El día que me di cuenta de que puedo vivir sin un iPad, y la culpa la tienen estos dispositivos

Cuando irrumpieron en el mercado, las tabletas parecían llamadas a ser una revolución casi tan grande como la del smartphone y en ese camino, auguraron muchos, se llevarían por delante incluso a los portátiles. Evidentemente, nada de eso ha ocurrido. Solo hace falta echar un vistazo a nuestro alrededor. Habrá algunos, los menos, que han conseguido convertirlo en su equipo principal de trabajo. Pero a la hora de la verdad, las tabletas como el iPad son una suerte de muleta a caballo entre el móvil y el ordenador.

El común de los mortales no va a encontrar en un dispositivo así nada que no pueda hacer con los otros dos. Puede resultar más cómodo que llevar un portátil encima o más tranquilo que estar con el teléfono mientras navega en el sofá, pero insisto en que más allá del factor de forma no hay nada que sea competencia exclusiva suya. Esa falta de carácter es lo que ha hecho, probablemente, que no sea un producto tan de masas como se imaginaba en un primer momento.

En mi caso particular siempre me ha costado integrarlo en mi día a día. No me sentido del todo cómodo trabajando con él y siempre me ha resultado aparatoso utilizarlo para leer y navegar. Además, no terminaba de desligarme del e-book o de libro físico. Hubo una época en la que el iPad Mini formó parte de mi rutina, pero di el salto a un teléfono con pantalla grande y ya perdió sentido. Básicamente, quedó como un dispositivo para reuniones, donde aprovechaba a tomar notas y apuntes con ello y librarme del papel.

Pero hubo un día que me di cuenta de que podía vivir sin un iPad. Fue el día que cayó en mis manos y probé el primer Kindle que permitía escribir. Me di cuenta que cubría mis necesidades básicas y lo hacía hasta mejor, ya que las pantallas de tinta electrónica emulan mejor la sensación del lápiz o el boli pasando por el papel.

En ¿Me lo Compro? llevamos semanas probando varios modelos y hemos traído una selección de cuatro que nos han gustado. Se trata del Kindle Scribe, el remarkable 2, el Kobo Elipsa 2E y el Huawei Matepad Paper. A continuación analizamos sus puntos fuertes y sus puntos débiles.

Si eres de los que solo necesitas una tableta para escribir, tomar notas, leer libros y consultar documentos, quizá te sientas identificado conmigo y este dispositivo te ayude a acabar con el caos de libretas de tu escritorio y te libre de tener que andar con un cuaderno, bolis y subrayadores encima. Si eres de los que también ves series, juegas o navegas, pasa de largo porque no va a ser para ti.

Remarkable 2: mejor libreta que e-book

Remarkable es una empresa noruega que acaba de cumplir 10 años. Empezó a colocar sus tabletas de tinta electrónica en el mercado en 2016. Actualmente, comercializa su segunda generació​n de producto (remarkable 2) y se lleva mucho tiempo rumoreando con una tercera edición. Si lo que te importa es tener un cuaderno digital que te permita tomar notas como uno convencional, este dispositivo de 10,3 pulgadas y menos de cinco milímetros de grosor probablemente sea tu mejor opción.

¿Qué nos ha gustado? Su construcción. Es un diseño comodísimo, finísimo y muy ligero. Incluso incluyendo la funda con teclado (la más gruesa de la que venden) estaríamos hablando de un grosor menor al de un móvil. Su pantalla monocroma (que ofrece una resolución de 1.872 x 1.404 px, 226 ppp) es la que ha conseguido, junto a los punteros diseñados por la propia compañía, que hayamos experimentado la sensación más próxima, casi idéntica, a la de escribir en papel. No hay problema para utilizar el dispositivo en exteriores.

El lápiz (se compra por separado y hay dos modelos) no necesita ni emparejarse ni cargarse y funciona a las mil maravillas. Es el mejor puntero en este sentido. Sobre sus capacidades, cuenta con 1GB de RAM y 8 de almacenamiento interno.

El software es tremendamente intuitivo y facilita mucho crear cuadernos, clasificarlos y agrupar documentos. La función de transformar notas manuscritas a texto mecanografiado funciona muy bien, independientemente de la caligrafía. La app remarkable Connect permite sincronizar muy fácilmente documentos con el dispositivo y pasarlos al móvil o el PC y viceversa. Esta tableta también cuenta con integración con Drive, Dropbox así como la opción de compartir directamente por correo. La autonomía, usándola dos o tres horas al día, se puede estirar hasta las dos semanas, como promete la compañía.

¿Qué no nos ha gustado? Hay que pasar por caja más de la cuenta. No incluye el lápiz, que es imprescindible para poder sacar provecho a este dispositivo. Se puede optar por uno 79 euros y otro de 129 euros en caso de que queramos el stylus oficial. La diferencia es que el modelo Pro cuenta con una goma de borrar física. La funda con teclado (francamente cómoda) cuesta 199 euros.

