Marcelino, triste y aterrado ante la decisión de Pelayo en 'Amar es para siempre'

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Los fieles seguidores de la serie Amar es para siempre están asistiendo a un momento único en la historia de la ficción de Antena 3, y también en la historia televisiva nacional. La familia Gómez al completo se está reencontrando a lo largo de los últimos episodios que el canal en abierto está emitiendo esta semana a las 16:30 horas, de cara a su gran final, el próximo miércoles, 6 de marzo.

En el capítulo de este jueves, Guillermo y Cristina han propuesto un brindis en el despacho de Quintero y Silvia, para celebrar su victoria frente al caso Valverde. En ese momento ha llegado Ignacio, quien ha sorprendido a su tío con un fuerte abrazo. El marido de María se ha quedado pasmado ante el bebé que Silvia estaba esperando, y ha comentado que su felicidad no podía ser plena: "unos llegan, pero otros se van".

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El chico todavía pensaba que era Pelayo quien había fallecido, tal y como Luisita dio la voz de alarma que hizo que casi todos los hijos de los Gómez cogiesen un vuelo para regresar a la Plaza de los Frutos. En El Asturiano, Pelayo ha repasado mentalmente lo duras que habían sido las vidas de sus nietas, allí presentes: Leonor, que escribió artículos contra la dictadura y que tuvo que emigrar; María, que luchó por su libertad frente a un hombre que la mantenía a raya, y consiguió adoptar una niña y marcharse a Estados Unidos; o Lola, quien había recorrido un largo viaje para encontrar a su hija Malena.

"Nuestro abuelo siempre ha sido un referente para nosotras", ha comentado Leonor, antes de marcharse todas ellas, y dejar al cocinero y a Marisa algo apenados. "Tus nietas te adoran", ha observado Marisa.

"Tu padre necesita un abrazo", le ha explicado Manolita a su hijo

Pelayo le ha respondido que le faltaba conocer a Luisita, y que se sentía doblemente afortunado por su familia y por tener a su pareja. Marisa le ha preguntado a Pelayo si seguía en pie la idea de jubilarse, y el camarero ha afirmado que le asustaba dar el paso, por cómo se lo pudiese tomar Marcelino.

"Luimelia", ¿en crisis?

En casa de Marcelino y Manolita, Amelia discutía por teléfono con Luisita, al explicarle que se había confundido sobre la muerte del abuelo. La novia le ha aclarado que era don Sotero, el pediatra, quien había fallecido, y Luisita ha respirado tranquila. Amelia le ha reprochado que su hijo se encontrase en el bar, comiendo fritos, y Luisita le ha dicho que sus hermanos y ella se habían criado en un bar y estaban perfectamente.

Luisita le ha reprochado a Amelia que no estuviese más tiempo en casa por su trabajo, y la novia le ha respondido que estaba buscando otra excusa para estar mal. Manolita ha escuchado la gresca, y ha querido asegurarse de que Amelia estuviese bien. "Nuestros roces de siempre", ha contestado la chica, "no lleva bien que me pase el día de la ceca a la Meca".

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Amelia ha asegurado que le encantaría pasar más tiempo con su amor y su hijo, y Manolita ha reflexionado que habían luchado mucho por formar una familia, y que le daría pena que por aquellas cosas del día a día acabasen mal. ¿Está pasando "Luimelia" por una crisis?

Nueva boda a la vista

En el King's, Rafa ha conocido a Leonor y María. El camarero ha preguntado quien de ellas era la "libanesa" de la familia, como llamaba Sebas a las lesbianas. Victoria ha entrado en el bar, y Rafa le ha dicho que podría hacerse "amiguita" de una de ellas. A solas con Lola, las hermanas le han preguntado a la madre de Malena si habría boda con Román, pero la novia ha dicho que, de momento, estaban bien como estaban.

Pelayo ha pensado que no era casualidad: si sus nietos se habían juntado era por algo

Paralelamente, Román miraba una alianza en su despacho. ¿Cuándo le pedirá matrimonio a Lola? Victoria ha llegado, y ha expresado que sentía algo de celos de los Gómez, pues le hubiese encantado crecer en una familia con tantas muestras de cariño. Román ha intentado animar a su hermana diciéndole que todavía podía ser feliz con Alicia en Nueva York, pero la modista ha pensado que aquello fue un arrebato de la abogada, y se ha visto destinada a vivir así, escondiendo su orientación sexual por falta de arrojo.

Inoportuno regreso de Manolín

En una gran mesa en El Asturiano, en la que todos los Gómez estaban sentados, Pelayo ha pensado que las cosas no eran casualidad: si todos sus nietos se habían juntado era por algo. "Este bar ha servido para sacar adelante una familia y para dejárselo a mi hijo", ha comenzado a relatar el patriarca. "Aquí aprendí a descubrir el mundo. He tenido la suerte de descubrir a buenos amigos", ha proseguido antes de anunciar: "ha llegado el momento de decir que tengo que colgar las botas".

Marcelino se ha quedado bloqueado ante la noticia. "No se puede jubilar", ha susurrado el hijo, justo en el momento en el que Manolín entraba por la puerta. El joven ha reaccionado a la bronca telefónica de Ciriaco, y ha optado por reunirse con su familia. La bienvenida no ha sido la que él esperaba, y ha preguntado qué estaba sucediendo.

"Tu padre necesita un abrazo", le ha explicado Manolita a su hijo. Cuando Ignacio ha pedido un aplauso por Pelayo, Manolín le ha preguntado a su padre al oído qué le pasaba. "Pues que tu abuelo me deja solo", ha respondido un sentimental Marcelino. ¿Será capaz de superar esta decisión, y pasar al frente de El Asturiano?