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Por qué la mediocre 'Todos quieren a Daisy Jones' es un fenómeno en TikTok
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LAS CLAVES DEL FENÓMENO

Por qué la mediocre 'Todos quieren a Daisy Jones' es un fenómeno en TikTok

La serie de Amazon Prime Video, mitad drama y mitad falso documental sobre una banda inspirada en Fleetwood Mac, es todo un bombazo entre los 'zoomers' de la red social

Foto: Una imagen de 'Todos quieren a Daisy Jones'. (Prime Video)
Una imagen de 'Todos quieren a Daisy Jones'. (Prime Video)

Habrá quien todavía no se crea el bombazo de Todos quieren a Daisy Jones. Seguro que entre los incrédulos están Fleetwood Mac, los iconos del rock setentero en cuya historia se basa la serie de Amazon Prime Video y que deben haber visto cómo sus cuentas corrientes echaban humo gracias al renovado interés por su música que ha despertado la ficción. Y no solo entre los melómanos que la disfrutaron en su momento, porque la serie y su imaginario de antigualla arrasan entre la generación Z.

Pero el fenómeno de Daisy Jones ha sido de esos que pegan fuerte y se dejan ver poco: ocurrió y sigue ocurriendo, sobre todo, de pantalla para adentro. Aunque habrá pasado desapercibida a montones de espectadores ajenos a las fiebres digitales, la serie ha llenado TikTok de montajes, comparaciones, homenajes e easter eggs que la vinculan con el pasado de la banda y a esta, a su vez, con un target inesperado.

La serie se cuenta como un falso documental salteado con tramos de flashback-ficción

Resumamos el curioso diálogo que Todos quieren a Daisy Jones ha forzado entre unas imágenes y sonidos vetustos y el torrente multimedia de la cultura contemporánea en cuatro claves:

1. Una serie mala-buena

Empecemos por ahí: Todos quieren a Daisy Jones no es la serie perfecta. Califica, si acaso, como una serie mala-buena. Una de esas que, aun flojeando a todas luces, resultan hipnóticas sin saber por qué. Basta un paseo por las redes para toparse con espectadores confusos porque la serie de Amazon en el fondo no les gusta, pero no pueden dejar de verla. Es mediocre y cautivadora, o cautivadora por mediocre, todo a la vez.

Y hay algo en esa medianía, en ese orgullo de triunfar haciendo lo justo para salir del paso, que conecta poderosamente con unos consumidores que también son trabajadores y viceversa, más que curados de espanto frente a la gran milonga neoliberal que le exige a uno darlo todo por una burocracia que se levanta en torno al arte del escaqueo. Con Todos quieren a Daisy Jones nos escaqueamos todos, sea del capital cultural, del yugo del valor estético o de los rankings de las mejores series del año.

2. Medias verdades y mentiras reales

A priori, el gancho de una serie como Todos quieren a Daisy Jones estaría por encima de todo en su conexión con la verdad. Si esta o aquella pelea entre los integrantes de la banda ocurrió realmente, si la incorporación de la vocalista principal al grupo ocurrió cuando la serie dice, si un riff de guitarra recuerda sospechosamente a alguna melodía de Fleetwood Mac… Pero la ficción, basada en la novela superventas de Taylor Jenkins Reid, trasciende todo eso.

placeholder La banda protagonista en un momento de la serie. (Prime Video)
La banda protagonista en un momento de la serie. (Prime Video)

La mentira de Todos quieren a Daisy Jones, contada a modo de falso documental con los miembros de la banda como entrevistados y salteada con tramos de flashback-ficción, no es ninguna careta que encripte la historia verdadera de Fleetwood Mac. Tras esa pantomima no hay nada. La serie y su propia fantasía, levantada a base de medias verdades, han vertebrado un fenómeno completamente real, con las canciones inventadas para la propia ficción petándolo en Spotify como sustitutas más que válidas de los referentes musicales primigenios.

3. De los 'boomers' para los 'zoomers'

Además de la frontera entre el documental y la ficción, la serie de Amazon transita con mucho garbo la brecha generacional. Una falla en el tiempo que se ha hecho concretado en esa condición que en Twitter diagnostican como iPhone face o cara de iPhone. La sufren los intérpretes con apariencia física de haber coincidido en vida con uno de los móviles de Apple y que, por lo tanto, desentonan en ficciones de época. En el caso de Todos quieren a Daisy Jones, una internauta se hizo viral acusando a la actriz Camila Morrone de tener cara de iPhone. De hecho —añade su tuit—, tiene incluso cara de saber lo que es TikTok.

Las caras de iPhone o de TikTok son rastros del intercambio constante que Todos quieren a Daisy Jones posibilita entre las generaciones boomer y zoomer. La popularización de los fillers faciales y su impacto en los cánones de belleza, la moda setentera y su eco en las colecciones cápsula de fast fashion o la imagen ultradefinida que choca con un engañoso filtro de ruido VHS delatan la maniobra intergeneracional de la serie de Prime Video, un revival de los boomers para los zoomers que habita dos épocas al mismo tiempo. Y TikTok es el medio perfecto para ese trasvase.

4. Nostalgia por la nostalgia

Ese estado flotante entre los viejos 70 y los nuevos años 20 complica la ecuación de Todos quieren a Daisy Jones aún más. La de Amazon es una serie menos orientada a explotar la añoranza de los espectadores talludos por los productos y experiencias de su pasado que a estimular en los más jóvenes una sensación extraña: la nostalgia, tan vital en la cultura de hoy como desconocida para unos centennials nacidos en pleno eterno presente.

placeholder Una imagen de 'Todos quieren a Daisy Jones'. (Prime Video)
Una imagen de 'Todos quieren a Daisy Jones'. (Prime Video)

La nostalgia de un lugar en el que no se ha estado tiene un nombre, el trastorno Fernweh, y el fluido narrativo de Todos quieren a Daisy Jones es algo así como una variante de ese palabro para la dimensión tiempo: la melancolía por el paso de unos años que no se han vivido, una moda que no se ha vestido y unos himnos que no se han coreado nunca antes. Nostalgia, en definitiva, por la capacidad de sentir nostalgia, expropiada a golpe de anacronismo en la era de TikTok.

Habrá quien todavía no se crea el bombazo de Todos quieren a Daisy Jones. Seguro que entre los incrédulos están Fleetwood Mac, los iconos del rock setentero en cuya historia se basa la serie de Amazon Prime Video y que deben haber visto cómo sus cuentas corrientes echaban humo gracias al renovado interés por su música que ha despertado la ficción. Y no solo entre los melómanos que la disfrutaron en su momento, porque la serie y su imaginario de antigualla arrasan entre la generación Z.

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