La Barcelona apocalíptica se queda a medio gas

Si hay una palabra para definir la sensación que produce Los últimos días esa es desilusión. La última cinta de los hermanos Pastor no tiene nada que ver con lo que se ve en los trailers promocionales. De hecho, lo más emocionante del film ya se ve en estos pequeños adelantos.

Después, poco más. La película se va diluyendo poco a poco debido a una historia de lo más tediosa que lleva al espectador a desear por momentos la muerte del personaje de Marta Etura, quien parece que se ha habituado a aparecer cinco minutos en sus películas. ¿Recuerdan la búsqueda de Sofía en la aburridísima segunda temporada de The Walking Dead? Pues háganse una idea.

Una lástima, realmente. Y es que la idea de mostrarnos una insólita Barcelona apocalíptica es de lo más apasionante ya que pocas veces nuestra filmografía se atreve a mostrarnos a alguna de nuestras ciudadades en esta tesitura. En ese empeño, hay que decir que hay escenas en la película de gran factura. 

También es admirable la idea de que se llegue al fin de nuestros días debido al "pánico" y no a guerras mundiales o invasiones marcianas. Pero como ya sucediera con Extraterrestre, la idea inicial está muy por encima del desarrollo de la historia.

Películas apocalípticas ya hay muchas y puestos a pedir, mejor Fin, que al menos consigue trasladar al espectador cierta inquietud e incertidumbre, aunque su final también dejara a algunos espectadores desilusionados.