Las confesiones de Óscar Díaz: de los "buenos y malos momentos" en 'Pasapalabra' a cómo es realmente Moisés tras las cámaras

Óscar Díaz y Moisés Laguardia se han convertido por derecho propio en una de las parejas más longevas de la historia de Pasapalabra, motivo por el cual el primero de ellos ha querido hacer un pequeño repaso a lo que está dando de sí esta experiencia. El que fuera uno de los integrantes de los míticos Dispersos de ¡Boom! se ha sincerado en sus redes sociales tras alcanzar la magnífica cifra de 75 tardes compitiendo en el exitoso y exigente formato de Antena 3, desvelando cómo es realmente su relación con su rival, uno de sus momentos más complicados en el programa o lo mucho que disfruta de la compañía de los famosos que cada tarde le ayudan en las diferentes pruebas.

"75 ya. Al comienzo de muchos de estos Pasapalabra recordaba el vértigo de la primera Silla azul, somatizado en forma de temblor (por suerte, imperceptible en pantalla) que se apoderó de mi pierna derecha mientras intentaba ordenar los pensamientos y atinar con las respuestas. Sé que suena a topicazo empalagoso, pero ya entonces me consideré afortunadísimo por tener la oportunidad de jugar mi primer programa. Qué decir ahora, que alcanzo los 75.

"No le pongo un solo pero a mi estancia en Pasapalabra, aunque, como es obvio, y si nos ceñimos exclusivamente al plano competitivo y 'concursil', ha habido momentos mejores y peores", reconoce, pero aún así, Óscar se queda con todo lo bueno que le está reportando su participación: "Pero todo he intentado aprovecharlo, los buenos momentos para respirar hondo y coger impulso... las malas rachas para motivarme y buscar revulsivos, especialmente cuando la vida enreda (y no os podéis hacer una idea de lo que ha enredado desde que entré en el programa a finales de septiembre)".

Siempre con la mejor de las mentalidades ante este reto, Díaz confiesa estar disfrutando "una barbaridad" de su estancia en el programa: "Me encanta competir, aunque las derrotas las aparco en cuestión de segundos y procuro llevarlas lo mejor posible. Con un rival de gran talla como Moisés, además, es lo más adecuado".

Es entonces cuando Óscar Díaz comienza a valorar a su rival, sobre el que se deshace en elogios, y destapa cómo es tras las cámaras: "Moisés aúna esfuerzo, capacidad, talento, retentiva, conocimientos y manejo de los tiempos, y tener tan cerca una referencia así solo sirve para mejorar. Además, también tengo que agradecerle su cercanía cuando las luces se apagan y compartimos momentos a solas... antes de empezar a grabar, entre programa y programa o durante las comidas, siempre en el camerino. En esas distancias su figura crece aún más, aunque todo esto pase desapercibido para los espectadores".

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"También se merecen lo mejor los componentes del equipo en pleno, los que están delante (empezando por el titánico Roberto Leal) y todos los que están detrás, aquí y allá, engrasando una maravillosa máquina que lleva felicidad todos los días a muchos millones de hogares", ensalza, un agradecimiento que hace extensible también a los famosos que cada tarde les acompañan: "Agradecimiento infinito para los invitados que nos apoyan y nos abren una ventana a su mundo durante tres días. En esta efeméride, además, conté con la compañía de dos personas a las que admiro profundamente, María Esteve y Garbajosa, otro lujo más que me ofrece Pasapalabra".

"75 programas, 75 oportunidades, 75 ilusiones, 75 aventuras en Pasapalabra. Ojalá lleguen unas cuantas más", concluye deseando Óscar, ya que, como se deduce de su texto, está exprimiendo la experiencia a tope, disfrutándola al máximo pese a que no le ha llegado en el mejor momento de su vida.