La jugarreta de Pablo Motos a El Monaguillo en directo en 'El hormiguero': "¡Paradlo ya!"

El Monaguillo sufrió este miércoles, 26 de abril, una auténtica jugarreta en directo, tan divertida que este no sabía dónde meterse cuando Pablo Motos le dejó con el culo al aire frente a los espectadores de El hormiguero: el presentador le sorprendía mostrando un vídeo de lo que estaba haciendo instantes antes de arrancar el show, durmiendo a pierna suelta en su camerino tras una gran ingesta de comida.

El colaborador aparecía en escena tras la sección de Pilar Rubio para dar rienda suelta a la locura con la suya, centrada en divertidos inventos japoneses. El cómico entraba como si fuera un programa más, con su energía característica, pero rápidamente Pablo le ponía en solfa: "Pensaba que hoy ibas a salir más tranquilo, más relajado. ¿Tú hoy te has estudiado la sección que vas a hacer ahora?".

"Yo no tengo nada que estudiar, voy allí y lo compro. Lo tengo todo en mi cabeza", le respondía, ajeno a que el equipo le había grabado durmiendo a pierna suelta. Motos daba otro paso al frente, haciéndole ver el material del que disponían: "¿Pistachos has comido? ¿Qué pasa después de comer muchísimo?".

La cara del humorista cambiaba radicalmente, consciente de que estaba a punto de vivir un momento 'tierra trágame'. "¿Quieres ver lo que pasa?", le repreguntaba con sorna el rostro de Atresmedia. "¿Me habéis grabado? ¡No, no! Llevo 10 años aquí y esto nunca ha pasado", se revolvía El Monaguillo, dando vueltas de aquí para allá, siendo por fin consciente de las imágenes que poseía el programa.

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N.C.

"Mírate y disfruta, ha sido sin querer. Escucha, escucha", le pedía entonces Pablo Motos, mostrando a todo el público la llamativa secuencia, con el tertuliano tirado en un sofá, roncando cada vez más intensamente.

El colaborador se lo tomaba con humor, pero pedía en reiteradas ocasiones que cortasen la "comprometida" secuencia: "¡Pero paradlo ya!". Tras las risas, así lo hacían, con él relatando lo mucho que había comido esa noche, por lo que necesitaba echar una cabezadita. Tras este cómico inciso, esta vez sí, arrancaba verdaderamente la sección.