Megara, los otros españoles de Eurovisión: "Es surrealista. ¿Qué hacen unos madrileños representando a San Marino?"

Ni con toda la dedicación una banda podría vivir una experiencia tan extravagante como la que vivirá Megara esta semana. De hecho, como la que lleva viviendo el grupo desde que arrancó su camino a Eurovisión 2024. En Malmö, curiosamente, no enarbolararán la rojigualda, un tarea encomendada a Nebulossa en el pasado Benidorm Fest, sino la de un país con un censo que apenas supera los 30.000 habitantes.

Este año, o al menos así se siente en el entorno eurofán, habrá dos representaciones españolas en el festival. La banda madrileña abanderará a San Marino, microestado incrustado en el noreste de Italia cuya participación en el certamen de la Unión Europea de Radiodifusión (EBU-UER) ha sido casi testimonial, ya que se ha clasificado tan solo en tres ocasiones para la final (2014, 2019 y 2021).

Pero, antes, rebobinemos. Hablemos de cómo arrancó la historia del conjunto que se ha empeñado en demostrar por cualquier medio que rock y Eurovisión son perfectamente compatibles, por mucho que se esparciera el pensamiento contrario en el pasado. "Creo que estábamos predestinados a juntarnos", afirma Roberto La Lueta, guitarrista de Megara, al otro lado del teléfono, atendiendo en exclusiva a EL CONFI TV.

"Creo que estábamos predestinados a juntarnos", afirma Roberto La Lueta

La intención del músico era crear una banda de rock duro con una cantante femenina, enérgica y de voz melódica. En agosto de 2014, cuando poco le faltaba para tirar la toalla, su camino se cruzó con el de Sara Jiménez, más conocida como Kenzy Loevett: "Me dijo que vivía en Almería y pensé que habíamos perdido el tiempo, porque yo estaba en Madrid, pero el 1 de septiembre se mudaba aquí".

Casualidades de la vida, en la capital, La Lueta y Jiménez descubrieron que vivían en calles paralelas, separadas por un paseo de apenas dos minutos: "Kenzy acabó entrando en la banda, pero no terminó de cuajar. El bajista y el batería se vinieron abajo y decidieron irse, así que creamos una banda de cero, Megara". La conexión musical entre ambos, concretamente, su afición por The Pretty Reckless, hizo todo lo demás.

"Éramos muy afines en gustos musicales. Empezamos a buscar a otro bajista y a otro batería. Kenzy era lo que buscaba en aquel momento, si nos basábamos en una banda que nos inspiraba mucho a ambos, The Pretty Reckless. Era una banda que tampoco era muy conocida en España", añade. Megara ya tenía a su Taylor Momsen, solo faltaba echar a rodar el proyecto.

La andadura discográfica de Kenzy, Rober, Vitti y Tache arrancó con el EP Muérase quien pueda, de 2015, preludio de los LP Siete (2016) y Aquí estamos todos locos (2018). Este último les abrió las puertas del Resurrection Fest en 2019, escaparate patrio del metal, punk y hardcore que tiene lugar cada año en Vivero (Lugo). Tras Pink Side (2021), llegaría Truco o trato en 2022, el disco más reciente que pudieron encontrar aquellos que curiosearon su trayectoria cuando fueron anunciados para el Benidorm Fest 2023.

Sobre la "decadencia" del rock en España: "Se han puesto más de moda otras músicas en el 'mainstream'"

"Nuestro objetivo era abrirnos a un público más amplio que el metalero, un público que no escuchase ese estilo y no accediese a la prensa que hablaba de nosotros. Hemos estado encasillados en ese target desde un principio, por la música que hacemos y porque son nuestros gustos, claro. Si escuchas nuestra música, ves que el primer disco es un poco más crudo y luego ya hemos ido metiendo electrónica y ritmos más cercanos al pop", reflexiona Rober.

Al contrario de lo que diría Nebulossa en Zorra, el rock no está en un buen momento en nuestro país: "La música, como todo, son modas. El rock duro tuvo su época gloriosa en los ochenta, en los noventa empezó a decaer y parece que no termina de recuperarse. Sigue habiendo mucho rock duro, pero se han puesto más de moda otras músicas que se escuchan en el mainstream".

La Lueta es consciente de que la radiofórmula "pone lo que la gente quiere escuchar" por motivos de rentabilidad: "Es la pescadilla que se muerde la cola. ¿Quién tiene la culpa? ¿El que no lo pone porque no se escucha o el que no lo escucha porque no se pone? Yo confío en que esto un día, de repente, pegue un chispazo y el rock vuelva a subir como la espuma. Megara está intentando poner su granito de arena para que pase".

El grupo trató de arrimarse al mainstream a través de la preselección española de 2023, donde dejó un buen sabor de boca. Megara logró pasar a la final y cerró el concurso en una cuarta posición con Arcadia. Este acercamiento a un mundo, en el fondo tan diverso artísticamente, como es el de Eurovisión, no fue entendido por todos: "Hay gente que nos seguía de toda la vida y estaban encantados de que estemos ahí, orgullosos de que abramos una puerta al público que no escucha rock".

"Otros, en lugar de agradecerlo, no sé por qué razón, no ven que nos metamos en lo que ellos consideran un circo. Como todo en esta vida, hay que conocer. Eurovisión es música, una ventana para mostrar arte, a pesar de los intereses políticos. Hay intereses entre países, pero, ante todo, como dice el eslogan, 'United By Music'", responde Rober sobre unos prejuicios fácilmente desmontables gracias a fenómenos como el de los italianos Måneskin.

