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“Tres avisos y a comisaría”, una nueva forma de luchar contra el vandalismo
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¿ES ÚTIL ENDURECER LA LEY CONTRA LOS GAMBERROS?

“Tres avisos y a comisaría”, una nueva forma de luchar contra el vandalismo

La ministra de interior británica, Theresa May, ha anunciado que su Gobierno trabaja en una nueva ley más dura contra los pequeños actos vandálicos y los

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“Tres avisos y a comisaría”, una nueva forma de luchar contra el vandalismo

La ministra de interior británica, Theresa May, ha anunciado que su Gobierno trabaja en una nueva ley más dura contra los pequeños actos vandálicos y los comportamientos antisociales. A partir de su aplicación los policías estarán obligados a actuar cuando hayan recibido tres quejas sobre una misma persona, y tendrán que atender cualquier requerimiento si es solicitado por cinco vecinos distintos. El Gobierno espera que la nueva legislación ayude a recuperar la confianza en la justicia y el orden, que se ha visto muy mermada tras los disturbios en Londres del pasado verano. En lo relativo a los disturbios, gracias a la nueva ley, incumplir las ordenes de los agentes tendrá categoría de desacato a un tribunal y se endurecerán las sanciones, que podrían acarrear incluso penas de prisión. 

La falta de respuesta a las quejas ciudadanas será perseguida y podría acarrear despidosLa nueva ley británica está diseñada expresamente para prevenir casos como el de Fiona Pilkington, una madre que mató a su hija discapacitada, y después se quitó la vida, tras haber llamado 33 veces a la policía para denunciar los hostigamientos continuos que sufría de un grupo de jóvenes. Según narró la comisión encargada de investigar el caso, los vándalos mantenían a la familia prácticamente prisionera en su casa y les lanzaba piedras, harina y otros objetos, en un flujo incesante de malos tratos. La policía no actuó en ningún momento, pues había clasificado las quejas de Pilkington como “de baja prioridad”. El caso tuvo una gran repercusión en Reino Unido, pero se saldó tan sólo con una reprimenda por mala conducta para un comisario, un sargento y dos agentes, sin mayores consecuencias. La ministra, en el anuncio de la nueva ley, alertó a los policías de que la falta de respuesta a este tipo de quejas será perseguida y podría, incluso, acarrear despidos.

La medida anunciada por el Gobierno no ha sido bien recibida por los representantes de los policías británicos. En declaraciones al dominical The Sunday Times, Peter Smyth, presidente de la Federación Metropolitana de Policía, que representa a 31.500 agentes de Reino Unido, ha declarado que la nueva ley tiene el peligro de “alentar a la gente que sigue haciendo denuncias con el simple argumento de que su vecino tiene un seto demasiado grande”.

La policía española, “escéptica”

El inspector José María Benito, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario entre los agentes españoles, ha explicado a El Confidencial que una ley como la de Reino Unido sería innecesaria en España pues en nuestro país “la policía siempre acude a la primera llamada” o, en todo caso, se traslada la misma al servicio más propicio para atenderla –ya sea la policía municipal, los bomberos o los servicios sociales–. “Todas las llamadas se registran y no se deja ninguna sin atender”, asegura. En su opinión, el endurecimiento de las leyes contra los actos vandálicos no sirve para solucionar el problema, pues muchos disturbios tienen un componente político que no puede resolver la policía. Eso no quita que, en algunos casos de disturbios graves –y pone el ejemplo de la kale borroka en el País Vasco– endurecer las sanciones sirve para que la gente “se lo piense dos veces” y pague todo lo que ha destrozado.

Según el Sindicato Unificado de Policía no está nada claro que las medidas anunciadas sean eficacesPrecisamente, el anuncio del endurecimiento de la legislación británica ha coincidido con la elaboración en España de una nueva Ley de Seguridad Ciudadana que, tal como ha confirmado el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, incluirá multas de entre tres mil y treinta mil euros a quienes usen capuchas o cascos en actos vandálicos. El borrador de la reforma endurece todas las faltas relativas a la desobediencia, el uso indebido de uniformes, el consumo de estupefacientes en lugares públicos y el botellón, todo ello encaminado, tal como ha asegurado Fernández, a “garantizar mejor el derecho de manifestación y para que los violentos no puedan contaminar el libre ejercicio del derecho de reunión y manifestación; en favor de las libertades y derechos y en contra de los violentos".

El portavoz del SUP se ha mostrado muy escéptico con esta nueva ley. En su opinión, “no está nada claro que las medidas anunciadas sean eficaces y efectivas”. En cualquier caso, asegura que en el caso concreto de las manifestaciones es necesario utilizar el sentido común y ser sensatos: “La noticia deben ser las protestas, y las demandas de la ciudadanía, no la carga policial”.

La ministra de interior británica, Theresa May, ha anunciado que su Gobierno trabaja en una nueva ley más dura contra los pequeños actos vandálicos y los comportamientos antisociales. A partir de su aplicación los policías estarán obligados a actuar cuando hayan recibido tres quejas sobre una misma persona, y tendrán que atender cualquier requerimiento si es solicitado por cinco vecinos distintos. El Gobierno espera que la nueva legislación ayude a recuperar la confianza en la justicia y el orden, que se ha visto muy mermada tras los disturbios en Londres del pasado verano. En lo relativo a los disturbios, gracias a la nueva ley, incumplir las ordenes de los agentes tendrá categoría de desacato a un tribunal y se endurecerán las sanciones, que podrían acarrear incluso penas de prisión.