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Lo mejor y lo peor de 'The Witcher' (Netflix): el fenómeno que no explota su potencial
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CONTIENE 'SPOILERS'

Lo mejor y lo peor de 'The Witcher' (Netflix): el fenómeno que no explota su potencial

La segunda temporada de la serie protagonizada por Henry Cavill ha pulido algunos de sus errores más sangrantes, pero sigue muy lejos de ser una obra maestra

Foto: Henry Cavill es Geralt de Rivia en 'The Witcher'. (Netflix)
Henry Cavill es Geralt de Rivia en 'The Witcher'. (Netflix)

El cazador de monstruos más popular del planeta está de vuelta en Netflix. La segunda temporada de 'The Witcher' nos trae las nuevas aventuras de Henry Cavill como Geralt de Rivia, un brujo taciturno que trata de sobrevivir en un continente medieval entre bestias, conflictos bélicos e intrigas políticas varias.

Basada en las novelas de Andrzej Sapkowski y en los populares videojuegos que derivaron de las mismas, la serie se convirtió durante su primera entrega en uno de los productos estrella de la plataforma tras acumular 76 millones de espectadores, según datos proporcionados por Netflix (imposibles de verificar). A pesar de su rotundo éxito, lo cierto es que las reacciones de crítica y público fueron dispares. La mayoría alabó la labor de Henry Cavill como Geralt de Rivia, pero fueron muchos los que señalaron que la narración era confusa o que los efectos especiales no estaban a la altura de una producción de estas características.

placeholder Vesemir (Kim Bodnia) y Geralt (Henry Cavill) en 'The Witcher'. (Netflix)
Vesemir (Kim Bodnia) y Geralt (Henry Cavill) en 'The Witcher'. (Netflix)

La serie cuenta con todos los ingredientes para funcionar: un protagonista sólido al que todo el mundo adora, un universo atractivo y una estética apabullante, pero por algún motivo las piezas no terminan de encajar entre sí y el resultado es irregular. Analizamos los aspectos positivos de la segunda temporada y los fallos que debería tener en cuenta para no perder el apoyo de la audiencia en futuras temporadas.

Lo mejor

Más espectacularidad y mejores efectos especiales

Uno de los aspectos más cuestionados durante la primera temporada fue el CGI de las bestias contra las que tiene que luchar a menudo el protagonista, así como de algunos de los escenarios, de los que muchos espectadores señalaron su autenticidad. La 'showrunner' de la serie de Netflix, Lauren Schmidt Hissrich, ha tomado nota y nos ha regalado una temporada impecable en el terreno visual, con efectos especiales que no desentonan y planos a la altura de una saga de fantasía de primera división.

placeholder Henry Cavill es Geralt de Rivia en 'The Witcher'. (Netflix)
Henry Cavill es Geralt de Rivia en 'The Witcher'. (Netflix)

Los monstruos de 'The Witcher' ya son dignos de cualquier superproducción y todos los elementos que vemos en pantalla parecen menos virtuales. El equipo de arte, liderado por el veterano Justin Warburton-Brown, ha dado lo mejor de sí para dar forma a escenarios de ensueño, como los entornos nevados en torno a la fortaleza de Kaer Morhen o la tétrica mansión de Nivellen en el primer episodio.

Precisamente, el personaje de Nivellen, un hombre-monstruo al que da vida un irreconocible Kristofer Hivju ('Juego de Tronos'), es otro de los aciertos a nivel artístico, ya que para su transformación no se ha utilizado CGI, sino que todo es obra del equipo de caracterización y maquillaje.

placeholder Kristofer Hivju es Nivellen en 'The Witcher'. (Netflix)
Kristofer Hivju es Nivellen en 'The Witcher'. (Netflix)

La dinámica entre Geralt y Ciri

La relación entre mentor y alumna ha servido para que veamos una faceta más humana del protagonista y para que Ciri demuestre que es mucho más que una niña asustadiza. Geralt ya no es únicamente un brujo tosco, sino que se ha convertido en una figura paterna sin tantos reparos a la hora de mostrar sus emociones. Cavill, seguidor acérrimo de la saga, ha declarado en varias entrevistas que él mismo ha introducido en los diálogos frases de las novelas con el objetivo de humanizar al personaje y hacerlo más fiel al texto original.

