, el dinero. Los préstamos para estudiar han experimentado un fuerte impulso en los últimos años y, para no verse atrapados con estas deudas como ya está ocurriendo en EEUU, la apuesta formativa se debe hacer sobre la base de dos principios fundamentales.

Nuevas reglas para acceder al mercado laboral

El primer principio consiste en que los esquemas del pasado no son extrapolables al presente. Es decir, los posgrados o másteres masificados de alumnos porque hoy tienen mucha demanda del mercado, dejarán de tenerla en breve, no solo por el sentido común de la ley de oferta y demanda, sino también por la evolución de las necesidades del mercado. Una “transición” que ya analizaba Ruth Simon en un artículo publicado en el diario The Wall Street Journal bajo el título ‘For Newly Minted M.B.A.s, a Smaller Paycheck Awaits’.Los más conservadores a la hora de formarse son en realidad los más temerarios

El segundo principio tiene que ver con que lo barato sale caro. La formación es una inversión y más vale no escatimar en gastos. De se este modo, se asegurará luego un puesto de trabajo bien remunerado, mientras que si se gasta poco, luego se cobrará también poco durante toda la vida. Existen numerosas señales, sobre todo en EEUU, que han puesto de relieve la importancia de tener en cuenta estos dos principios fundamentales a la hora de elegir un posgrado.

Como contábamos hace unos días en este artículo sobre la burbuja de los MBA (Master in Business Administration por sus siglas en inglés) en EEUU, las matrículas en estos programas de alta formación aumentaron un 24% desde el estallido de las crisis financiera y se batió el récord de titulados en 2011 con 126.214. Además, los sueldos se han reducido desde 2008 en una media del 4,6% para uno de cada tres egresados de las 186 escuelas de negocios analizadas por Payscale.com.

Transición formativa a todos los niveles

El chorro de datos estadísticos al respecto de este fenómeno continúan en Don’t Go to Law School. Su autor calcula que los licenciados en Derecho en EEUU han visto como sus salarios se congelaban en una media de 45.000 dólares anuales, mientras que la deuda contraída por estudiar esta carrera crecía hasta los 150.000 dólares de promedio. Además, las tasas de desempleo de este tipo de titulados continúan en ascenso.Los titulados en un MBA ya no pertenecen a un club exclusivo

Paul Campos hace un análisis comparativo con lo que sucedió tras la Gran Depresión. Por aquel entonces, muchos de los estudiantes que se especializaron en las carreras con más salidas y que presentaban menos riesgos, como Derecho o Economía, “acabaron en la parte más baja de la escala social. Algo impensable para todo el mundo, pero que sucedió”. Por ello, cree que “los más conservadores a la hora de formarse son en realidad los más temerarios”.

Esta misma transición parece estarse extendiendo también a los MBA. En buena parte por la multiplicación de la oferta, que ha instaurado una división entre los de primera y segunda categoría, y hasta de tercera. El catedrático de administración en la Escuela de Negocios de la Universidad de Georgetown, Brooks Holtom, explicaba recientemente en las páginas del WSJ, que “los titulados en un MBA ya no pertenecen a un club exclusivo”, por lo que los beneficios de contar con este tipo de formación en el currículum son mucho menores desde hace un lustro. A pesar de ello, la gente se endeuda cada vez más para realizar alguno de estos cursos especializados, ampliándose así la deuda acumulada por préstamos de estudios hasta rozar ya los mil millones de dólares.

Las escuelas más prestigiosas mantienen las garantías

La clave sigue siendo optar por titularse en las escuelas de negocios asociadas a las universidades más prestigiosas, cuyos egresados aún mantienen los privilegios de antaño en el mercado laboral. “Cuando las plazas son limitadas el mercado laboral mantiene su capacidad para absorber a estos egresados, pero con cuando se multiplican las oportunidades descienden paralelamente las opciones de conseguir los puestos mejor remunerados”, según explicaba en The Daily Beast la analista de mercados Megan McArdle. Esta especialista solo recomienda estudiar un MBA si se realiza en alguna de las escuelas de negocios posicionadas en los primeros puestos del ranking académico. De lo contrario, “es muy probable que uno termine con una deuda enorme y sin probabilidades de pagarla en el futuro”.Una mala decisión formativa puede generarnos una deuda enorme y dificultades para poder pagarla en el futuro

Un título en una Escuela de Negocios ya no significa una garantía absoluta que solucione nuestros problemas laborales de por vida. Para McArdle, se trata más bien de “la solución fácil”, pero que puede ser un gran error para muchos. Esta tendencia ya ha comenzado a tener consecuencias en las facultades de Derecho y máster especializados en leyes, donde se han reducido las matrículas, pero no así en los MBA. Sin embargo, estos últimos tendrán que experimentar un descenso similar para que puedan seguir siendo competitivos.

La formación es una inversión de futuro cada vez más compleja. En un contexto en el que el mercado laboral no para de evolucionar y reestructurarse, las posibilidades de acertar con la carrera o máster con más y mejores salidas laborales se reducen, ya que los perfiles profesionales más demandados hoy en día podrían dejar de serlo en tan solo unos pocos años, como explica Paul Campos en su último ensayo titulado Don’t Go to Law School. Por ello, es preciso asesorarse muy bien antes de elegir qué estudiar y dónde. Más aún, después de que la implantación del plan Bolonia produjese una multiplicación y diversificación de la oferta lectiva.