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Olvídate de los mensajitos: aumentan los accidentes infantiles por culpa del móvil
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LOS PADRES SUELEN DESCUIDAR LA ATENCIÓN

Olvídate de los mensajitos: aumentan los accidentes infantiles por culpa del móvil

La utilización de los smartphones ha aumentado de manera directamente proporcional al número de accidentes domésticos entre los más pequeños; o, al menos, eso sugieren las

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Olvídate de los mensajitos: aumentan los accidentes infantiles por culpa del móvil

La utilización de los smartphones ha aumentado de manera directamente proporcional al número de accidentes domésticos entre los más pequeños; o, al menos, eso sugieren las estadísticas que sobre ambas tendencias se han recogido en tiempos recientes. Para un gran número de pediatras no existe ninguna duda sobre la relación, que ha puesto de manifiesto las serias consecuencias para los niños de las distracciones de sus progenitores ocasionadas por las nuevas tecnologías, y en concreto, por los teléfonos móviles.

El cuidado de los niños, sobre todo cuando son pequeños y están fuera de casa, requiere una atención absoluta, por lo que es incompatible con las multitareas potenciadas por la telefonía móvil de última generación. La distracción provocada por el uso de los móviles ya llevó a las autoridades a prohibir su uso durante la conducción de vehículos, uno de los campos más sensibles. ¿Llegará un momento en el futuro en el que esta prohibición se extienda a los parques públicos? Parece dudoso, pero las estadísticas comienzan a poner en tela de juicio la actuación de algunos padres en lo que concierne al control y cuidado de sus hijos, especialmente si hay smartphones de por medio.

La multitarea te vuelve estúpidoLos datos señalan que entre 2007 y 2010 se ha producido un incremento de un 12% en el número de accidentes que sufrían los niños durante su tiempo libre, tal como señalaba el Centers For Disease Control and Prevention. Una estadística negativa no sólo en términos absolutos, sino también en términos relativos, ya que cambia la tendencia, durante más de treinta años en aumento, que estaba haciendo disminuir este tipo de accidentes. Desde los años setenta, los avances tecnológicos, la atención prestada a la creación de juguetes y atracciones mucho más seguras y la creación de unas normas de seguridad básicas habían contribuido al descenso del número de accidentes infantiles. Sin embargo, otro tipo de avances tecnológicos parecen estar comprometiendo dichas normas.

Las páginas de The Wall Street Journal se hacían eco recientemente de esta problemática situación, denunciada por un puñado de médicos, como Jeffrey Weiss de la American Academy of Pediatrics, que señalaba que la estadística es “sorprendente”. Un gran número de profesionales creen que las distracciones de los padres en el cuidado de sus hijos, ocasionadas por la utilización de dispositivos móviles, puede explicar en un alto grado este giro en la estadística. De hecho, los datos sobre la utilización de smartphones entre los mayores de 13 años se sitúan en una pendiente semejante a la del aumento de estos accidentes: ya son unos 114 millones. Como señalaba uno de los padres despistados citados en dicho artículo, “lo que he aprendido es que la multitarea te vuelve estúpido”.

Los efectos de los smartphone

Aunque los expertos se muestran cautelosos en trazar una relación causa y efecto entre la utilización de este tipo de dispositivos y el aumento de los accidentes, que por ahora puede no ser más que meramente “asociativa”, de lo que disponemos una información mayor es de los problemas de atención que causa diversificarnos entre distintas tareas. Uno de los problemas que plantean los expertos es que es complicado averiguar qué número exacto de estos accidentes se podrían haber solucionado con una mayor atención, ya que es prácticamente imposible que ninguno de los padres que han puesto en peligro a sus hijos lo admitan en público.

Las personas que han sido distraidas por el móvil no son conscientes de su falta de atenciónSegún un estudio publicado el pasado 2011 por la Organización Mundial de la Salud, conducir hablando por el móvil produce los mismos efectos en la atención que conducir bajo los efectos del alcohol, ya que el tiempo que tardaban en reaccionar cuando estaban escribiendo un mensaje era cuatro veces superior al normal. Además, se añadía en el estudio, el 28% de los conductores que habían conducido en dichas circunstancias habían invadido el carril contrario o realizado maniobras peligrosas. De hecho, la última campaña de la Dirección General de Tráfico ponía su mayor énfasis en el peligro que pueden tener las distracciones al volante.

Evidentemente, no se trata de una problemática que afecte únicamente a los conductores, sino que indica que cuando nuestra atención es reclamada por nuestras herramientas de comunicación, el resto del mundo pasa a un segundo plano. Ese es uno de los problemas principales: la vibración o el timbre del móvil, no pueden esperar, por lo que nos despistan al instante. Quizá nuestra atención no se desvíe más que cinco segundos, pero son cinco segundos que pueden ser decisivos. Otro añadido es que la persona que está revisando sus mensajes de texto no considera que esté distraída (aunque, efectivamente, sí lo esté), por lo que se le escapa lo que ocurre a su alrededor. El último matiz es generacional: la mayor parte de usuarios de este tipo de tecnología suelen ser los nacidos a partir de finales de los setenta y principios de los ochenta en adelante. Precisamente, la generación que ahora está teniendo sus primeros hijos, a los que en muchas ocasiones resulta difícil controlar. Así que mantengan sus teléfonos en silencio y sus niños a la vista.

La utilización de los smartphones ha aumentado de manera directamente proporcional al número de accidentes domésticos entre los más pequeños; o, al menos, eso sugieren las estadísticas que sobre ambas tendencias se han recogido en tiempos recientes. Para un gran número de pediatras no existe ninguna duda sobre la relación, que ha puesto de manifiesto las serias consecuencias para los niños de las distracciones de sus progenitores ocasionadas por las nuevas tecnologías, y en concreto, por los teléfonos móviles.