Cuatro escapadas para descubrir España esta primavera

Quizá sea porque el buen tiempo vuelve a acompañar, porque las vacaciones de verano están cada vez más cerca o por el cansancio acumulado durante estos últimos meses. Lo cierto es que, cuando comienza la primavera, nos ponemos ya en 'modo viajero'. De hecho, según el nuevo informe 'Traveler Value Index: 2022', la demanda de vacaciones primaverales en destinos nacionales ha crecido un 140% respecto al año pasado. Las ganas de escapar, al menos unos días, van en aumento y esta estación se consolida como el momento favorito del año para organizar pequeños viajes con los que desconectar y recargar pilas.

Pero ¿qué le pedimos a una escapada primaveral? Los viajeros ya no buscan tan solo un hotel en algún lugar apetecible donde descansar unos días. Ahora se imponen los destinos en que poder descubrir un interesante patrimonio histórico, mientras es posible disfrutar de bellos parajes naturales y deleitarse con lo mejor de la gastronomía nacional en lugares comprometidos con la sostenibilidad.

Parece un destino ambicioso y difícil de encontrar, pero los paradores consiguen ofrecer a sus huéspedes ese trinomio de buena cocina, ubicación privilegiada y excelso patrimonio. De hecho, han logrado recuperar y mantener edificios con historia, desde castillos medievales hasta conventos y palacios, además de haber recopilado una encomiable colección artística con más de 10.000 obras, de las que sus visitantes pueden disfrutar en sus distintos hoteles.

Además, Paradores es una empresa comprometida con la economía circular, que promueve una producción y un consumo más responsables. Por ejemplo, en sus habitaciones se han eliminado por completo los plásticos de un solo uso y la energía que consumen sus establecimientos procede al 100% de fuentes renovables.

Podrás elegir entre sus casi 100 hoteles a lo largo y ancho de nuestra geografía; aunque para ayudarte con esta difícil elección, te recomendamos cuatro destinos en los que disfrutar de una escapada primaveral diferente.

1. Arquitectura, arte y naturaleza en la Costa da Morte

Cuando te vas acercando a la playa de Lourido, uno de los parajes naturales más bellos de la Costa da Morte, podrás identificar unas cubiertas vegetales integradas en su orografía. Es el Parador Costa da Morte, un claro ejemplo de cómo la arquitectura se puede fundir con el paisaje, preservando así el cuidado al medioambiente y el respeto por el entorno, dos factores que están en el ADN de este establecimiento.

Construido en terrazas sobre la ladera y con dos novedosos ascensores panorámicos, que se mueven en sentido diagonal, el Parador Costa da Morte es un punto de referencia perfecto para, desde allí, descubrir los paisajes de la zona y disfrutar de la naturaleza. Algo que podrás hacer sin necesidad siquiera de salir del parador, ya que todas sus habitaciones, su 'spa' y su piscina infinita te ofrecen unas impresionaste vistas del océano Atlántico. Al igual que en sus distintos comedores desde los que contemplar la inmensidad marina, mientras disfrutas de los mejores productos de proximidad con los que las cocinas del parador elaboran deliciosas recetas tradicionales de la gastronomía de la zona.

Además, desde su ubicación privilegiada podrás descubrir lugares tan interesantes como el Faro del Cabo Finisterra, a tan solo media hora del parador, un paraje legendario, bautizado por los romanos como 'el fin del mundo', ya que efectivamente lo era para ellos. Y desde allí viajar en el tiempo mientras contemplas las vistas atlánticas.

Pero además de disfrutar de la naturaleza gallega, también podrás conocer más de su cultura y su arte. El parador cuenta con una interesante colección de arte gallego, centrada principalmente en la fotografía y la artesanía local, con obras de consolidados fotógrafos gallegos como Ramón Camaño o Manuel Ferrol.

2. Vivir la historia en el Palacio del Deán Ortega en Úbeda

En 2003, la ciudad jiennense de Úbeda fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco por conservar algunos de los mejores conjuntos arquitectónicos renacentista de los siglos XVI y XVII de toda Europa. Su casco urbano, rodeado de olivares y de los parajes de la sierra de Cazorla, es un conglomerado de palacios, iglesias y conventos renacentistas entre los que descubrirás, por ejemplo, una de las plazas considerada entre las más bonitas de Europa, la plaza de Vázquez de Molina. Precisamente allí, junto a la Capilla de El Salvador, se levanta el Parador de Úbeda, en el Palacio del Deán Ortega, uno de los primeros palacios transformados en parador, allá por 1930.

