La puñalada trapera de Albert Fabra a la serie estrella de Canal 9

Poco más se puede decir del cierre de Canal 9. Todos sabemos que el objetivo último del PP siempre ha sido y será hundir las televisiones públicas manipulándolas con descaro y despilfarrando con ansia para después privatizarlas y dárselas a los 'amigos'. Así ocurrirá con el canal valenciano y así sucederá con Telemadrid. Tiempo al tiempo. Y no me digan que todas las televisiones públicas son ejemplo de derroche porque ahí tienen el ejemplo de Canal Extremadura.

Pero no nos alejemos del tema en cuestión. En medio de tanto análisis y crítica, ha habido un daño colateral que ha pasado prácticamente desapercibido por los medios nacionales: el negro futuro de L'Alqueria Blanca, una de las series más exitosas no sólo de la historia de Canal 9 sino de la televisión española.

Tras más de un año guardada en un cajón debido a los recortes, la ficción de Trivisión debía volver a la parrilla de la cadena este domingo. De hecho, según publicaba el diario de Levante,en la noche del miércoles estaba prevista una gran premiereen el Teatro Principal de Valencia en la que se emitiría el primer capítulo de la 11ª temporada.

No había sido fácil llegar hasta allí.En esta nueva temporada, la productora había conseguido una reducción del 25% en el presupuesto ya que asumía, por primera vez en España, parte de los riesgos al compartir el canon de publicidad y se recurría a la financiación privada para paliar el descenso de la inversión pública.

Sin embargo, la gran fiesta se suspendió y los asistentes se quedaron a las puertas del teatro conmocionados. No era para menos.L'Alqueria Blancase ha grabado en más de 50 localizaciones de la comunidad con una acogida maravillosa en todas las localidades por las que ha pasado el rodaje: Alicante, Santa Eulalia, El Campello, Buñol, Sax, Villena...

L'Alqueria Blancaforma parte de la historia cultural de la Comunitat Valencianay ha sido un motor de empleo para más de un centenar de profesionales del audiovisual. No lo decimos nosotros ni ninguno de los trabajadores atrincherados en Burjassot. Lo decía nada más y nada menos el vicepresidente de la Generalitat, José Císcar.

"L'Alqueria Blanca es ejemplo de servicio público restado por la televisión autonómica por la defensa y promoción del valenciano y de la cultura de identidad valencianas", defendía el hipócritapolítico que esta misma semana apoyaba el cierre del canal y confesaba que una dimisión no arreglaría la situación.

Posiblemente. Pero mientras esos 1.700 trabajadores pasarán a engrosar las listas del INEM, el equipo de L'Alquería no sabe quéocurrirá con su seriey los valencianos se quedaran sin un bien cultural, Císcar, que formó parte de esos gobiernos que erraron y despilfarraron a espuertas, seguirá cobrando su sueldo bruto anual de casi 60.000 euros. La desfachatez va incluida en los emolumentos.