'First Dates': la soltera pone a su cita como un auténtico trapo por parecer "un tacaño"

Vanesa se ha quedado a gusto con todo lo que ha dicho de Abel durante su cita en First Dates. Dejó claro el tipo de hombre que iba buscando y al no encajar en sus gustos ni aparentar alto poder adquisitivo, lo puso de vuelta y media.

La de Colombia no quería latinos, porque, según dijo, los españoles son más fieles, cariñosos, aunque "tienen su tacañería. Yo los enseño a pagar y que no paguen la mitad". De hecho, cuando Elsa Anka quiso saber qué tiene que tener el chico para que le guste, ella fue clara, aunque lo camufló con la broma: "Dinero".

"Horrible. Si hubiese sido feito, como era, pero usa ropa bien, me hubiese atraído un poco"

Vanesa ha reconocido que para ella el amor no solo es el cariño que muestre con ella la persona, sino, "la parte monetaria va muy ligada del amor. Dime tú vivir con un pobre arrastrado. ¡No vas a poder vivir feliz! Si es tacaño no vas a poder vivir feliz". Algo que detectó en Abel nada más entrar por la puerta del restaurante.

No le gustó absolutamente nada cuando lo vio, porque, según le dijo a Matías, su estilo de vestimenta indicaba que no tenía mucho poder adquisitivo. "Horrible. Si hubiese sido feito, como era, pero usa ropa bien, me hubiese atraído un poco", llegó a confesarle al redactor del programa. "Me da pesar. No sé cómo él pretende que puede salir conmigo", insistía, mientras el hostelero intentaba conocerla.

A la soltera no le gustó cómo llevaba las uñas, el tipo de ropa o los zapatos, que, según ella, "no iban limpios". Tampoco le gustó su dentadura: "Parece que tiene una caja de dientes". Sin embargo, nada de esto le dijo a la cara, ya que todo lo enmascaraba con buenas palabras para pasar la velada: "Estaba actuando. Me dio pesar con él y lo miraba y... No".

"A mí, cuando un hombre me dice que la cuenta es a mitad, digo: '¿En serio?", llegó a revelarle, después de explicarle que la mítica fama de que las latinas vienen a España para aprovecharse económicamente de los hombres es por la cultura de los latinos, que allí todo lo pagan ellos, según le contó. "No me gusta que me regalen chocolate ni cosas así. Me gusta que me regalen perfumes, relojes o ropa", le indicó al soltero, que empezó a desencantarse con ella por su alto nivel de interés en el dinero de otros.

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De hecho, le preguntó si esa cena la iba a pagar a mitad. "Sí. Hoy iba a invitar yo, pero ahora me lo estoy pensando", le contestó él, conocedor de las intenciones de Vanesa. "Traje mi plata, porque ya sé lo que me toca aquí", replicó ella indignada. Como era de esperar, ninguno aceptó volver a tener otra cita.