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Steve Carell anima el cotarro
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Steve Carell anima el cotarro

A pesar de haber hecho antes Virgen a los 40, quien esto escribe descubrió a Steve Carrell en Pequeña Miss Sunshine. Y fue amor a primera

A pesar de haber hecho antes Virgen a los 40, quien esto escribe descubrió a Steve Carrell en Pequeña Miss Sunshine. Y fue amor a primera vista. Su papel de deprimido mayor experto en Proust de Norteamérica encandilaba al espectador tanto como sus peculiares carreritas para subirse a esa furgoneta familiar amarilla con problemas de arranque. Ahora, cuando faltan unas cuantas semanas para el estreno del Superagente 86 -que parece será la cinta que definitivamente le lance al estrellato-, llega a las pantallas como protagonista de una comedia con vocación de pasarratos con cierta inteligencia en la que le acompaña una recuperada Juliette Binoche como acertado objeto de su deseo.

Como la vida misma es convencional y hasta en algunos momentos cae en esa odiada complacencia que roza la cursilería de la que tantas comedias hacen gala. Sin embargo, gracias a la presencia de Carell y de su partenaire Binoche, la película gana puntos y acomete un interesante tira y afloja entre la enjundia y calidad de los dos como intérpretes y algunos de los detalles creados para ellos por los guionistas. Su cierta química anima el cotarro, y por eso la cinta termina siendo algo más que ese sempiterno filón que va camino de ser un género: el de 'protagonista sobreviviendo a la propia familia o a la ajena' en el que el espectador se ve tan reflejado.

Peter Hedges, director y guionista de la cinta -y en cuyo currículo se cuenta el muy decente guión de su propia novela, ¿A quién ama Gilbert Grape?-, se defiende en la dirección, en la que se agradece que no abuse de los golpes de efecto cómicos. Pero su trabajo resulta demasiado seco y sin personalidad, lo que hace que los personajes que circundan a la pareja protagonista queden un poco desdibujados, cosa en la que también tiene parte de culpa el guión, que el propio Hedges firma junto a Pierce Gardner. Como la vida misma nos deja con ganas de más, porque aquí se atisba buen material -muy poco original, eso sí- para una comedia mejor de la finalmente resulta ser.

LO MEJOR: La presencia de Steve Carell.

LO PEOR: Que parece que esta historia la hemos visto mil veces.

Criterio de valoración:
Obra maestra.
Muy buena.
Buena.
Interesante.
Regular.
Mala.

A pesar de haber hecho antes Virgen a los 40, quien esto escribe descubrió a Steve Carrell en Pequeña Miss Sunshine. Y fue amor a primera vista. Su papel de deprimido mayor experto en Proust de Norteamérica encandilaba al espectador tanto como sus peculiares carreritas para subirse a esa furgoneta familiar amarilla con problemas de arranque. Ahora, cuando faltan unas cuantas semanas para el estreno del Superagente 86 -que parece será la cinta que definitivamente le lance al estrellato-, llega a las pantallas como protagonista de una comedia con vocación de pasarratos con cierta inteligencia en la que le acompaña una recuperada Juliette Binoche como acertado objeto de su deseo.