'Asquerosamente rico 3', el último (y descarado) timo de los libros de autoyuda

“En Asquerosamente rico 3 voy mucho más allá de los habituales consejos de marketing para revelar tu camino secreto al éxito. De manera bastante literal, te enseñaré cómo diseñar tu ‘plan maestro’ de beneficio desde cero”. ¿Quién se resistiría a una oferta así? Dada la hipersaturación que existe en el mercado editorial de libros de autoayuda que garantizan el éxito personal, probablemente la mayor parte de potenciales lectores, que no se sentirían especialmente apelados por la recurrente fórmula de promoción de Asquerosamente rico 3. Por eso mismo, su autor, Michael Green (seudónimo de Grant Shapps), aclaraba a continuación, anticipándose a la crítica, que “si eres uno de esos escépticos que necesitan ver pruebas para comprobar que mi método realmente funciona, haz click en esta dirección y observa mis dos aviones”. Efectivamente, la página web (que ya no funciona), mostraba la imagen de dos lujosos aeroplanos, pero existen dudas razonables de que perteneciesen a Shapps, uno de los personajes británicos más polémicos de este comienzo de siglo. Entre otras cosas, porque es un veterano político tory que ahora mismo copreside el Partido Conservador inglés.

Shapps fue descubierto cuando un compañero de conferencia publicó una foto

La ambición del supuesto Michael Green no conocía límites, a pesar de sugerir en la promoción de sus libros que la tirada no era superior a las 250 copias, con el objetivo de que sus secretos no fuesen conocidos por todo el mundo: para hablar de Asquerosamente rico 3, aseguraba que, al ser el último volumen de la trilogía, no se había dejado nada en el tintero. La duda que podía asaltar a los lectores era, obviamente, cómo un libro que promete descubrirte todos los secretos del éxito necesita convertirse en una trilogía para llevarlo a cabo. Otro volumen presentado por Green/Shapps era el que hacía referencia al "reto del 20 en 20", es decir, conseguir veinte mil dólares en 20 días. Otro se llamaba Cómo recuperarse de la recesión, otro Cómo conseguir la felicidad, y otro más, Cómo crear un foro. No se puede decir que Shapps, que ha participado en política durante toda su vida, sea precisamente un gran empresario, aunque fundase a comienzos de los noventa PrintHouse Corporation, y probablemente atribuirle la autoría de todos los libros publicados bajo el nombre de Michael Green sea arriesgado. No digamos defender su maestría en todos los campos que aborda.

Lo que más ha soliviantado a algunos de los detractores de Shapps es, precisamente, la referencia a sus aviones como la manera de justificar que su método funciona, una mentira manifiesta: según contaba en su página web, el exitoso (e inexistente) Michael Green había sido capaz de construir un negocio valorado en más de 17 millones de libras a partir de una inversión inicial inferior a las 2.000 y que, según se leía en la web, no lo contaba “para jactarse de ello”, sino para enseñar a los lectores “el poder de sus newsletters”. Sin embargo, el patrimonio de la familia no parece ser superior a 40.000 libras. Pero quizá este no sea su principal error.

Problemas con Google, problemas con todo el mundo

Las empresas de How To Corp no mantienen precisamente una buena reputación en el mundo cibernético. Después de su fundación en febrero de 2002, la bibliografía que dio lugar la marca fue cuantiosa y muy ecléctica, y comprendía desde libros que hablaban sobre las claves para hablar en público, hasta los trucos para mantener una buena salud a través de nuestros hábitos diarios. El producto estrella de la compañía, como no podía ser de otras formas, era Apestosamente rico. Pero se trataba de un negocio diversificado, ya que How To Corp estableció una red de consultas telefónicas en la que, por la módica cantidad de 229 euros la hora, ofrecía consejo a los emprendedores novatos. Existe un punto de metaliteratura en todo el asunto, puesto que lo que la mayor parte de los libros de Shapps cuentan es, precisamente, cómo aprovecharse del marketing online para triunfar.

Los problemas comenzaron a aparecer cuando la compañía se cruzó con Google: en uno de sus múltiples negocios, Shapps ofrecía por algo más de 200 euros el sistema TrafficPaymaster, denunciado por Google por saltarse sus reglas. El objetivo de TrafficPaymaster es, en resumidas cuentas, aprovecharse del sistema de AdSense de Google, que proporciona ingresos a cambio de publicidad, y obtener grandes cantidades de beneficio a partir de la creación automática de páginas web sin contenido propio. Varias de las páginas de Shapps han pasado, por ello mismo, a formar parte de las listas negras de Google. Y aunque el congresista tory declaró no tener nada que ver con la firma, su seudónimo Sebastian Fox escribió en un foro que “lo importante es averiguar de qué manera una página ha sido creada. Si no existen pruebas suficientes, da igual lo que Google piense oficialmente”.

The Guardian denunció que había modificado su entrada de la WikipediaTampoco Twitter ha quedado incólume de los excesos del político conservador ya que Shapps consiguió aumentar su número de seguidores en la red social en una cantidad de 55.000 a través de diversas artimañas, según señaló la empresa de marketing político Yatterbox. La táctica era, en apariencia, sencilla (y bastante artesanal): seguir a un gran número de usuarios a la vez (unos 5.000), y retirar el seguimiento si estos no le correspondían. Según Yatterbox, a través de este método Shapps consiguió gran parte de los 57.475 seguidores que tiene en el momento de la redacción de este artículo. Quizá lo que ocurre no sea más que Shapps es un mentiroso patológico: según señalaba otro artículo reciente publicado en The Daily Mail, los panfletos de propaganda de su campaña por Southwark North y Bermondsey señalaban que había nacido en Londres, mientras que los que fueron utilizados en su carrera por Welwyn y Hatfield señalaban que era oriundo de Hertfordshire, a unos cincuenta kilómetros de la capital inglesa.

Reescribiendo la historia

Apenas unas semanas atrás, The Guardian denunció que Shapps había editado su entrada de la Wikipedia, no tan sólo para eliminar “unos pequeños fallos”, como señalaba el político conservador, sino también para eliminar las referencias negativas a su expediente académico y eliminar la identidad de los inversores de su organización. Shapps negó toda responsabilidad y aseguró que no había cambiado su página de la Wikipedia desde hacía años. Pero la sucesión de escándalos no parece haber afectado al que fuese considerado en su día como “el santo de los gastos” en The Telegraph, y que llegó a montar un campamento en su oficina como muestra de su disconformidad con la reglamentación que recortaba el dinero que podían gastar los congresistas en sus estancias nocturnas en Londres. 

¿Estará Shapps siendo objeto de una campaña de descrédito? Nadie ha interpretado las últimas noticias en este sentido, y el número de metidas de pata de Shapps es tal que pocos dudan de su, digámoslo así, desacertada praxis en determinados temas. De lo que no cabe ninguna duda es de que efectivamente, y tal y como anuncia su alter ego Michael Green, Grant Shapps sabe cómo hacerse rico. Lo que aún no se sabe es si será capaz de mantener su fortuna frente a los embates de sus empresas y sus compañeros tories.