Por su parte, Ciri ha dejado de ser una princesa en apuros para convertirse en una guerrera sin miedo a nada y con un potencial mágico descomunal. Su entrenamiento en Kaer Morhen se traduce en algunas de las escenas más interesantes y su desarrollo de personaje es, probablemente, lo mejor de la temporada. A sus 20 años, la actriz británica Freya Allan demuestra que está preparada para llevar sobre sus hombros el peso de la historia, ya que absolutamente todas las tramas giran en torno a ella.

placeholder Freya Allan y Henry Cavill, protagonistas de 'The Witcher'. (Netflix)
Freya Allan y Henry Cavill, protagonistas de 'The Witcher'. (Netflix)

Jaskier: Ha nacido una estrella

En una serie en la que no abundan los personajes memorables, la segunda temporada consigue que uno de los secundarios vuelva a brillar por méritos propios y robe toda la atención. Es el caso del bardo Jaskier (Joey Batey), el único personaje cómico de la ficción y el encargado de aliviar las escenas de máxima tensión con sus chascarrillos.

Aunque ya vimos su potencial en la primera tanda, en la segunda revalida su título del personaje más carismático con más presencia en pantalla y varias de las escenas más simpáticas y 'viralizables', como las canciones que dedica al brujo. Si en la primera temporada cautivó con 'Toss a Coin', en esta ocasión nos conquista con 'Burn, Butcher, Burn', el nuevo tema con el que pretende dominar las listas de éxitos.

placeholder Joey Batey es Jaskier en 'The Witcher'. (Netflix)
Joey Batey es Jaskier en 'The Witcher'. (Netflix)

El fin del caos narrativo

A diferencia de la primera temporada, en la que las tramas se dividieron en tres líneas temporales con saltos confusos que abarcaban incluso décadas, la segunda sigue un eje narrativo lineal. Los tres protagonistas, al fin, viven en el mismo espacio-tiempo, lo que facilita enormemente poder seguir la serie sin un croquis explicativo a mano.

Los guionistas se han tomado con humor las críticas sobre el caos narrativo de los primeros episodios y han incluido en uno de los diálogos una broma autorreferencial. Se trata de una conversación entre Jaskier y el guarda portuario al que pretende despistar, que le dice al bardo que las letras de sus canciones no se entienden por los constantes saltos temporales.

placeholder Ciri (Freya Allan) y Geralt de Rivia (Henry Cavill), en 'The Witcher'. (Netflix)
Ciri (Freya Allan) y Geralt de Rivia (Henry Cavill), en 'The Witcher'. (Netflix)

Lo peor

Quién es quién: un desafío para el espectador

El gran error de los guionistas de 'The Witcher' a la hora de trasladar este vasto universo a la pequeña pantalla es que no tienen en cuenta que muchos espectadores no están familiarizados con la historia, los personajes y la mitología a la que hacen referencia.

Aunque para los lectores de la saga resulte sencillo identificar quién es cada personaje con tan solo una aparición, es evidente que el espectador medio no lo asimila de la misma forma. A menudo, nos presentan personajes sin explicar de qué reino proceden, para quién trabajan o por qué están enfrentados entre ellos.

Dieciséis episodios después, seguimos sin saber cuántos reinos hay, quiénes son los reyes de cada uno o cuál es el papel de los elfos en el conflicto geopolítico. Conocemos que el Imperio de Nilfgaard es una nación tirana y destructora, pero ¿qué es exactamente lo que quiere conseguir? ¿Los espectadores han entendido qué es la Llama Blanca a la que hacen alusión varios de los personajes?

placeholder Eamon Farren es Cahir en 'The Witcher'. (Netflix)
Eamon Farren es Cahir en 'The Witcher'. (Netflix)

Por otro lado, algunas figuras clave para el futuro de la serie, como el jefe de espionaje de Redania, Dijkstra (Graham McTavish) hace acto de presencia en contadas escenas sin aclararnos del todo por qué su papel es tan relevante. De esta forma, seguir la narración sin pasar por alto ningún detalle se convierte en todo un reto y exige buscar información extra para entender el rompecabezas. Una situación que no se puede permitir un producto que aspira a ser un fenómeno de masas.

