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Parca ilustración del genocidio armenio
  1. Televisión

Parca ilustración del genocidio armenio

Ineludibles representantes del cine italiano desde los sesenta, lo hermanos Paolo y Vittorio Taviani tuvieron dos momentos álgidos en su carrera: Padre padrone y Good Morning

Ineludibles representantes del cine italiano desde los sesenta, lo hermanos Paolo y Vittorio Taviani tuvieron dos momentos álgidos en su carrera: Padre padrone y Good Morning Babilonia. Poco más quedó de su cortante estilo en la retina del espectador más avezado, que los arrinconó detrás de otros grandes nombres como Pasolini o Fellini. Ahora vuelven a tener presencia en la cartelera gracias a este drama basado en la novela de Antonia Arslan, La casa de las alondras, que a través de una familia acomodada contaba el genocidio del pueblo armenio perpetrado en Turquía durante la I Guerra Mundial. El resultado es una simple ilustración de los hechos contenidos en el relato, sin que haya una intencionalidad clara detrás de lo que se quiere contar.

Y eso es porque El destino de Nunik sucumbe a tomar un punto de vista, a narrar desde una sensibilidad, para así contar de forma neutra -a pesar de sus pequeños toques de efectismo- y con muchas voces un drama terrible y muchas veces olvidado por el mundo actual. Todo ello a pesar de la voluntad inicial de partir de la visión de Nunik, la joven armenia interpretada por el gran gancho de esta coproducción: la cada vez más internacional Paz Vega. Bello y trágico a partes iguales, su personaje se convierte finalmente en una careta y poco más, como el resto del correcto reparto internacional, obligado, por ello, al doblaje en italiano, la lengua que se habla en la cinta.

Por todas estas razones, esta película, casi un telefilme por sus pocas ambiciones narrativas, sirve de simple testimonio de unos hechos atroces y conecta a los Taviani con su temática favorita: cómo los instintos primarios llevan al ser humano a su ruina. Poco más.

LO MEJOR: Su carácter testimonial.

LO PEOR: Su falta de ambición narrativa.

Ineludibles representantes del cine italiano desde los sesenta, lo hermanos Paolo y Vittorio Taviani tuvieron dos momentos álgidos en su carrera: Padre padrone y Good Morning Babilonia. Poco más quedó de su cortante estilo en la retina del espectador más avezado, que los arrinconó detrás de otros grandes nombres como Pasolini o Fellini. Ahora vuelven a tener presencia en la cartelera gracias a este drama basado en la novela de Antonia Arslan, La casa de las alondras, que a través de una familia acomodada contaba el genocidio del pueblo armenio perpetrado en Turquía durante la I Guerra Mundial. El resultado es una simple ilustración de los hechos contenidos en el relato, sin que haya una intencionalidad clara detrás de lo que se quiere contar.