Sin embargo, podemos prescindir de ella, optar por una funda más barata de marca blanca o no ponerla y utilizar el teclado digital. La app remarkable Connect se incluye gratis durante un año, luego hay que pagar 2,99 euros. Lo positivo es que, desde su lanzamiento, su precio ha bajado mucho, hasta los 349 euros. Contando con que compremos el lápiz más básico, por lo menos, la inversión se nos va a ir a 428 euros.

En el aspecto técnico, su mayor problema es que el panel monocromo no cuenta con retroiluminación, algo que nos va a obligar a tener una luz encendida cuando queremos utilizarlo. También me ha desquiciado un poco que solo sea compatible con formatos ePUB o PDF y si tenemos una cuenta de Microsoft Office 365 nos permitirá revisar documentos de texto o Power Point. Sin embargo, si queremos leer un libro electrónico de Amazon tendremos que transformarlo a mano y sincronizarlo.

Kindle Scribe: el objetivo es no fallar en nada

Amazon es uno de los mayores fabricantes de lectores electrónicos del mundo. Algo que es completamente lógico, ya que es también es uno de los mayores vendedores de e-books del planeta. Sin embargo, no se había atrevido a dar el salto a crear un Kindle que permitiese leer pero también escribir hasta hace unos meses, cuando puso en circulación el Kindle Scribe, el más avanzado de sus modelos. Si eres usuario de uno de sus lectores, o suscriptor de su servicio de libros electrónicos, estate atento porque igual encaja con lo que buscas.

¿Qué nos ha gustado? Una de las cosas que más me ha gustado de Kindle Scribe es la confiabilidad de su pantalla. Ofrece una densidad alta, de 300 píxeles por pulgada, y cuenta con 35 leds que le permiten ajustar el brillo a su entorno. Pero también nos permite ajustar la calidez de la pantalla, cosa que es muy agradable si vamos a leer durante largos ratos. Está muy bien integrado con el ecosistema de Amazon, así que si eres usuario de Kindle Unlimited o Audible y buscas el plus de que puedas escribir en libros o crear tus propios cuadernos, probablemente sea la opción más adecuada.

En lo que se refiere a escribir y dibujar, hay varias observaciones que hacer. Aunque no logra la eficacia de remarkable a la hora de imitar la sensación del papel o de transformar las notas a texto, es una herramienta bastante completa. Aquí el lápiz viene incluido en la versión básica (369 euros) aunque si quieres el premium tienes que pagar 30 euros mínimo. Si compras el stylus superior, tienes opción de ampliar el almacenamiento interno de 16, a 32, o 64GB. La batería, con un uso mixto, da para tres semanas, sin mucho problema. Tiene compatibilidad con un amplio tipo de formatos, incluso documentos de Word, si se cuenta.

¿Qué no nos ha gustado? Si lo de las notas va a ser algo anecdótico para ti y lo vas a utilizar la inmensa mayoría de tiempo para leer, igual te resulta algo tosco de manejar. Además, no incluye resistencia a líquidos, cosa que si incluyen otros Kindle mucho más baratos, por lo que atento si eres de los que te llevas tu e-book para devorarlo en la playa o en la piscina.

El software genera sensaciones encontradas. Está superbién integrado con la tienda de Amazon, pero la curva de aprendizaje me parece mayor que en otros dispositivos, especialmente a la hora de tomar notas en libros (no se puede hacer directamente, tienes que utilizar ventanas emergentes). Los PDF se tienen que mandar por mail y aunque cuenta con integración con Microsoft Office para doc y para docx, no tiene integración con Dropbox o Drive. La sincronización de archivos con otros dispositivos no es tan fluida. Por último, cuenta con navegador pero está tan limitado que es inútil hacer uso de él. No cuenta con funda con teclado.

Kobo Elipsa 2E: alternativa a Amazon

No todo el mundo quiere pasar por el aro de Amazon y prefiere buscar otras alternativas. Kobo, propiedad de Rakuten, es una marca que lleva haciendo casi tanto tiempo como el gigante del comercio electrónico creando lectores electrónicos. Se adelantó a la compañía fundada de Jeff Bezos en eso de poner en circulación un lector de e-books que encima permitiese escribir, pero, tras la aparición del Kindle Scribe, se ha actualizado con el Kobo Elipsa 2e.

¿Qué nos ha gustado? Aunque tenga menos resolución que la Kindle Scribe, lo cierto es que es suficiente como para leer sin problema. Cuenta con una pantalla ligeramente más grande, con 10,3 pulgadas. A pesar de eso, el peso es notablemente menor a su competencia directa, ya que apenas pesa 390 gramos. Me ha gustado mucho el acabado de la parte trasera, algo rugosa, que evita que se resbale el dispositivo al apoyarlo en cualquier superficie o cuando estamos tomando notas mientras lo sujetamos en la mano.

Nuevamente, contamos con un panel que nos va a permitir ajustar la temperatura de color, pero también nos va a permitir programarla y que se ajuste automáticamente en base en nuestras preferencias. A la hora de escribir o dibujar en los blocs desde cero, no hay grandes diferencias con el Kindle Scribe en lo que se refiere a las utilidades. Me parece más sencillo trabajar anotaciones o subrayar directamente sobre los libros. El buscador de notas es bastante efectivo y el sistema de conversión a texto, también. El lápiz, también incluido, es bastante ergonómico y cómodo.

