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Estar enamorado produce los mismos efectos que consumir cocaína
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Estar enamorado produce los mismos efectos que consumir cocaína

Un estudio realizado por cientificos norteamericanos revela que los efectos que el amor produce en el cerebro son similares a los de la cocaína, según recoge

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Estar enamorado produce los mismos efectos que consumir cocaína

Un estudio realizado por cientificos norteamericanos revela que los efectos que el amor produce en el cerebro son similares a los de la cocaína, según recoge el periódico británico Daily Telegraph. El amor romántico puede ser una emoción tan fundamental como el hambre o la sed, de acuerdo con electroencefalogramas que fueron realizados a hombres y mujeres jóvenes que están “locamente enamoradas” o recientemente despechados, por un equipo de científicos de distintas universidades estadounidenses.

Mientras los participantes del estudio sentían distintas emociones cuando pensaban en la persona amada, todos tenían una cosa en común, se les activó el área tegmental ventral, la zona postdorsal derecha y el núcleo del cerebro medio caudal.

“Lo que esta investigación agrega a nuestro conocimiento es que el amor es uno de los más fuertes motores, cuando la gente está enamorada hace cosas extraordinarias.” Y sí, al final, el amor es más fuerte. Estas regiones ricas en dopamina, “dieron señales de saciar necesidades profundas”, dijo la profesora Helen Fisher, antropóloga que forma parte del equipo. “Todas estas áreas básicas están asociadas con el sistema de la dopamina, y también lo está el amor romántico”, agregó.

Conocido como el sistema de motivación y recompensa del cerebro, las regiones parecen estar activas cada vez que la gente obtiene algo que desea profundamente: comida, agua, cocaína o quizás el llamado de su novia en el caso de un adolescente enamorado. “Las adicciones son muy poderosas, y la adicción a la cocaína está asociada con los sistemas de dopamina”, dijo Fisher. También especuló con que el incremento de la energía en personas recientemente enamoradas podría deberse a un torrente de dopamina.

El motor del amor

“Lo que esta investigación agrega a nuestro conocimiento es que el amor es uno de los más fuertes motores, cuando la gente está enamorada hace cosas extraordinarias.” Pero para la doctora Feggy Ostrosky, el amor es un invento, nosotros lo inventamos liberando sustancias, es un estado de "locura". La neuropsicóloga explica: "Es una locura químicamente inducida (...) Se producen más de 250 moléculas que son las que nos hacen sentir esta intoxicación fantástica y es cuando nos volvemos obsesivos y adictos".

Es lo mismo que pasa cuando tomamos cocaína, es la misma sustancia que genera la adicción a las drogas, pues la feniltelamina dispara la dopanima y ya nos sentimos sumamente adictos y enamorados". De ahí la frase locamente enamorados, "porque realmente estás loco (...) El amor es como cualquier otra enfermedad, que se llama trastorno obsesivo compulsivo, es una patología", añade Ostrosky.

Y la especialista demuestra su teoría con hechos al mostrar en una radiografía cerebral cómo se activan ciertas zonas cuando al sujeto en estudio se le muestra la foto de la persona que ama. "Esta es una radiografía del amor de la persona que está viendo la fotografía de la persona amada (y entonces) se iluminan esas cuatro áreas (...) son áreas que están relacionadas con la producción de esta sustancia dopamina", señala. Y cuando ocurre eso en nuestro cerebro, lo llamamos amor.

Cómo comienza todo

Feggy Ostrosky explica que una de las primeras etapas de este proceso es la atracción. "Hay una serie de factores biológicos que suceden en cinco segundos, ni siquiera nos damos cuenta, entonces por ejemplo de repente vemos la cara de alguien o el cuerpo de alguien y en cinco segundos decimos, esto es amor", indica. "La gente dice que el amor está en el corazón pero no (...) Les tengo malas noticias, no está en el corazón, el corazón está regulado por nuestro cerebro (...) Y ese kilito y medio que tenemos arriba en nuestra cabeza, es el que nos va a determinar de quién nos enamoramos", comenta.

Y es que el cerebro produce en esta fase noradrenalina, esa sustancia acelere la frecuencia cardiaca y late más rápido el corazón. Cuando nos atrae alguien se genera la feniletilamina, "que es la misma que se genera con los chocolates (...) Por eso en esta época mandamos la señal visual, le decimos poesías y además los chocolates", señala la neuropsicóloga. Tarde o temprano, el amor deja su fase de atracción y comienza la de la pasión, que es cuando "nos duele el estómago y sentimos mariposas".

Pero aquí hay una muy mala noticia, se ha encontrado que toda esta locura químicamente inducida, desafortunadamente sólo dura dos o tres años, nada más.

Un estudio realizado por cientificos norteamericanos revela que los efectos que el amor produce en el cerebro son similares a los de la cocaína, según recoge el periódico británico Daily Telegraph. El amor romántico puede ser una emoción tan fundamental como el hambre o la sed, de acuerdo con electroencefalogramas que fueron realizados a hombres y mujeres jóvenes que están “locamente enamoradas” o recientemente despechados, por un equipo de científicos de distintas universidades estadounidenses.