María Fernández, recién redimida, podría volver a odiar a Vera en 'La Promesa'

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Ha pasado por un secuestro y una larga temporada de extrema supervivencia, pero los peores días del personaje de María Fernández todavía podrían estar por llegar. La dicharachera criada de la serie La Promesa, que La 1 de Televisión Española emite entre semana a las 17:30 horas, ha conseguido hacer las paces con su rabia interna, pero una avalancha podría caer sobre ella a partir de lo sucedido en el episodio de este lunes.

Desde que regresó al palacio, María Fernández le había cogido tirria a la nueva chica del servicio, Vera, pues pensó que había llegado para sustituirla. La veterana criada no perdió ninguna oportunidad en pasados episodios de abroncar a la joven cada vez que cumplía mal con alguna de sus funciones, pero en el capítulo de hoy, María ha conseguido redimirse.

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En la nueva entrega de esta tarde, Rómulo ha avisado del asunto del reloj desaparecido de Lorenzo, y ha esperado que alguien en su equipo admitiese la culpa, pues la confianza de los señores mermaría sobre el servicio. "Las autoridades intervendrán antes o después", ha alertado el mayordomo.

"Que seamos pobres no quiere decir que seamos criminales", ha objetado Teresa, quien ha admitido que arregló la habitación del capitán por la mañana. Vera ha dicho que no había pisado la cámara, y Feliciano ha aclarado ser consciente de que él era el principal sospechoso, dada su calidad como ayudante personal del capitán. El hijo de Petra ha querido darle explicaciones personalmente a Lorenzo, negando que él hubiese tenido algo que ver.

María Fernández: "Me cuesta reconocerlo, pero no he sido buena persona con ella"

De la Mata nunca había creído que el ladrón fuese Feliciano, pues estaba con él en la sala de fumadores cuando el hurto sucedió. El militar ha querido saber quién le cambió las sábanas cuando avisó de que se había derramado algo en ellas, y ha amenazado con encarcelar al culpable. Es aquí cuando Vera y María Fernández entran en conflicto. La amiga de Jana, celosa de Vera, le dijo que ella misma se encargaría de cambiar aquellas sábanas, pues lo haría mejor que ella.

María perdona a Vera

Por su parte, Petra ha arremetido contra María recordándole cuánto torturaba a la chica nueva, y la criada ha reconocido que tenía razón. "Me cuesta reconocerlo, pero no he sido buena persona con ella", ha admitido por fin la joven, después de que Lope le aconsejase que no debía perder su tiempo de vida odiando a otra persona, ahora que había sobrevivido al secuestro de Valentín.

María ha aprovechado para tratar mejor a Vera la siguiente vez que la ha visto. La chica ha cogido de las manos a la nueva sirvienta, y le ha dicho que en la atención a los señores, ninguna del servicio le llegaba a la altura del zapato. María ha tratado de inteligente a Vera, y la chica se ha preguntado a qué se debía ese cambio.

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María se ha comparado a sí misma con un cubo de basura rebosante. "He tenido que vaciarlo y darle una buena limpiada", y le ha pedido perdón a Vera: "me siento avergonzada". La refugiada le ha dicho que no debía torturarse, y parecía que todo comenzaba a contar desde cero en su relación.

La acusación de Pía

Sin embargo, el humor de María podría cambiar de nuevo. Pía ha querido hablar con ella, y la criada pensaba que le reprendería por el trato que le había dado a Vera los últimos días. El ama de llaves ha negado que quisiera hablarle de eso, y ha encarado el serio asunto: don Lorenzo pensaba que había sido la sirvienta que cambió sus sábanas quien le había robado.

"Quiero que lo devuelvas ya", le ha dicho Pía a María, acusándola directamente de ladrona. María ha jurado y perjurado que ella no había sido, y Pía ha reconocido que ahora tendrían un problema: "¿Cómo convencemos al capitán de que no has sido tú?".

Si las cosas se ponen feas para María, su puesto de trabajo podría peligrar en el palacio, y entonces sí que tendría motivos para pensar que Vera habría llegado para sustituirla. ¿La volverá a tomar contra la chica? ¿Dará Vera un paso al frente como posible ladrona del reloj? ¿Quién ha sido el culpable, en realidad?