Una votante de Vox participa en 'First Dates' tras dos años en un convento y confiesa su atracción por Santiago Abascal

Irene es una camarera asturiana de 33 años que acudió en la entrega del jueves, 22 de febrero, a First Dates tras estar "bastante apartada" del amor en los últimos tiempos. La soltera confesó a Carlos Sobera que había estado recluida, los dos últimos años, en un convento por decisión personal y que ya estaba dispuesta a abrirse al amor tras haber "cerrado ese capítulo" de su vida.

La asturiana se definió, ante el equipo del programa, como una persona "sin complejos", tanto que no tenía problemas en desvelar su ideología política. "Me enorgullezco de decir que soy votante y simpatizante de Vox", afirmó al inicio de su participación en el formato de Cuatro.

Álvaro: "Son tus ideas, no te las voy a cambiar"

Irene, preguntada por qué prototipo de famoso le atraería, respondió que le gustaban los hombres como Santiago Abascal. "Me lo vistes con un mono de albañil y digo, pues sigue siendo un macho ibérico. Y si abres la boca, más todavía", expresó en referencia al líder del partido político verde.

Carlos Sobera quiso continuar indagando en los gustos para los hombres de la soltera y le preguntó sobre el resto de líderes políticos. "Tiene un puntín pero le falta la hombría", aseguró sobre Pedro Sánchez, mientras que con Alberto Núñez Feijóo fue menos amable: "Es muy paradín, un maestro de novicios. Un quiero pero no puedo: 'Yo os guío corderitos' pero al final, nada".

El presentador invitó a Irene a valorar a su cita de la noche con las tres categorías que había mencionado: macho alfa, maestro de novicios o "un puntín". Pese a que después de conocer a Álvaro, un cocinero de Madrid de 30 años, la soltera comentó que lo puntuaba con "un puntín", posteriormente la participante reconoció al equipo que no entraría en ninguna de ellas. "Conocido afable, otra categoría nueva", explicó entre risas.

La cena se iba desarrollando con normalidad, con Irene señalando que a su cita "le faltaba sangre", hasta que salió a relucir el tema de la religión y la política. Tras un pequeño encontronazo provocado por la riqueza de la Iglesia católica, Irene acabó desvelando su opinión política a su cita.

"Sin problema te digo que soy votante y simpatizante de Vox (...) Todo lo que dicen ellos, es que lo aplaudo. No quitaría ni una coma (...) Yo estoy muy cansada de que aquí los únicos que puedan decir algo sean los de izquierdas", espetó la soltera, a lo que Álvaro respondió que él era "de izquierdas" y que esas "son tus ideas, no te las voy a cambiar".

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D. R.

Antes de la decisión final, el soltero invitó a la cena a Irene para que la próxima vez pagase ella, ya que quería "verla otra vez", propuesta a la que la comensal aceptó. Sin embargo, la soltera acabó por plantarle un "no" a su cita por faltar "un poco más de chispa" por parte del soltero.