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"Cuando Juan Carlos I te daba el toque, la gente se cagaba encima"
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La edad de oro del juancarlismo

"Cuando Juan Carlos I te daba el toque, la gente se cagaba encima"

La suspensión en 1994 de 'El peor programa de la semana' (TVE), con el Gran Wyoming, supuso un hito de la autocensura. O cuando bromear sobre el Rey era un drama nacional

Foto: El Gran Wyoming en 'El peor programa de la semana'.
El Gran Wyoming en 'El peor programa de la semana'.

Que cancelen un programa de televisión tras montarse un pollo terrible es una cosa. Pero que lo fulminen antes de emitirse (y sin venir demasiado a cuento) es rizar el rizo. No es que la censura sea bonita en ningún caso, pero hay niveles, y la suspensión de ‘El peor programa de la semana’ en TVE, en 1994, marcó un hito de la autocensura preventiva. El episodio se sigue recordando 26 años después... por bochornoso. Ahora que parte de la prensa se ha desmelenado con Juan Carlos I quizá sea bueno recordar los ‘viejos buenos tiempos’ en los que, no ya es que no se hablara de la fortuna real, es que bromear sobre el Rey era un drama nacional.

‘El peor programa de la semana’ fue un magazine nocturno de La 2 presentado por el Gran Wyoming y dirigido por los hermanos Fernando y David Trueba. Con entrevistas, sketches de cuchufleta (con Anabel Alonso, Álex Angulo, Pablo Carbonell o un imberbe Santiago Segura) y desvaríos varios. El programa fue lanzado con brío por TVE –el Gran Wyoming venía de triunfar en Telemadrid con el ‘late night’ ‘La noche se mueve’-, pero le costó arrancar y la audiencia no respondió de entrada. Para colmo, cuando la maquinaria interna comenzó a engrasarse, la guadaña cortesana cortó por lo sano.

Acaba de ser el 92. El influjo de la Casa Real entonces era la hostia

El invitado del último programa -15 de febrero de 1994- era el escritor catalán Quim Monzó, en la cima de su prestigio literario tras publicar ‘El porqué de las cosas’. Pero en el lapso entre la invitación a Monzó y la emisión de ‘El peor programa de la semana’, ocurrió algo: Monzó hizo comentarios satíricos sobre la familia real en un programa de ‘TV3, ‘Persones humanas’, y se armó un buen jaleo. La Casa Real exigió explicaciones, el 'president' Jordi Pujol se disculpó y la siguiente emisión de ‘Persones humanes’ no se emitió en directo (por si acaso).

“El asunto estaba calentísimo”, rememora Máximo Pradera, guionista de ‘El peor programa de la semana’.

Con todo, los directivos de TVE acordaron que Quim Monzó apareciera en ‘El peor programa de la semana’… con una condición: que no se mencionara el asuntillo real. Los creadores del programa estuvieran de acuerdo: al fin y al cabo, la invitación a Monzó era previa a la polémica, y la idea era hacerle una entrevista más literaria.

Pero, ¡ay!, cuando se pusieron a hacer el guion de la entrevista, se dieron cuenta de que era absurdo no preguntar a Monzó por el tema del que todo el mundo estaba hablando. Así que Máximo Pradera, con el visto bueno del Gran Wyoming, colocó una pregunta sobre el quilombo real. Una. Para saber qué opinaba Monzó del follón que se había montado. Ahora no suena muy grave, pero en la España pos 1992 sí lo era.

De los nervios

Tras revisar el guion del programa, horas antes de su emisión, los directivos de TVE chiflaron. El Gran Wyoming y David Trueba fueron llamados al despacho de Victoria Lafora, directora de programación de TVE, en “la clásica escena de directora de colegio que llama al orden a sus alumnos díscolos”, resume Pradera.

Tras el rapapolvo de despacho, llegó la negociación. Lafora ofreció emitir el programa sin la entrevista a Monzó, solo con los sketches, lo que tenía escaso sentido televisivo, ya que los sketches ejercían de complemento a la entrevista. Trueba y Wyoming rechazaron la propuesta. No obstante, se estuvo cerca de llegar a un acuerdo de mínimos: emitir la entrevista a Monzó a cambio de retirar la pregunta sobre la Casa Real. Pero Lafora acabó echándose para atrás. No se fiaba de los 'titiriteros'. El programa se emitía en directo y temía una encerrona.

