Es noticia
El extraño resplandor espacial que trae la creciente furia del Sol
  1. Tecnología
  2. Novaceno
Comienza la máxima actividad solar

El extraño resplandor espacial que trae la creciente furia del Sol

Un raro fenómeno conocido como 'resplandor atmosférico' indica que el Sol se está aproximando rápidamente a su periodo de actividad extrema, en el que la humanidad corre más peligro

Foto: Imagen del fenómeno conocido como 'aire incandescente' capturada hace unos días por Aaron Watson (SkiesAlivePhotography)
Imagen del fenómeno conocido como 'aire incandescente' capturada hace unos días por Aaron Watson (SkiesAlivePhotography)

Las extrañas líneas luminosas que rompen el cielo en la fotografía sobre estas lineas no forman parte de una aurora sino de un fenómeno natural raramente observado llamado ‘airglow’ en inglés, o resplandor atmosférico. Un evento todavía no explicado totalmente que indica que nos acercamos rápidamente a una fase de peligro extremo para la humanidad, el máximo solar donde tenemos más probabilidades de que nuestra estrella madre nos ahogue en un mortífero tsunami de energía que acabaría con la civilización.

Foto: Mosquito picando a un humano. (Pexels/Jimmy Chan)

El fotógrafo Aaron Watson tomó la foto en la noche del 21 de junio, en las montañas West Elk, Colorado. Las luces se desplazaron lentamente durante aproximadamente dos horas. Watson contó a la publicación dedicada a monitorizar el clima espacial Space Weather cómo estas luces esmeraldas aparecieron justo antes de la medianoche.

Un fenómeno todavía inexplicable

El resplandor atmosférico es también causado por la radiación solar que interactúa con la atmósfera superior de la Tierra. Pero, a diferencia de las poderosas corrientes de radiación solar que provocan las auroras, el resplandor atmosférico es posiblemente el resultado de una radiación solar más suave, gradual y constante. El fenómeno es raro de observar desde tierra, pero podría volverse más común en los próximos meses y años a medida que la actividad solar aumenta.

Esto coincide con la predicción de los expertos, que ahora afirman que el pico de actividad solar previsto para 2025 podría llegar antes de lo esperado, posiblemente a finales de este año. Y no sólo llegará antes, dicen, sino que será aún más activo de lo que pensaban. El resplandor atmosférico ha sido históricamente más visible durante los máximos solares, que es cuando el sol libera más radiación y tormentas solares.

placeholder El sol, fuente de vida y muerte.
El sol, fuente de vida y muerte.

Como apunta Space Weather, fue el científico inglés Lord Rayleigh el que se dio cuenta de que el brillo del aire alcanza su punto máximo durante los máximos solares pero ningún estudio ha podido dar con la razón exacta del fenómeno: “Probablemente tenga que ver con el aumento de la producción de radiación ultravioleta ionizante del sol. Una mayor fotoionización durante el día produce más recombinación por la noche.”

Obviamente, el aumento de actividad solar extrema no es garantía de un evento Carrington o Miyake. De hecho, sabemos que estos eventos han ocurrido en la Tierra en periodos de actividad solar mínima. Pero la realidad es que aumentan la probabilidad de que suceda porque la frecuencia de manchas solares y erupciones también aumenta. Por ejemplo, la nueva mancha solar AR3341 representa una amenaza continua de fuertes llamaradas solares de clase M desde el 24 de junio de 2023. Vendrán más.

¿Qué podría suceder si llega la madre de todas las tormentas?

Esto ya lo he explicado en otras ocasiones pero merece la pena hacerlo de nuevo: Los científicos creen que cada pocos cientos de años ocurre un evento de nivel Carrington. Y cada mil años podría ocurrir un evento 10 o 20 veces más fuerte que el Carrington, conocido como evento Miyake. “No es una cuestión de si lo vamos a sufrir o no. Es solo una cuestión de cuándo va a pasar”, afirma la Dra. Holly Gilbert, quien fue directora de la división de ciencia heliofísica del centro de investigación NASA Goddard.

Gilbert explicó para el documental Control Z: La Gran Tormenta que los eventos solares extremos tienen tres niveles de impacto. El primero es la erupción de una radiación de alta energía que puede afectar nuestra ionosfera en ocho minutos. Las partículas cargadas causan corrientes y, finalmente, las eyecciones de masa coronal con plasma y el campo magnético del Sol. Estas fases tienen diferentes efectos, como explica el documental y el resto de expertos entrevistados.

Por ejemplo, la Dra. Sangeetha Abdu Jyothi —profesora adjunta de Computación en la Universidad de California, Irvine— explicó que un evento como el Carrington podría destruir la red de cables de internet submarinos, inutilizando las conexiones de internet globales. “Esta combinación de efectos no solo derribará la red internet, sino que nos devolvería al medioevo. De hecho, ni siquiera la Edad Media, diría que incluso antes”, afirma Abdu Jyothi.

placeholder Imagen del choque del plasma del sol contra el campo magnético terrestre. (NASA)
Imagen del choque del plasma del sol contra el campo magnético terrestre. (NASA)

El Dr. Ethan Siegel, astrofísico teórico y divulgador científico, contó que un evento Miyake sería mucho más poderoso que un evento Carrington. Durante una tormenta solar, los protones acelerados por la erupción se convierten en partículas de alta energía que son peligrosas para los seres humanos y la estructura tecnológica de la civilización. Estos protones podrían dañar gravemente todos los dispositivos electrónicos en la Tierra, causando daños irreparables en archivos de datos y errores en los procesadores. Como apuntó Abdu Jyothi, los datos almacenados en nuestros centros de datos, como información bancaria y registros de salud, podrían corromperse: “Podríamos perder todos los datos en todo el mundo y eso podría ser un evento devastador”.

