La brutal cobra de una soltera a su cita en 'First Dates' por no ser "como Kiko Matamoros"

Doble tropiezo en First Dates: uno el que tuvo Mariví al ver a Ramón y otro el del soltero cuando quiso despedirse de ella con beso en la boca. La mujer se decepcionó al verlo, a pesar de haber mantenido una agradable velada con el comensal.

La mujer de 62 años dejó cristalino en su presentación lo que iba buscando: "Lo que busco, yo creo que no lo hay. No lo encuentro. Es que, quiero uno alto, tipo Bertín Osborne o Kiko Matamoros. ¡Quiero un tío así! Lo idealizo y luego no lo encuentro". Y añade: "Que te coja un tío y que te empotre contra la pared... Ni yo tengo 20 años menos ni existe el tío que lo haga".

"¡Yo quiero un Kiko Matamoros! Kiko Matamoros ya tiene una novia espectacular y joven"

Sin embargo, Ramón, de 64 años, tenía un físico y una actitud absolutamente distinta al prototipo que había descrito la soltera. Avanzaba la cena, se ponían al día de sus cosas, pero Mariví seguía frustrada cuando se desahogaba con la cámara: "¡Yo quiero un Kiko Matamoros! Kiko Matamoros ya tiene una novia espectacular y joven, y yo quiero algo como Matamoros, pero, claro, no tengo la edad de la novia".

Por su parte, Ramón sí quedó encantado con ella, y no dejó de lanzarle piropos durante la comida. Es más, llegó a decirle que se sentía afortunado de haber dado con ella en esa cita a ciegas. Un comentario que obligó a Mariví a decirle realmente lo que no podía devolverle como cumplido: "Te voy a confesar una cosa. Yo lo había pedido alto, delgado, con dinero...". El hombre, abochornado, la interrumpió cabizbajo: "Lo siento"

"Es muy difícil. Y si fuera más joven diría que me empotraran contra la pared", reaccionó ella, indignada, mientras el soltero se quedó atónito y le preguntó si quiso decir lo que dijo. "Ramón no está para coger peso. Porque ya te digo que no puede ya conmigo...", pensó ella, a solas.

TE PUEDE INTERESAR

"No quiero": el 'guantazo' sin manos de una soltera por la actitud de su cita en 'First Dates'

Álvaro Roldán

El momento más incómodo se vivió cuando la soltera le recriminó a su cita no haberle dado un beso durante toda la noche. Antes de acomodarse en el taburete para revelar su decisión de volver a verla en una segunda cena, accedió a darle un pico. Ella, rápidamente, giró la boca para que se lo diese en la cara. "Uy, perdón", le dijo él, nuevamente avergonzado y entendiendo que no quería. "No es la persona que tengo en mi mente", confirmó Mariví rechazándolo definitivamente.