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Palas convertidas en puentes: las mejores ideas para reutilizar los aerogeneradores
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ESPAÑA BUSCA SER PIONERA

Palas convertidas en puentes: las mejores ideas para reutilizar los aerogeneradores

La vida útil de los parques eólicos es de 20 años, así que pronto tendremos una avalancha de residuos que hay que gestionar: la industria trabaja para reaprovechar y reciclar

Foto: Puente hecho con materiales eólicos reutilizados. (Re-Wind)
Puente hecho con materiales eólicos reutilizados. (Re-Wind)

La imagen de cientos de aspas de aerogeneradores que estaban siendo enterradas en Wyoming (EEUU), difundidas por la agencia Bloomberg en 2020, dieron la vuelta al mundo y generaron una enorme polémica en redes sociales. ¿Nos estábamos haciendo trampas al solitario generando energía limpia por un lado y escondiendo sus residuos bajo la alfombra por el otro? ¿Era ese el destino final de una de las renovables más prometedoras? Los negacionistas del cambio climático aprovecharon para cuestionar las alternativas a los combustibles fósiles. Los ecologistas pedían explicaciones y soluciones. Y la mayoría reflexionaba por primera vez sobre una realidad inexorable: los parques eólicos tienen una vida limitada y pronto nos tocará gestionar la retirada de estos molinos gigantes y pensar qué hacer con ellos.

El volumen del problema no es pequeño incluso ahora, cuando todavía hay muy pocos aerogeneradores que se puedan considerar obsoletos. Precisamente, hace tres años un informe de WindEurope, organización que aglutina a la industria eólica europea, calculó que hasta este 2023 serían desmanteladas unas 14.000 palas en nuestro continente, lo que significa entre 40.000 y 60.000 toneladas de materiales compuestos, como la fibra de vidrio, la fibra de carbono y las resinas. El resto de los componentes de un parque eólico, como los cimientos y las torres, son materiales bien conocidos (hormigón, acero, aluminio o hierro fundido, entre otros) y está claro lo que se puede hacer con ellos. Por el contrario, gestionar las aspas es un desafío mucho mayor, pero el panorama es mucho más alentador de lo que parecían decirnos aquellas imágenes de EEUU. Los proyectos de I+D+i se están multiplicando para ofrecer soluciones sorprendentes.

"Los aerogeneradores se diseñan para una vida útil de 20 años, es el mínimo que marcan las normas y que tienen que demostrar los fabricantes", explica a El Confidencial Tomás Romagosa, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). Sin embargo, en el mundo real, "se está comprobando que llegan en buen estado y que pueden seguir operando más años con algún cambio de componentes o ciertas actuaciones de mantenimiento, pero sin necesidad de realizar grandes inversiones". Habitualmente, las cargas de viento que han soportado han sido inferiores al máximo que se había calculado. Así, la mayoría de los parques pueden extender su periodo de funcionamiento hasta alcanzar los 25 o los 30 años, de manera que las primeras instalaciones de España comienzan a llegar a este momento crítico.

Foto: Un barco, saliendo del puerto de Coruña. (EFE/Cabalar)

Dos claves determinan que esa vida útil no puede extenderse más. Por una parte, está el deterioro de los componentes estructurales del aerogenerador: la cimentación, la torre y el eje principal. Las empresas realizan inspecciones periódicas para comprobar cuál es su estado, pero llega un momento en el que sustituir estos elementos saldría más caro que instalar un molino completamente nuevo. Por otra parte, hay un motivo puramente económico: "Es posible que las piezas estructurales estén en buen estado, pero hay otras menos críticas que también se van deteriorando y al final el coste de mantenimiento y las reparaciones penaliza la rentabilidad", explica el experto. Las instalaciones más antiguas generan menos energía que las actuales, porque el diámetro de las palas y su potencia eran inferiores, así que la sustitución por un modelo nuevo puede ayudar a cuadrar las cuentas.

