"Eres un intoxicador": Jorge Javier, a por el director de 'Sálvame' por lo que hace con el público

Anabel Pantoja ha vuelto este miércoles, 23 de marzo, a dar la cara por su tía en 'Sálvame'. La joven ha vuelto a posicionarse con la tonadillera tras el juicio al que se está viendo sometida, un asunto que ha vuelto a traer cola en el magacín de Telecinco, sobre todo cuando Jorge Javier se vio sobrepasado por los aplausos del público a cada intervención de la 'influencer'.

"Parecéis el tribunal de la Inquisición. Mi tía no sabía que iba a acabar así y le dio los poderes a quien se los dio", comentaba Anabel en una de tantas intervenciones que levantaban el aplauso de los asistentes en el plató, algo que chocaba y mucho al presentador. "¿Te molesta?", le preguntaba directamente Pantoja, lo que hacía que el catalán verbalizase lo que estaba pasando por su mente: "Es que a mí lo que me está asombrando es que la opinión pública cuando tenemos problemas con Hacienda nos dicen que somos unos defraudadores y que paguemos, y ahora están aplaudiendo aquí a una señora que no paga".

En ese momento se le encendía la bombilla a Vázquez, que salía del plató para dirigirse al director del programa: "Eres un perfecto intoxicador, pero de casta le viene al galgo", le espetaba con mucha sorna a Alberto Díaz, que se carcajeaba como respuesta.

Anabel se acercaba entonces a la zona de dirección, momento en el que Jorge Javier le explicaba lo sucedido: "¿Te crees que la gente te aplaude porque compre tu argumento? No, lo hacen porque él le da al botón para que aplaudan".

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X.M.

"De casta le viene al galgo", recalcó nuevamente, una referencia velada a la ideología política de su director que quedaba todavía más clara con lo que le espetaba a continuación: "Estás alborotando la sociedad".

Tras esto, cada uno volvía a su sitio, donde Anabel Pantoja retaba a Jorge Javier a continuar el resto de la tarde sin indicaciones al público, viendo así quién convencería verdaderamente a los presentes con sus argumentos. A partir de ese momento el director intensificaría todavía más las indicaciones de aplaudir a la joven, que se revolvía en numerosas ocasiones contra esa manipulación a su favor por parte de la dirección: "Voy a hablar, pero que no pongan los aplausos"; "ya, parad ya"; "Alberto, para ya, que yo no quiero que me aplaudan" o "yo no quiero que la gente me aplauda por aplaudirme".