"Alguna gente que nos seguía de antes no ven que nos metamos en lo que ellos consideran un circo"

La experiencia en el Benidorm Fest llevó a Megara a intentarlo en la siguiente edición con 11:11, si bien el tema no pasó la criba de Televisión Española. Kenzy y compañía confiaron en que la canción podía sonar en una plaza grande, tan grande como la de Eurovisión, por lo que se metieron de lleno en el plan B: "Nos enteramos de que San Marino admitía propuestas extranjeras por ser un país pequeño. Primero pensamos que era una locura, que había que ir allí y demás. Fue todo muy rápido, tuvimos que tomar la decisión justo después de enterarnos de que no nos había seleccionado para el Benidorm".

Después de superar las rondas previas, el pasado 24 de febrero, los madrileños se plantaron en la final de Una Voce Per San Marino, en una noche en la que todo indicaba que Loredana Bertè, icono rock italiano, arrasaría en la votación del jurado. En un giro inesperado de los acontecimientos, los chicos de Megara fueron los elegidos y pasaron a engrosar la lista de españoles que han acudido a Eurovisión representando a otro país, un historial en el que destacan el dúo Baccara (Luxemburgo 1979) o Gisela (Andorra 2008).

Ese sábado, en redes sociales, no faltaron aplausos, la inmensa mayoría procedentes de España, ni tampoco críticas escritas en italiano: "Tuvimos la sensación de que le sentó mal a mucha gente. Lo notamos in situ, hubo incluso algún abucheo. La gente se empezó a ir, fue muy random. De hecho, Kenzy, cuando tuvimos que tocar de nuevo, dijo: 'Pero no os vayáis, muchachos'".

"Nos han contado que Loredana salió en nuestra defensa: 'Ha ganado el rock, a mí me gusta y es lo que hay, no hay razón para atacarles'. Es un concurso, pero sí que recibimos bastante hate en ese sentido, sobre todo, por parte de italianos que confiaban en Loredana, que nos parece una grandísima artista que merece todo nuestro respeto", desvela el fundador de la banda.

"En 'UVPSM', notamos algún abucheo. Gente que incluso se fue antes de que acabar la gala"

Desde ese momento, los plazos impuestos por la EBU-UER obligaron a Megara a ir a la carrera, además, de la mano de una radiotelevisión pública ya de por sí humilde: "De momento, estamos gestionando nosotros toda la parte artística, económica... Lo negocia y lo lleva nuestro manager. Si te digo la verdad, no tenemos claro ni por dónde va. Nos estamos centrando en lo que tenemos que hacer nosotros, en la puesta en escena [correrá a cargo de Javier Pageo, un "animal" de las escenografías televisivas] y demás. Desde que nos seleccionaron hasta que tuvimos que presentar todo a la UER, hemos tenido poco tiempo".

Y es que a Roberto no le duelen prendas al reconocer que, conocimientos previos sobre la Serenissima Republica, más bien pocos: "Sabíamos que era un país que está en Italia y que pasa bastante desapercibido por lo pequeño que es. Hicimos dos viajes de cuatro días, para la semifinal y para final de UVPSM. Visitamos la parte antigua, que es muy bonita, con torres y castillos. Eso ha sido lo que nos ha dado tiempo a ver, hemos tenido que compaginarlo con los ensayos y las propias galas".

"Ha sido todo bastante surrealista, creo que aún no lo asumimos. ¿Qué hacen unos madrileños representando a San Marino? Bueno, ahí estamos", asume el guitarrista, acerca de una épica que está conectada con la participación de Nebulossa en Eurovisión: "Conocimos a Nebulossa en el Benidorm Fest de este año, que nos invitaron. A mitad de semana, nos enteramos de que habíamos pasado el primer casting remoto de UVPSM. Nebulossa estuvo el año anterior en ese casting, mientras nosotros estábamos en el Benidorm Fest".

Tal y como señala Rober, Megara y Nebulossa, mediante vías inversas, han alcanzado la misma meta, mostrar sus canciones en la ventana al mundo más potente que existe. El recorrido de los dos candidatos tendrá un nuevo punto en común en la segunda semifinal de Eurovisión, el próximo 9 de mayo. San Marino se jugará el pase a la final en una gala en la que los espectadores españoles podrán votar.

"Nos puede beneficiar si España ve a Nebulossa actuar en la semifinal y luego a nosotros. Confiamos en el televoto español"

Por si fuera poco, este año y por primera vez, el Big 5 actuará en directo en su correspondiente semifinal. El azar ha querido que, justo antes de que suene en Malmö 11:11, Nebulossa se suba al escenario con Zorra. "Nos puede beneficiar si España ve a Nebulossa actuar en la final y luego nos ve a nosotros. Que lo mismo hay gente que solo conecta para ver a Nebulossa, pero confiamos en el voto español, desde aquí hago una petición, porque España puede votar a San Marino", ruega, entre risas, el entrevistado.

Una vez pase esta locura eurovisiva, Rober se muestra sincero al cien por cien sobre el futuro de Megara, pues todo depende de lo que suceda el 9 y, con suerte, el 11 de mayo: "No tenemos nada cerrado, estamos tan centrados en esto... Estamos mirando cosas, pero no hemos cerrado una agenda concreta. El objetivo, por supuesto, es tocar, hacer directos. A nosotros lo que nos gusta es el escenario. La gira de Truco o trato no está cerrada, empezó el año pasado. Aparte, va siendo momento de ir componiendo para el siguiente disco".