La AEE ya ha contabilizado en España 13 proyectos de "repotenciación", es decir, de sustitución de aerogeneradores antiguos y pequeños por otros nuevos, de grandes dimensiones y mayor potencia. El mejor ejemplo está en el parque de Malpica, en Bergantiños (La Coruña), que contaba con 69 molinos y se cambiaron por 11 nuevos para mantener la misma producción. Así, además de ganar eficiencia, se reduce la huella ambiental y la superficie ocupada por las instalaciones. Ahora, el programa Repotenciación Circular, financiado por la Unión Europea con los fondos Next Generation EU, y cuya resolución provisional acaba de publicarse, va a impulsar estas iniciativas, que hasta ahora solo eran casos puntuales. Definitivamente, el volumen de residuos eólicos se va a disparar.

placeholder Diseño de un puente basado en reutilizar materiales eólicos. (Re-Wind)
Diseño de un puente basado en reutilizar materiales eólicos. (Re-Wind)

De puentes a parques infantiles: cómo reutilizar

En ese sentido, la ventaja de las palas de los aerogeneradores es que, cuando se retiran, "pasan a tener la catalogación de residuos no peligrosos, lo que facilita su gestión final", destaca Juan José Coble Castro, profesor de la Universidad Nebrija y experto en impacto ambiental de la energía eólica. Su composición hace que sean inertes para el medio ambiente, es decir, que no generan emisiones tóxicas ni contaminantes. Esto abre la puerta a su reutilización para otros fines: Puentes, torres para líneas eléctricas, soportes para antenas, mobiliario urbano, parques infantiles, barreras acústicas en autopistas, tejados, cubiertas o comederos agrícolas, entre otras imaginativas soluciones. Un ejemplo de todas estas utilidades son los desarrollos de la empresa Re-Wind Network, que ha construido muchas de estas infraestructuras en varios países del mundo y cada año publica un catálogo de novedades.

Sin embargo, no hay que irse muy lejos para ver cómo se materializan algunas ideas originales. "Nosotros tenemos aquí ,en la oficina, estanterías, mesas y lámparas hechas con palas eólicas", comenta el director técnico de la AEE, que saca pecho por la industria española. "En su día, fuimos pioneros en la instalación de parques eólicos y eso nos permitió llegar a ser el tercer exportador de aerogeneradores del mundo", destaca. Ahora, "también somos uno de los primeros países en enfrentarnos al reto del envejecimiento de nuestros parques y todo el conocimiento que estamos adquiriendo nos va permitir ganar cuota de mercado internacional".

placeholder Palas reconvertidas en barreras acústicas. (Re-Wind)
Palas reconvertidas en barreras acústicas. (Re-Wind)

¿Es tan sencillo coger el aspa de un molino y convertirla en una viga para un puente? "Hay que hacer un cálculo estructural adecuado y tener en cuenta las condiciones de partida del material que se va a utilizar, ya que se trata de material usado y con posibles deterioros”, comenta Coble Castro. "Si el resultado de esos cálculos es favorable, se puede afirmar que esa reutilización será segura", añade. No obstante, "los proyectos que conocemos no son grandes obras de ingeniería, donde se pueda ver comprometida la seguridad estructural", apunta Romagosa, sino "pequeños puentes". En cualquier caso, cuando se desmantelan los aerogeneradores, todos estos componentes se someten a ensayos para certificar que se encuentran en buen estado.

Plantas de reciclaje, la opción imprescindible

Sin embargo, el sector es consciente de que este tipo de aprovechamiento es limitado. Aunque serán los proyectos más visibles y llamativos, apenas constituyen la punta del iceberg. "Cuando la sustitución de parques eólicos coja velocidad y el volumen aumente, va a ser muy difícil que este tipo de aplicaciones sean capaces de absorber el 100% de las palas que se desmantelen, así que hay que avanzar también hacia otras soluciones más orientadas a reciclar las fibras para que se puedan utilizar como materia prima", explica el experto de la AEE.

placeholder Parque eólico. (EFE)
Parque eólico. (EFE)