Andrés Valdelvira, uno de los arquitectos renacentistas españoles más reputados, fue el encargado de su construcción en la primera mitad del siglo XVI. Para él diseñó una sobria fachada con balcones simétricos y originales ventanas esquineras en el segundo piso que aun hoy podemos contemplar al visitarlo, al igual que su patio central, uno de los más bonitos de Úbeda. En él, podrás probar algunas de las recetas típicas de la gastronomía de la zona, como la ensalada de perdiz en escabeche, el cordero segureño, o las milhojas de yema, nata y crema. Alojarte aquí es un pasaporte directo a pasar unos días rodeado de historia, arte y algunos de los edificios más importantes del renacimiento español.

3. Alojarse en una joya arquitectónica en Zafra

Dirigir el destino de tu escapada primaveral hacia Extremadura siempre es un acierto. Una de las comunidades autónomas con mayor patrimonio, tanto natural como artístico, siempre esconde lugares, parajes y alojamientos únicos, como el Parador de Zafra.

Ubicado en el centro histórico de la ciudad pacense conocida como ‘Sevilla, la chica’, por su trazado urbano tan similar al de la capital hispalense, te brinda la posibilidad de alojarte en una joya arquitectónica como es el Palacio de los Duques de Feria. Esta construcción es un castillo del siglo XV, alzado sobre una antigua fortaleza islámica. Sus nueve torres con almenas y su torre del homenaje en forma cilíndrica, con casi 30 metros de altura, lo convierten en una de las edificaciones más interesantes de la zona.

Además de visitar algunos de los edificios más emblemáticos de Zafra, como la Colegiata de Santa María de Candelaria, el Monasterio de Santa Clara, el Convento de Santa Catalina, también podrás realizar excursiones a algunos de los parajes naturales más destacados de Extremadura como la Sierra de Hornachos o la Sierra de Tentudia.

Duerme en una de sus habitaciones señoriales, disfruta de un desayuno en sus salones con artesonados o saborea los platos de la gastronomía extremeña en su claustro al aire libre (no te olvides de pedir un buen plato de jamón y surtido de ibéricos), mientras desde allí esta localidad, uno de los tesoros menos conocidos de la región extremeña.

4. Naturaleza y sostenibilidad a orillas del Sella

Los amantes de la naturaleza tienen en los Picos de Europa un destino sin parangón para disfrutar de uno de los paisajes naturales más impresionantes de Europa. Y precisamente allí, a orillas del Sella, se levanta el antiguo monasterio de San Pedro de Villanueva, el Parador de Cangas de Onís.

Con una ubicación privilegiada, a menos de dos kilómetros de Cangas de Onís, es el perfecto punto de partida para descubrir el desfiladero de Los Beyos, las gargantas del Parque Natural de Ponga o la costa jurásica, entre otros muchos puntos de la geografía asturiana. Para vivir estas y otras tantas experiencias, el parador ofrece su programa ‘Naturaleza para los sentidos’, cuyo objetivo es promover un ecoturismo sostenible y responsable que genere beneficios en los territorios en los que se ubican.

Cangas de Onís es el punto de partida perfecto para conocer la zona en profundidad. Desde allí podrás conocer algunos de los pueblos marineros más bonitos de España como Tazones, Lastres, Ribadesella o Llanes. También animarte con una ruta rupestre, conociendo todos los vestigios que quedan de este arte en cuevas como la del Tito Bustillo (Ribadesella) o la Cueva del Buxu (Cardes).

Y para recobrar fuerzas nada mejor que disfrutar de algunos de los platos típicos de la cocina asturiana en los que el parador es especialista. No te pierdas su merluza de pincho con almejas en suave marinera de sidra, la fabada con su compango y el arroz con leche de Azucena. Además, en su Cheese Bar, podrás degustar una extensa selección de quesos asturianos.

Tras disfrutar de los parajes naturales, los pueblos con encanto o de algunas de sus rutas senderistas, encontrarás descanso en este precioso edificio; tanto en sus estancias de piedra y madera decoradas de forma elegante y tradicional, como en su jardín al lado del río, donde podrás planear tu próxima escapada.