Todo esto ocurrió con Monzó ya en Madrid y a punto de coger un coche para dirigirse al programa. Y mientras el director de TVE, Jordi García Candau, estaba de viaje por EEUU. Según el dicho popular, cuando el gato se va de casa, los ratones hacen fiesta. Salvo que en ocasiones pasa exactamente al revés. “Cuando el león se va de casa, los que se quedan al mando son más papistas que el papa”, resume Pradera. Es decir, ante la ausencia de García Candau, en lugar de fiesta, sobreactuación y miedo. Lafora decidió cargarse 'El peor programa de la semana'. En su lugar se emitió una repetición de los, ejem, carnavales de Tenerife

Según Pradera, Lafora llevaba “muy nerviosa” con las audiencias desde el primer día. “Era la típica situación televisiva en la que, cuando firmas para hacer el programa, te dicen: ‘Tenéis que ser transgresores, la audiencia no importa’… y al segundo día están de los nervios porque tienes poca audiencia. Lafora perseguía a Wyoming por los pasillos pidiéndole explicaciones, y Wyoming le decía: ‘Señora, a mí que me cuenta, yo soy un artista, la audiencia es cosa suya’”, recuerda Pradera. Tras optar por la suspensión, TVE activó el control de daños: ofreció despedir a los hermanos Trueba, pero mantener al Gran Wyoming ligado a la casa. Divide y vencerás. Wyoming no aceptó.

Fue todo muy PSOE. La libertad de expresión está bien, pero hay un artículo de la Constitución más importante: tener la fiesta en paz

TVE justificó la suspensión resaltando la “responsabilidad última de Televisión Española ante la sociedad en relación con los espacios que emite”. En otras palabras: el espectador no era suficientemente maduro como para escuchar chistes sobre la monarquía y necesitaba ser tutelado.

“Hay que entender que acaba de ser el '92. El influjo de la Casa Real entonces era la hostia. Cuando el Rey te daba el toque, la gente se cagaba encima”, resume Pradera, que sitúa el episodio en el contexto de los últimos años del felipismo. “Es todo muy PSOE: tener la fiesta en paz. La libertad de expresión está bien, pero hay un artículo de la Constitución más importante: tener la fiesta en paz”. O el “ahora no toca” como metáfora de cuatro décadas de relaciones incestuosas ente el juancarlismo y los medios de comunicación.

PD: Un clavo saca otro clavo. Si bien los espectadores de 1994 se quedaron sin ‘El peor programa de la semana’, TVE les ‘compensó’ meses después con uno de esos programas bonitos, sin ínfulas culturetas y para todos los públicos: ‘¡Esto es espectáculo!’, con Bárbara Rey y Ramón García. Si a usted le parece sórdido que Quim Monzó se ría de los reyes, quizá es porque no conozca los motivos por los que la TVE de Jordi García Candau dio un programa a Bárbara Rey, cuya entrañable amistad con Juan Carlos I había implosionado y necesitaba ser encauzada de alguna manera... Pero de este asunto ya hablaremos otro día...

Que cancelen un programa de televisión tras montarse un pollo terrible es una cosa. Pero que lo fulminen antes de emitirse (y sin venir demasiado a cuento) es rizar el rizo. No es que la censura sea bonita en ningún caso, pero hay niveles, y la suspensión de ‘El peor programa de la semana’ en TVE, en 1994, marcó un hito de la autocensura preventiva. El episodio se sigue recordando 26 años después... por bochornoso. Ahora que parte de la prensa se ha desmelenado con Juan Carlos I quizá sea bueno recordar los ‘viejos buenos tiempos’ en los que, no ya es que no se hablara de la fortuna real, es que bromear sobre el Rey era un drama nacional.

‘El peor programa de la semana’ fue un magazine nocturno de La 2 presentado por el Gran Wyoming y dirigido por los hermanos Fernando y David Trueba. Con entrevistas, sketches de cuchufleta (con Anabel Alonso, Álex Angulo, Pablo Carbonell o un imberbe Santiago Segura) y desvaríos varios. El programa fue lanzado con brío por TVE –el Gran Wyoming venía de triunfar en Telemadrid con el ‘late night’ ‘La noche se mueve’-, pero le costó arrancar y la audiencia no respondió de entrada. Para colmo, cuando la maquinaria interna comenzó a engrasarse, la guadaña cortesana cortó por lo sano.

TVE Rey Don Juan Carlos