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Siete soluciones que debes aplicar cuando todo empieza a ir mal
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PENSAR BIEN PARA SENTIRSE BIEN

Siete soluciones que debes aplicar cuando todo empieza a ir mal

“Todo lo que pueda ir mal, irá mal”. Es la célebre afirmación que componía el eje central de la Ley de Murphy, enunciada de manera irónica

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Siete soluciones que debes aplicar cuando todo empieza a ir mal

“Todo lo que pueda ir mal, irá mal”. Es la célebre afirmación que componía el eje central de la Ley de Murphy, enunciada de manera irónica por el escritor Edward A. Murphy Jr. Y que, sin embargo, parece resumir bastante bien la espiral negativa en la que muchos nos sumergimos, en ocasiones de manera equivocada, pensando que la tostada siempre caerá por el lado equivocado incluso antes de que esta caiga.

En ocasiones todo parece alinearse en nuestra contra, una situación que provoca que caigamos fácilmente en la desesperación y nos haga pensar que no podemos hacer nada por cambiar la situación. En otras, como en la coyuntura habitual en la que la incertidumbre espolea nuestra desconfianza hacia la mejora, la aparición de pensamientos negativos difíciles de eliminar es casi inevitable, como señalaba un estudio realizado por la Universidad de Marmara (Turquía). Es en ese instante en el que, efectivamente, hemos bajado los brazos y aceptado nuestra derrota.

Ante ello, hay determinadas estrategias identificadas principalmente por la psicología cognitiva que tienen por objetivo ayudarnos a desterrar esas tinieblas que pueblan nuestra mente y a conocer qué podemos hacer ante tal circunstancia, expuestas en libros canónicos como es el caso de Teorías cognitivas para el control del estrés de Martha Davis, Patrick Fanning y Matthew MacKay (Martínez Roca), Teoría y práctica de la terapia racional emotivo-conductual de Albert Ellis (Siglo XXI) o, desde una perspectiva más divulgativa, Pensar bien, sentirse bien de Walter Riso (Granica).

Cuando pensamos que algo va a salir mal, termina saliendo malRecuérdate que es imposible que todo pueda ir mal. Es algo frecuente en el deporte: el equipo que en otras ocasiones había demostrado con solvencia su valía, comienza a caer en una espiral negativa en la que no sólo le cuesta mucho más vencer sus partidos, sino que parece que el balón no entra en la canasta o la portería, que las lesiones inoportunas abundan y que ni siquiera la moneda del sorteo de campo caerá a nuestro favor. Algo semejante ocurre en este tipo de situaciones en las que todo parece ir mal. Es necesario tomar un poco de perspectiva sobre nuestra situación y recordarnos que en ocasiones es nuestro pesimismo lo que decanta la balanza en nuestra contra.

Ve paso por paso. Cuando nos vemos sumergidos en ese círculo en el que todo va mal y sólo parece ir a peor, es sencillo caer en una especie de frenesí semejante al que tiene el capitán de un barco que hace aguas por todas partes. Siguiendo con la metáfora del navío, es frecuente que intentemos tapar todos los agujeros al mismo tiempo, de forma que al final no consigamos nada. ¿Qué deberíamos hacer en esos casos? En primer lugar, realizar una lista de prioridades y saber qué fallas debemos cerrar cuanto antes y cuáles pueden esperar más tiempo. Acto seguido, ponernos manos a la obra y comenzar por el principio.

Aprende a manejar la hostilidad y las críticas. En Feeling Good: the New Mood Therapy (Harper), un clásico de la psicología de autoayuda, su autor David D. Burns señalaba que uno de los retos más importantes a afrontar a la hora de eliminar nuestros pensamientos negativos es saber manejar las opiniones que los demás tienen de nosotros, y que pueden ser altamente dañinas. Restarle importancia a los comentarios destructivos y no perder el tiempo con acusaciones infundadas es esencial.

Elimina el pensamiento de “todo o nada”. Aunque sepamos que la vida no es así, nuestras emociones nos llevan a caer fácilmente en lo que en psicología cognitiva se considera el “pensamiento de ‘todo o nada’”, es decir, esa disfunción que consiste en conocer nuestra realidad a partir de términos absolutos. En este tipo de pensamiento, adverbios como “nunca más”, “para siempre”, “todo el tiempo”, etc., son muy habituales: es lo que también se llama “pensamiento polarizado”. Pero, como suelen recordar los terapeutas, todo viene y todo pasa, por lo que quizá debamos sustituir dichos adverbios por conceptos como “por ahora”, “últimamente” o “en ocasiones”.

Debemos confiar en nuestro entorno y pedirle ayuda y consejoNo todo lo que sucede es responsabilidad nuestra. En psicología se conoce con el nombre de personalización o pensamiento auto-referencial a aquel por el cual consideramos que jugamos un papel activo en todo lo que sucede a nuestro alrededor, sea esto así o no. Una concepción errónea que puede derivar fácilmente en un sentimiento de culpa acuciante. Sin olvidar nuestras responsabilidades, debemos analizar la situación para aprender a distinguir entre aquello que hemos ocasionado nosotros –con el objetivo de solucionarlo– y lo que se escapa de nuestra mano.

Cuéntalo. Cuando de repente todo parece ir mal después de un prolongado período en el que la suerte parecía aliada con nosotros, es complicado aceptar la deriva de nuestra situación y mostrarlo a nuestro círculo más íntimo. En ocasiones, por no preocupar a unos amigos o familiares que bastante tienen con lo suyo. En otras ocasiones, por una mera cuestión de orgullo. Uno de los problemas más acuciantes en esta situación de crisis es la falta de mentalización para pedir ayuda, como señalaba el director de la Fundación Sistema y catedrático de sociología en la UNED José Félix Tezanos.

Espera. A veces, poco más podemos hacer que no sea esperar a que los vientos comiencen a soplar de manera más favorable para nosotros. Esperar en sí no es complicado, ya que al fin y al cabo no requiere de nosotros un papel activo; pero sí lo es aprender a esperar, algo que necesita de una cierta práctica y que consiste en saber qué aspectos de nuestra vida están determinados por el azar y un buen día terminarán cambiando. Y, mientras tanto, como en el cuento de la cigarra y la hormiga, quizá podamos prepararnos para ese momento en que la rueda gire a nuestro favor.

“Todo lo que pueda ir mal, irá mal”. Es la célebre afirmación que componía el eje central de la Ley de Murphy, enunciada de manera irónica por el escritor Edward A. Murphy Jr. Y que, sin embargo, parece resumir bastante bien la espiral negativa en la que muchos nos sumergimos, en ocasiones de manera equivocada, pensando que la tostada siempre caerá por el lado equivocado incluso antes de que esta caiga.