"Llevamos veinte años en crisis, desde que comenzó la ausencia de ética"

"He escrito sobre tantos hombres detestables en mis libros que de alguna manera le debía al género un hombre profundo. Pienso que en la literatura contemporánea faltan este tipo de figuras masculinas", afirma Susanna Tamaro. La polémica escritora italiana, acaba de ver publicada su nueva novela, Para siempre, donde retoma los asuntos existenciales que abordó en Donde el corazón te lleve, la que fuera su obra más exitosa. La escritora vuelve a incidir en "la senda de la oscuridad hacia la luz y la reparación del corazón", tal como ha explicado hoy en una entrevista con Ana Aranda, de EFE.

Para siempre (Seix Barral) es la historia de Matteo, un cardiólogo que busca reconciliarse con la muerte de su esposa, ocurrida quince años atrás. Un relato escrito en forma de parábola y en el que reaparecen obsesiones de la literatura de Tamaro. Así, la obra toma como centro una crisis crisis existencial a la que la autora pretende otorgar una dimensión mayor. "La crisis que nos acucia", explica Tamaro, "la llevamos viviendo veinte años, desde que empezó a existir una ausencia de ética". Ahora que la crisis se ha hecho patente en el mundo, la escritora italiana la relaciona con "la renuncia del hombre a sus capacidades extraordinarias, que la tecnología nos ha hecho olvidar".

Por eso Tamaro encuentra la salida en una cierta retirada del mundo a la soledad del campo, donde Tamaro vive ya desde hace veinte años y en el que encuentra el lugar para crecer. "Soy consciente de que no todo el mundo puede vivir en medio de la montaña como Matteo, pero sí que necesitan encontrar un tiempo para pensar todos los días", señala. Y para plantearse los temas que de verdad importan. Entre ellos, la muerte -"algo que me sublevaba y me parecía absurdo desde muy pequeña"- y la espiritualidad.

Una apuesta por el retorno a lo espiritual

"¿Quién es Dios?", es la pregunta que repite el protagonista de Para siempre y a la que Tamaro contesta alejada de todo elemento católico, adjetivo que numerosas veces se ha utilizado en su contra. "La respuesta que a mí me sirve es que Dios es la vida que renace siempre, la vida que va hacia la vida", afirma.

"En lugar de tomar esta dimensión espiritual", explica la escritora, "hemos apostado por una vida tecnificada, que nos hace perdermos las cosas más bonitas de la existencia, y que ha logrado que el hombre renuncie a sus capacidades extraordinarias”. Con un problema añadido, como es el de no saber reconocer lo importante. "Un día puede suceder algo que nos cambie la vida para siempre y no seremos capaces de verlo", añade.

Pero esta visión distanciada del mundo más tecnificado no implica que Tamaro haya renunciado a analizar nuestra existencia más inmediata. La autora publica artículos de opinión sobre temas de actualidad en el diario vespertino milanés Corriere della Sera, y se muestra muy esperanzada ante la situación de su país. "El gobierno técnico de Mario Monti está realizando las reformas necesarias para sacar a Italia de un sistema anclado en el medievo", destaca.

Aunque también se muestra a favor de movimientos como el 15-M y "Occupy Wall Street". "Pienso que es justa una rebelión en nuestro mundo donde solo existe la apariencia y el tener, cuando el hombre es ser", concluye.