Secundarios sin profundidad

Dotar a todos los personajes de profundidad es una regla básica en cualquier narración de ficción y 'The Witcher' se olvida del desarrollo de los personajes más secundarios, que apenas cuentan con tiempo para lucirse y que el trabajo de los intérpretes brille. La prueba es que ningún miembro del reparto se ha convertido todavía en una estrella —Cavill ya lo era—, a pesar de haberse colado en las casas de casi 80 millones de personas y formar parte del reparto de una de las series con más tirón de la actualidad.

Algunos personajes como la hechicera Triss Merigold (Anna Shaffer), el oficial nilfgaardiano Cahir (Eamon Farren), el maestro brujo Vesemir (Kim Bodnia), la elfa Francesca (Mecia Simson) o la hechicera Fringilla (Mimi Ndiewni) se quedan muy cerca de entrar en el imaginario colectivo con algunas de las escenas más potentes de la temporada, como la matanza de Fringilla a los soldados congelados o la bajada a los infiernos de Francesca en el último episodio, pero no es suficiente.

placeholder Mecia Simson es Francesca, la líder de los elfos en 'The Witcher'. (Netflix)
Mecia Simson es Francesca, la líder de los elfos en 'The Witcher'. (Netflix)

La insípida trama de Yennefer

Sin lugar a dudas, la Yennefer de Anya Chalotra robó el corazón de todos los fans durante la primera temporada, gracias a su historia de cómo usó la magia para escapar de un pasado traumático, llegando a convertirse en una de las hechiceras más poderosas del Continente. Sin embargo, su trama en esta segunda tanda se ha hecho más densa y ha provocado que el personaje haya perdido gran parte de su epicidad.

Al principio de la temporada descubrimos que Yennefer ha sido capturada como prisionera de guerra tras la Batalla de Sodden y que ha sido despojada de sus poderes. En los siguientes episodios asistimos a su viaje para recuperarlos, pero el proceso incluye una inexplicable traición y algunas decisiones bastante torpes. ¿Están desaprovechando los responsables de 'The Witcher' a uno de los personajes mejor construidos?

placeholder Yennefer (Anya Chalotra), en la segunda temporada de 'The Witcher'. (Netflix)
Yennefer (Anya Chalotra), en la segunda temporada de 'The Witcher'. (Netflix)

Una villana desaparecida

La gran villana final de la temporada apenas hace acto de presencia a lo largo de los ocho episodios. Basada en la mitología eslava, la ficción ha introducido la figura de la Voleth Meir, conocida también como La Madre Inmortal, una especie de demonio que se alimenta del dolor ajeno y que había permanecido encerrada desde la llamada Conjunción de las Esferas, el cataclismo que originó la llegada de los hombres al Continente.

La Voleth Meir, que adquiere la forma corporal de una anciana, supone el mayor peligro al que deben hacer frente los protagonistas en el clímax de la temporada, pero que su presencia en pantalla sea tan puntual provoca que su repentino protagonismo final resulte forzado y poco justificado. Se trata de una adición totalmente inédita por parte de la serie, ya que el personaje no aparece en los libros ni en los videojuegos. Para construir una narrativa que ensalce a los héroes, estos deben contar con enemigos a su altura, y la villana de esta temporada no ha cumplido la función.

'The Witcher' tiene un largo camino por delante para seguir perfeccionando esos detalles que impiden que vuele más alto. La 'showrunner' Lauren Schmidt Hissrich ha confirmado que para la tercera temporada, que ya se encuentra en fase de preproducción, han contratado a nuevos guionistas que traen ideas frescas que sorprenderán a los fans. Por otro lado, a lo largo de 2022 Netflix estrenará una serie precuela titulada 'Blood Origin', por lo que su confianza en el universo 'The Witcher' es absoluta.

El cazador de monstruos más popular del planeta está de vuelta en Netflix. La segunda temporada de 'The Witcher' nos trae las nuevas aventuras de Henry Cavill como Geralt de Rivia, un brujo taciturno que trata de sobrevivir en un continente medieval entre bestias, conflictos bélicos e intrigas políticas varias.

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