Un nuevo impacto irreparable en el James Webb alarma a la NASA
La NASA afirma que un nuevo impacto de meteorito "excede la expectación de daños" en los espejos del telescopio espacial James Webb y no se puede corregir
El James Webb ha recibido un nuevo impacto de micrometeorito que es mucho más serio de lo que se esperaba, causando daños significativos que no se pueden reparar ni compensar con un realineamiento de espejos. Pero lo más preocupante es que, según la NASA, el ritmo de impacto de partículas espaciales supera las simulaciones y el telescopio espacial parece correr más peligro de lo que habían previsto.
Como apunta la NASA, "de los seis impactos de micrometeoritos detectados hasta ahora, cinco tuvieron efectos insignificantes. Por el contrario, el micrometeorito que alcanzó el segmento C3 en el periodo 22-24 de mayo de 2022 UT causó un cambio significativo e irreparable en el estado general de ese segmento".
El impacto y el incremento en la frecuencia sobre los modelos estadísticos previos al lanzamiento tienen en estado de alerta al equipo del telescopio. Según Mike Menzel —ingeniero principal de sistemas de Webb en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard—, "el tiempo dirá si este último impacto fue una especie de anomalía" o si puede ser la norma.
Simulaciones erróneas
Al contrario que el Hubble —que pudo ser reparado y actualizado por el transbordador espacial en dos ocasiones—, es casi imposible mandar una tripulación a intentar reparar el espejo afectado en un viaje de 1,6 millones de kilómetros.
La imagen sobre estas líneas muestra que el daño en el espejo es notable y una razón de peso para preocuparse. Como apunta 'Nature', aunque el telescopio tiene una vida esperada de 20 años, el nuevo estudio de la NASA basado en el análisis del efecto de estos micrometeoritos —y la magnitud del sexto— afirma que ahora no están totalmente seguros de hasta qué punto esa fecha de caducidad se cumplirá. O, mejor dicho, cómo afectará a la calidad de la imagen este aparente incremento en la frecuencia de impactos. Los rigores del espacio parecen ser peores de lo que se esperaba.
El equipo de la NASA afirma estar realizando nuevos modelos estadísticos basándose en la nueva información recopilada en los últimos meses. Es más que posible, afirman, que el Webb sea "más susceptible a daños por micrometeoritos de lo que predijo el modelado previo al lanzamiento". Y todo esto ha sucedido en apenas unas semanas y sin haber pasado por el obstáculo de la nube de partículas dejadas atrás por el cometa Halley, a la que llegará en mayo de 2023. Después de 11.000 millones de dólares de gasto y 20 años de trabajo, esperemos que todo sea una rareza estadística.
Alarma y cautela
Pero no desesperemos, porque el telescopio sigue operando con normalidad. Ya en junio, el Dr. Thomas Zurbuchen —administrador asociado del directorado de misiones espaciales de la NASA— afirmó en un tuit que, “después de las evaluaciones iniciales, el equipo descubrió que el telescopio sigue funcionando a un nivel que supera todos los requisitos de la misión”.
Sin embargo, entonces no se conocía la extensión de este impacto, que es más grave de lo que se pensaba aunque no fatal. Lo que preocupa ahora es si, sabiendo que el ritmo de impactos parece ser más grande que el que tenían pensado las simulaciones, el telescopio tendrá la vida que se esperaba. O si podrá seguir capturando imágenes tan espectaculares y útiles como las que ya ha producido hasta ahora. Para empezar, la NASA está pensando en reducir las misiones del telescopio que requieran que este se oriente hacia la dirección de su órbita, algo que puede incrementar las posibilidades de impactos directos.
El James Webb ha recibido un nuevo impacto de micrometeorito que es mucho más serio de lo que se esperaba, causando daños significativos que no se pueden reparar ni compensar con un realineamiento de espejos. Pero lo más preocupante es que, según la NASA, el ritmo de impacto de partículas espaciales supera las simulaciones y el telescopio espacial parece correr más peligro de lo que habían previsto.