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7 días con la última joya china: pagar 790€ por un Xiaomi ya no es un disparate
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PROBAMOS EL MI 11

7 días con la última joya china: pagar 790€ por un Xiaomi ya no es un disparate

El fabricante asiático es el rey de los terminales baratos, pero pocos piensan en ellos cuando se trata de 'smartphones' más caro. Algo que igual cambia gracias al Mi 11

Foto: Foto: EC
Foto: EC

Xiaomi se rige con la ley del bazar chino del barrio. Se trata de una fuerza de la naturaleza no escrita que provoca una suerte de efecto gravitatorio de gente que peregrina a un establecimiento así, donde hay de todo, con el fin de encontrar, por ejemplo, una vajilla modestita, unos trapos de cocina o un destornillador. La premisa es que, sea cual sea la compra, haga un apaño, pero sobre todo que sea barata. Y uno acude allí porque las cosas siempre están tiradas de precio. Otra cosa diferente es cuando uno quiere encontrar, por ejemplo, un taladro en condiciones.

Hay bastantes probabilidades que sea el último sitio al que acudirías en busca de algo así, aunque es probable que en una de sus estanterías puede haber algo así. Con el fabricante asiático pasa lo mismo. Si uno quiere renovar el 'smartphone' por 200 o 300 euros es la primera marca que le viene a la cabeza. ¿A base de que lo han conseguido? De terminales chollazo que exprimen hasta el último céntimo para darte lo mismo que otros que te piden 30 o 40 doblones extra. La jugada les ha funcionado. En España, país de móviles baratos, son el número uno, según Canalys.

La cosa cambia completamente cuando hablamos ya de gente que quiere invertir varios cientos de euros. Ahí ya empiezas a jugar en terreno de los últimos iPhone y otros Android pata negra. Siempre viene bien ahorrarse algo, pero no es lo primordial. Cuando se quiere algo 'low cost', hay cierto consenso en torno a la idoneidad de comprarse un aparato de Xiaomi, ¿pero merece la pena dejarte 800 euros en uno de estos aparatos y pasar de marcas como Apple o Samsung? He estado una semana larga probando el Mi 11. Probablemente te pierdas en un catálogo tan caótico como este. Basta con saber que 'grosso modo' es el equivalente al Galaxy S21. Tiene algunas bazas reseñables, como una muy buena pantalla y un diseño ligerísimo a pesar de ser un teléfono grande. Pero también tiene algunas cosas mejorables. Pero a la hora de la verdad, el punto de cocción es realmente interesante.

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Foto: M. Mcloughlin

Hace cinco años no hablaríamos de este Mi 11 como un 'smartphone' cualquiera. Hablaríamos de un 'phablet'. Pero lo que hace un tiempo era una horma gigantesca, ahora se ha vuelto la norma. También es cierto que la tecnología ha evolucionado permitiendo meter paneles más grandes en un cuerpo más compacto. Pero sigue siendo XL. El terminal maneja 6,81 pulgadas de pantalla. Es generoso. Si te gustan los móviles realmente compactos, huye y no mires atrás. Pero a pesar del tamaño, creo que han logrado un móvil relativamente ligero y cómodo de manejar. El peso está bien repartido y el agarre se facilita por los bordes curvos en ambas caras.

Porque Xiaomi cumple, en lo que se refiere al diseño, con todos los cánones que se han impuesto en los móviles más caros. Pantalla (agujereada) y trasera con curvas, un acabado mate que cambia de color con la luz, marco de aluminio, Gorilla Glass Victus (cristal templado de última generación), puerto USB tipo C, nada de jack para auriculares... ¡Ah! Y un módulo de cámara de esos que rompe la armonía del diseño, pero a los que nos hemos acostumbrado después del iPhone 11, los Samsung... Es como si, fruto de la evolución, empezase a haber personas con una oreja en la nuca. En las primeras las miraríamos con extrañeza, pero luego sería el pan de cada día.

El Mi 11 cumple los cánones de un móvil de alta gama. Y es cómodo, a pesar del tamaño

El panel, un AMOLED, es una de las mejores pantallas que puedes encontrar a día de hoy. La resolución es de 1440 x 3200 píxeles, La densidad es de 515 píxeles por pulgada. Cuenta con HDR10+, el pico de brillo es de 1.500 nits y el contraste tiene una buenísima relación. ¿En qué se traduce esto? En una imagen muy nítida, una luminosidad que te dará para trabajar en un amplísimo abanico de situaciones -algunas veces tendrás será mejor que lo ajustes tú a mano- y que todo se ve muy bien. En el color y los ángulos de visión también aprueba sobradamente. El desbloqueo por huella también responde como se espera.

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Foto: M. Mcloughlin.

Uno de sus puntos fuertes es tener la posibilidad de tener una tasa de refresco de hasta 120Hz a máxima resolución. Puede parecer un detalle nimio, pero la verdad una vez te acostumbras a esta tecnología y te la quitan se echa en falta. Se puede vivir sin ella, sí. Pero no en un teléfono de este precio.

Todo se siente más fluido, más suave, más engrasado. Además en el Mi 11 esto se ajusta automáticamente dependiendo lo que esté reproduciendo el teléfono. La mejor noticia es que acierta, sin crear la sensación de que algo va más lento de lo que debería. La guinda la pone una protección contra toques fantasma, que reduce una de las principales molestias de las pantallas curvas: esas pulsaciones accidentales que activan el panel. El sonido, firmado por Harman Kardom, emana de dos altavoces estéreo ofreciendo la suficiente claridad.

