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Los nombres que están conformando un nuevo ecosistema en el rock
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"LA MÚSICA ESTÁ PASANDO POR UN BUEN MOMENTO"

Los nombres que están conformando un nuevo ecosistema en el rock

Javier Ferrara celebra esta noche su cuarto aniversario como promotor musical. Quizás hoy se junten más de 200 personas para ver a Hyperpotamus, Toundra o Lüger,

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Los nombres que están conformando un nuevo ecosistema en el rock

Javier Ferrara celebra esta noche su cuarto aniversario como promotor musical. Quizás hoy se junten más de 200 personas para ver a Hyperpotamus, Toundra o Lüger, tres de las bandas que actúan en el mini-festival que organiza su productora unipersonal, pero no es lo habitual. Cien personas es ya un éxito de público en conciertos de bandas de todo el planeta con varios puntos en común: se sitúan en el amplio espectro del rock, apenas tienen repercusión en los medios generalistas y son prácticamente desconocidas.

Son amantes de la música que, por encima de todo, quieren ver a sus bandas favoritas en directoFerrara no es el único. Para los iniciados en esto del rock underground son imprescindibles personas como Alex Nooirax, Edu Giradiscos o Nacho Holycobra. Pequeños promotores que, hablando en concreto de Madrid, programan más de la mitad de los conciertos de rock que se celebran. Por lo general no viven de esto, apenas ganan dinero, e incluso están acostumbrados a que no venga casi nadie a un determinado concierto y tengan que pagar a los grupos de su bolsillo. Son amantes de la música que, por encima de todo, quieren ver a sus bandas favoritas en directo. 

Una escena minoritaria, pero consolidada

La música que mueven estos promotores es, siendo amables, minoritaria, por no decir residual. Ferrara explica que en la mayoría de conciertos que asiste como  público, conoce “al 50% de los asistentes”. “Hay un núcleo de gente fija”, puntualiza, “promotores, músicos, bloggers, fotógrafos…” Pero, pese al pequeño tamaño de la escena del rock alternativo, lo cierto es que hay mucho movimiento. Existe un circuito y un público estable que permite a los promotores seguir montando conciertos. Otra cosa bien distinta es que ganen dinero con ello. “El que quiera vivir de esto, que haga conciertos de Pereza”, sentencia Ferrara, que tiene claro que no va a convertir su actividad en una profesión. Hay una palabra muy temida entre este tipo de promotores: caché. Según Ferrara, si un grupo utiliza el concepto “caché”, ya sabe que va a pedir una cantidad muy por encima de lo que él puede ofrecer.

Eduardo García, más conocido como Edu Giradiscos debido al nombre de su promotora, es uno de los pocos promotores alternativos, si no el único, que está logrando profesionalizarse. Eso sí, puntualiza, vive a base de diversificar su actividad: monta giras de grupos extranjeros, programa conciertos todos los jueves –bajo la marca The Space Cadet– en una conocida sala de conciertos madrileña y además toca la guitarra en la banda madrileña Lüger. Su último proyecto es el club semana Ganímedes, que ha montado en la Sala Nasti junto a otros promotores de Madrid, Montaña Sagrada. Que esté consiguiendo vivir de la música no quita que su motivación principal, al igual que la del resto de promotores alternativos, sea pasional: “Fliparías de cuantos conciertos se organizan sólo porque la persona que actúa como promotor es fan del artista y no busca el lucro”.

Alex Nooirax es uno de los nombres más conocidos del rock madrileño y de sus bares. Vive en Getafe, pero organiza en Madrid varios conciertos entre semana todos los meses. Ferrara explica cómo “se va en búho a las tres, tras montar el concierto, y entra a trabajar a las 8.” Casi toda la escena del rock experimental y los sonidos más duros pasa por sus manos. Programa una media de 50 conciertos al año. Al menos su trabajo en una reprografía le permite ahorrar en cartelería.

¿Se puede escapar del underground?

Hay una mayor facilidad para acceder a la música fuera de los medios tradicionalesPese a lo reducido del público, algunas bandas pertenecientes al circuito alternativo han alcanzado cierto nivel de popularidad. Es el caso de gente como Black Lips, una banda norteamericana de garage punk que dio su primer concierto en Madrid hace un lustro para menos de 100 personas y ahora es cabeza de cartel de festivales internacionales y llena salas del tamaño de Joy Eslava. Nacho Cabrera, capo de la promotora y discográfica Holy Cobra Society, montó sus primeros conciertos en España, hasta que el caché que pedían se escapó de lo que era capaz de manejar. No es el único de los grupos extranjeros que ha traído que ha conocido el éxito. La lista es alargada: Fucked Up, Jay Reatard, Ty Segall…

Cabrera no ha podido profesionalizar su productora, aunque está haciendo movimientos en esa dirección, pero es optimista con respecto a su labor: “Sorprendentemente en los conciertos cada vez hay más gente nueva, debido en gran medida a que hay una mayor facilidad para acceder a la música fuera de los medios tradicionales. La gente sabe que las bandas que traemos están muy bien seleccionadas y son garantía de calidad”.

Un panorama con presente y futuro

Internet es el arma principal de los promotores alternativosPese a lo que podría parecer, los promotores tienen una visión positiva sobre el estado de la escena. Cabrera es bastante claro a este respecto: “Creo que la música, aunque algunos piensen lo contrario, está pasando por un buen momento: hay conciertos todos los días, muchos festivales de calidad, marcas que apuestan por la música...Tampoco nos podemos quejar tanto”. García, de Giradiscos, comparte su optimismo. Aunque reconoce que el público que va a sus conciertos es limitado, y no encuentra relevo generacional, cree que existe una escena y está en buena forma. “No sé si está tan desarrollada como en otros países”, explica, “pero aquí hay mucha gente haciendo cosas a todos los niveles”. Los promotores son una de las piezas claves del engranaje, pero no la única. “Ha habido una serie de salas, desde el Rincón Pío Sound (Don Benito, Badajoz), el Matadero (Azkoitia, Guipuzcoa), La Faena II (Madrid), que están llevando a cabo nuevas formas de organizar conciertos”, explica el promotor.

Además de las salas –algunas ponen facilidades, otras todo lo contrario– la otra pieza fundamental es la promoción, y en ese sentido Internet ha sido decisivo y determinante. Ferrara cree que Internet es “el arma principal” de los promotores alternativos. “Es el sitio donde todos somos iguales”, explica el promotor, “y donde se mueve la gran mayoría de la promoción de conciertos pequeños, a través de blogs especializados y redes sociales”.  

Javier Ferrara celebra esta noche su cuarto aniversario como promotor musical. Quizás hoy se junten más de 200 personas para ver a Hyperpotamus, Toundra o Lüger, tres de las bandas que actúan en el mini-festival que organiza su productora unipersonal, pero no es lo habitual. Cien personas es ya un éxito de público en conciertos de bandas de todo el planeta con varios puntos en común: se sitúan en el amplio espectro del rock, apenas tienen repercusión en los medios generalistas y son prácticamente desconocidas.