A diferencia de otras marcas, en este caso tenemos un borrador físico incluido sin necesidad de gastar más dinero. Es un dispositivo muy abierto, ya que además de contar con compatibilidad con muchísimos formatos (también con el de las bibliotecas públicas), permite traspasar archivos y libros fácilmente mediante cable o Dropbox si queremos hacerlo de forma inalámbrica. La autonomía da para varias semanas.

¿Qué no nos ha gustado? La principal pega que le veo al Kobo Elipsa 2E tiene que ver con su lápiz. Necesita recargarse vía USB, lo que sinceramente es bastante lata. Aunque es más versátil, la experiencia de la escritura no es tan realista como en los otros modelos antes mencionados y hay veces que el cuerpo pide más fluidez. Aunque el agarre es cómodo, su cuerpo se siente menos premium que otras alternativas. Es el sacrificio que hay que hacer: si quieres algo tan ligero tienes que apostar por el plástico. La funda no está incluida y no hay más opciones de almacenamiento. Su precio de salida es superior al resto de competidores. Tampoco cuenta con funda con teclado.

Matepad Paper: un debut muy ambicioso de Huawei, con un pero

Desde que el veto de EEUU diese al traste con sus ambiciosos planes para convertirse en el mayor vendedor de móviles del mundo, Huawei empezó a explorar otras categorías como el audio, los portátiles o las tabletas con más interés todavía. Fruto de esa exploración surgió Matedpad Paper, un interesante debut. ¿Suficiente para convencerte?

¿Qué nos ha gustado? Lo primero que llama la atención es que incluye tanto el lápiz digital como la funda protectora, por lo que no se necesitan compras adicionales. Es un dispositivo de 10,3 pulgadas que se siente robusto y seguro pero no se siente pesado. Es cómodo de manejar y el lápiz responde bastante bien. Al igual que el Kobo o el Kindle Scribe nos permite ajustar la luminosidad y el tono de la retroiluminación. El lápiz tiene un buen tiempo de respuesta, permite tomar notas con la pantalla bloqueada así como transformar el texto manuscrito a notas y funciona con relativa eficacia.

Además cuenta con un sensor de huellas para desbloquearlo fácilmente. Este Matepad Paper es el más ambicioso de todos, ya que funciona con HarmonyOS y permite la instalación de aplicaciones de Android, incluso juegos, aunque muchas de ellas no tienen sentido debido a la latencia de la pantalla. Gracias a esto podemos instalar también Drive, Dropbox y otros servicios similares. Funciona como un disco duro, así que es fácil conectarlo al ordenador y arrastrar archivos. Sin embargo, si buscas algo que también te permita navegar por webs y leer el periódico, es la que cuenta con una navegador más capaz, ya que se puede utilizar hasta la versión web de Gmail o incluso ver YouTube. Cuenta con 64 gigas, lo que debería ser más que suficiente.

¿Qué no nos ha gustado? El tema de las aplicaciones es muchas veces engorroso, porque hay que andar instalado APKpas y muchas veces dan errores aunque puedan parecer compatibles. Además, llama la atención cómo a veces funciona a tirones y es menos fluido que el resto de competidores. Acciones sencillas, a veces, se demoran más de la cuenta. Las pantallas de tinta electrónica no son tan rápidas como las LCD o las AMOLED; pero aquí llama la atención, a pesar de que este es un aparato con muchas más ambiciones. No pretende ser un lector de e-books o un simple bloc de notas digital. Es lo más parecido a una tableta que hay en este artículo.

La sensación de escritura está un paso por detrás, aunque no resulta nada desagradable y es bastante realista. La pantalla sufre de quemados temporales que a veces pueden resultar molestos si estás navegando por una noticia o similar. El panel de tinta electrónica ofrece la resolución más modesta de toda esta selección. Teniendo en cuenta que sirve también para visitar webs o leer prensa online, se agradecería un extra en este sentido. La batería, haciendo un uso mixto, te dará para cerca de una semana. Es una buena marca, pero no tan impresionante como otras.

________________

El Confidencial elabora estas reviews, comparativas y guías siguiendo un criterio estrictamente editorial. El equipo detrás de ¿Me lo Compro? tiene en cuenta tendencias, actualidad del sector, interés de la audiencia así como criterios de calidad y precio para la elección de los productos y servicios que analiza. Las muestras han sido facilitadas por las compañías de manera temporal, sin ningún tipo de contrapartida, compromiso de publicación o beneficio de cualquier otra naturaleza.

El texto incluye una selección de botones/enlaces para comprar el producto al menor precio posible. El Confidencial puede generar ingresos por las ventas de estos productos, pero la inclusión de estos enlaces cumple una mera función de servicio al lector dentro de un contenido periodístico. El sistema de afiliación y la publicidad programática son las únicas vías de monetización de la sección ¿Me lo Compro?, además de las suscripciones al periódico que generan estos contenidos. En ningún caso se publican contenidos o análisis patrocinados.