Algunas compañías ya han anunciado la construcción de plantas de reciclaje, por ejemplo, Endesa tendrá una en Cubillos del Sil (León). Según la asociación de empresarios del sector, próximamente habrá, al menos, cuatro en España. "Los materiales compuestos tienen propiedades excelentes", afirma el profesor de la Universidad Nebrija, "pero debido a su complejidad, requieren procesos muy específicos". El método más sencillo consiste en triturar las palas. De esta manera, la fibra de vidrio o de carbono se puede usar como ingrediente en otros materiales, como el cemento y el hormigón. "Funciona muy bien como aislamiento térmico y acústico para edificios", apunta Romagosa. También es una buena opción para pavimentar carreteras: si el asfalto incluye un porcentaje de fibras de vidrio o de carbono trituradas, tendrá una mayor durabilidad y propiedades elásticas para resistir mejor el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas.

Sin embargo; el gran reto del reciclaje consiste en extraer las fibras originales para volver a utilizarlas en otros procesos productivos. La evolución de la tecnología eólica determina lo que nos podemos encontrar. "Para ganarle energía al viento, la clave es el área de barrido; cuanto más grande es la pala, más área de barrido tiene y más energía podemos obtener", explica José Ramón Largo, experto en energía del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales. "La evolución de los materiales es lo que ha permitido tener palas más grandes, gracias al conocimiento que viene de la industria aeronáutica. De la fibra de vidrio se pasó a la fibra de carbono y a diferentes combinaciones para conseguir rigidez, pero con poco peso", añade. En el proceso de fabricación, estos materiales se aglutinan con resinas mediante calor, así que el reto del reciclaje es volver a descomponer esos elementos.

Foto: Aerogenerador. (Reuters/Carlos Jasso File Photo)

Una manera de hacerlo es aplicar calor de nuevo, mediante pirólisis. "Se lleva a temperaturas altas, de entre 450 a 1.000 ºC, para separar la resina de las fibras. De ahí obtenemos aceites que incluso se pueden usar como combustibles, y las fibras originales", comenta el experto. Otra opción es recurrir a procesos químicos, en concreto, a la solvólisis, con el mismo objetivo y resultados. No obstante, en función de los diferentes métodos, los subproductos pueden ser muy diferentes, incluyendo alguno para la industria de la alimentación: "Ha habido una empresa que ha obtenido lactato de potasio y lo ha usado para fabricar ositos de goma", recuerda. Además, también se ha desarrollado un método híbrido que consiste en combinar pirólisis y solvólisis con microondas para hacer más eficientes estos procesos.

Según todos los expertos, la economía circular se impone por exigencia de la economía y de la sociedad. "Los residuos generados al desmantelar un parque eólico son reciclables o reutilizables en un 90%, llegar al 100% es una prioridad para la industria eólica, pero el camino no es fácil", asegura Coble Castro. No obstante, también recuerda que depositar en un vertedero las palas es otra posibilidad "barata y accesible", que no se puede descartar por completo teniendo en cuenta que se trata de residuos "no peligrosos". Eso sí, sería una solución "desastrosa" desde el punto de vista del desperdicio de recursos y materias primas.

La imagen de cientos de aspas de aerogeneradores que estaban siendo enterradas en Wyoming (EEUU), difundidas por la agencia Bloomberg en 2020, dieron la vuelta al mundo y generaron una enorme polémica en redes sociales. ¿Nos estábamos haciendo trampas al solitario generando energía limpia por un lado y escondiendo sus residuos bajo la alfombra por el otro? ¿Era ese el destino final de una de las renovables más prometedoras? Los negacionistas del cambio climático aprovecharon para cuestionar las alternativas a los combustibles fósiles. Los ecologistas pedían explicaciones y soluciones. Y la mayoría reflexionaba por primera vez sobre una realidad inexorable: los parques eólicos tienen una vida limitada y pronto nos tocará gestionar la retirada de estos molinos gigantes y pensar qué hacer con ellos.

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