“La electrónica de los satélites puede destruirse cuando hay una alta radiación, pero también afectaría a cualquier persona en el espacio. Si vuelas en un avión cerca de áreas polares donde el campo magnético no nos protege de estas partículas de alta energía, allí también puedes estar expuesto a una alta exposición a la radiación”, añade el Dr. Raimund Muscheler, profesor de Ciencias del Cuaternario en la Universidad de Lund sobre estos protones de alta potencia. Muscheler lideró el equipo que descubrió un evento Miyake desconocido en muestras de hielo polar.

Colapso en cadena

Pero John Kappenman, un ingeniero con décadas de experiencia en la industria eléctrica, afirma que ninguno de esos daños importa cuando te centras en el mayor efecto: La caída de la red eléctrica mundial y la destrucción de los grandes transformadores resultante de un evento Carrington o Miyake. “Todo cae cuando cae la más importante de todas las infraestructuras: la red eléctrica”, cuenta Kappenman para el documental. La destrucción de la red eléctrica sin posibilidad de recuperación en décadas causaría un colapso completo de la distribución de agua en ciudades, de atención médica —con la destrucción de la industria farmacéutica y la inutilización de los hospitales— y de la cadena de distribución de alimentos. El efecto práctico de esta caída del castillo de naipes de la civilización sería un colapso que duraría décadas e incluso siglos.

placeholder Pasarán décadas antes de poder llegar a fabricar y reemplazar todos los transformadores dañados en todo el globo. El tiempo de fabricación y entrega de uno de alta tensión en tiempos normales es de dos años.
Pasarán décadas antes de poder llegar a fabricar y reemplazar todos los transformadores dañados en todo el globo. El tiempo de fabricación y entrega de uno de alta tensión en tiempos normales es de dos años.

Un informe de la Academia Nacional de las Ciencias de los EEUU coincide con Kappenman: Debido a la interconexión de las infraestructuras críticas en la sociedad moderna, el impacto de un evento solar extremo podría ir más allá de la interrupción de los sistemas técnicos y conducir a interrupciones socioeconómicas colaterales a corto y largo plazo. Esto incluiría la interrupción de los sistemas de transporte, comunicación, banca y financiero, y los servicios gubernamentales; la interrupción de la distribución de agua potable debido a la parada de las bombas, y la pérdida de alimentos y medicamentos perecederos debido a la falta de refrigeración. Solo en la Costa Este de los Estados Unidos, el estudio fija una estimación de uno a dos billones de dólares anuales en coste social y económico, con tiempos de recuperación de cuatro a 10 años. Y eso con mucha suerte.

placeholder El campo estaría relativamente a salvo en las primeras semanas pero la emigración masiva de ciudadanos huyendo de las urbes será un enorme problema.
El campo estaría relativamente a salvo en las primeras semanas pero la emigración masiva de ciudadanos huyendo de las urbes será un enorme problema.

Todavía sin medidas preventivas

Aunque el máximo solar no tiene por qué traducirse en una tormenta que destruya la civilización, la posibilidad está ahí y, como dice Gilbert, no es cuestión de si pasará sino de cuándo pasará. En estos momentos, estamos en tiempo de descuento de un evento Miyake, por ejemplo.

Por desgracia, los gobiernos no consideran que sea necesario tomar medidas de mitigación de los efectos o sencillamente ignoran el problema, algo especialmente sangrante cuando la solución sólo es cuestión de dinero y planificación (como las pandemias, por si os suena de algo). Según Siegel, se necesita una nueva organización de la red eléctrica que la haga más resistente, con generación más local y sistemas redundantes.

placeholder Un par de años después de la erupción muchas estructuras estatales habrían desaparecido por el colapso de los recursos, los grandes desastres en todas las industrias y la fragmentación inevitable de la sociedad.
Un par de años después de la erupción muchas estructuras estatales habrían desaparecido por el colapso de los recursos, los grandes desastres en todas las industrias y la fragmentación inevitable de la sociedad.

Kappenman afirma que la protección de los transformadores es fundamental y que la solución técnica es sencilla, utilizando condensadores en serie o neutros. Y, además, Gilbert menciona que se necesita un sistema de alerta temprana efectivo, con modelos de inteligencia artificial que puedan predecir cada paso del Sol con antelación. Esto es lo único en lo que está trabajando la NASA —y ahora también China— pero todavía no es suficiente.

Al final, como apunta Siegel, la solución está en todos nosotros: en la presión que podamos hacer sobre los políticos, exigiendo la protección de una infraestructura que ya no es solo un bien público sino una fuerza imprescindible para soportar el tejido social y económico que nos permite sobrevivir. “Podemos unificarnos como planeta para crear la legislación adecuada, hacer cumplirla y hacer que todas estas ciudades de todo el mundo estén seguras y puedan resistir estos eventos”, afirma Siegel. Entonces, tal vez, no acabaremos con un desastre de varios trillones de dólares y miles de millones de vidas cuando ocurra lo inevitable. "Esto depende de todos nosotros."

Las extrañas líneas luminosas que rompen el cielo en la fotografía sobre estas lineas no forman parte de una aurora sino de un fenómeno natural raramente observado llamado ‘airglow’ en inglés, o resplandor atmosférico. Un evento todavía no explicado totalmente que indica que nos acercamos rápidamente a una fase de peligro extremo para la humanidad, el máximo solar donde tenemos más probabilidades de que nuestra estrella madre nos ahogue en un mortífero tsunami de energía que acabaría con la civilización.

Espacio
El redactor recomienda