Quizás lo bueno y lo malo te suene de otros móviles. El mérito del Mi 11 es igualarlos

Es probable que todo esto te suene. Que ya lo hayas oído en otras 'reviews' y pruebas de producto. Quizás te vaya a pasar lo mismo con el resto del texto. Ahí está el mérito de este Mi 11. Está a la altura del resto de competidores, aunque estos supongan un desembolso de cien o doscientos euros más. Bajo el capó tenemos el Snapdragon 888 de Qualcomm, conjuntando con una GPU Adreno 666. La RAM es de 8GB y la memoria, no ampliable por microSD, es de 128 o 256GB. El almacenamiento, por cierto, funciona bajo el estándar UFS 3.1, que garantiza un buen ritmo a la hora de leer y escribir datos.

El rendimiento del teléfono me ha dejado realmente muy buen sabor de boca. Aguanta cualquier tarea que le eches. Desde juegos hasta incluso edición y recortes de pequeños vídeos. Con 8GB de RAM tiene pulmón suficiente. Es más creo que si el teléfono está bien calibrado cuando sale de fábrica, esta cifra debería ser más que suficiente para cualquier mortal. Particularmente me entran dudas de que con 12GB se pudiese comportar mucho mejor que con 8. Sobre la memoria, solo decir que 512GB de memoria siempre me han parecido un guarismo exageradisimo que absolutamente nadie necesita. Cualquier puede vivir sobradamente con 128 o 256. No hay discusión en este sentido. En el apartado de conectividad no deja lugar a la crítica. 5G, Wifi 6, Bluetooth 5.2, NFC... No se puede pedir más.

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Foto: M. Mcloughlin.

En el apartado de autonomía, manejamos una pila de 4.600 mAh. Se aleja de la cifra mágica de los 5.000 mAh, pero eso hubiese supuesto añadir más peso y más grosor. Lo compensan con carga rápida de 55W (el cargador si viene incluido en la caja en la versión que se vende en España) y con carga inalámbrica de 50W. ¿Cómo rinde? Uno podía pensar que los 120Hz podía ser una mochila lo suficientemente pesada como para impedir llegar al fin del día. No hay que olvidar que Apple, por ejemplo, ha renunciado a esta tasa de refresco, ya que con el salto al 5G, podía haber dejado tiritando la batería de los nuevos iPhone.

Las jornadas que no he renunciado a ello he llegado a última hora por debajo del 15% de batería. ¿Esto qué significa? Que si eres intenso y no tomas medidas, te dará para pasar el día y ya. Si tomas precauciones y cuidas ciertos aspectos, puedes estirar hasta jornada y media. No es espectácular pero es una marca muy digna. Si ves que vas a andar justito al empezar el día, la carga rápida te da en 25 minutos la mitad del depósito. Eso es menos tiempo del que tardas en vestirte, ducharte y ponerte un 'cafelazo'.

Cámara muy solvente, no puntera

Esto es el apartado en el que quizás donde más peros se le pueda poner: la cámara. Tenemos una cámara triple. Está conformada por un sensor principal de 108 megapíxeles, un ultra gran angular de 13 megapíxeles y un 'telemacro' de 5 megapíxeles. El prescindir de un telefoto resulta extraño, más aún cuando se sustituye por un sensor que no creo que mucha gente le vaya a sacar excesivo partido. También es de ley decir que el común de los mortales muchas veces tampoco saca mucho partido cuando tiene un zoom óptico (el que se hace mediante hardware) que a uno digital.

Lo que hace este teléfono es hacer un recorte de la foto principal a la hora de sacar una foto con un encuadre más cercano y cerrado. Obviamente si tienes buen ojo, notarás como ciertos detalles y ciertas texturas se reflejan mejor cuando tienes una lente dedicada para hacer zoom. Aunque no la tenga, el Mi 11 puede hacer en condiciones normales de luz un papel solvente disparando con dos aumentos o por cinco. Con diez ya empieza a flojear y con 30 sufre bastante. Va con la lengua fuera.

Esa precisión 'extra' en detalles y texturas también lo encontramos cuando disparamos con 108 megapíxeles con estabilizador óptico. Pero no me parece una diferencia tan abismal como para estar tirando fotos a esta resolución. Es más cuando disparas a una cifra menor, el sensor hace 'pixel binning' (agrupamiento de píxeles) para capturar más luz. Se nota especialmente cuando haces fotos con esa pieza y con el gran angular por la noche.

Creo, en líneas generales, es una cámara buena. No es el mejor gran angular del mercado, pero ofrece un buen resultado. Ocurre lo mismo con el macro. El modo noche está en esta misma línea, rescatando bastante bien zonas poco iluminadas sin hacer nada estrafalario tanto con cualquiera de los tres modos.

¿Dónde le veo cierta flojera? En el modo retrato. No porque no recorte bien (el mérito lo consigue gracias al procesado agresivo que realiza tras tomar la foto), sino porque no termina de darle un resultado natural. Cuando se pierde luz, flojea. Pero este es un pie del que hemos visto cojear ligeramente a otros Android de alta alcurnia alta gama, como los Samsung Galaxy S21, algunos Oppo o algunos Huawei.

Los reyes absolutos siguen siendo en este sentido Apple y Google con sus Pixel. Sobre el vídeo comentar que puede grabar hasta en 8K a 25 o 30 fps por segundo. En el caso de que optemos por 4K esa referencia sube hasta los 60fps. La cámara frontal ofrece un buen resultado, con tomas relativamente claras y un efeco 'bokeh' bastante decente. En lo que se refiere a la fotografía y el vídeo, se puede resumir que, aunque este Mi 11 no vaya a estar en el podio del año, sí que es lo suficientemente versátil y solvente como para estar en el pelotón de cabeza. Eso significa que a la gran mayoría de usuarios les va a cubrir sus necesidades.

No es que sangren los ojos, pero el modo retrato y MIUI 12 es donde más margen hay

Su principal carencia, en mi opinión: necesita mejorar el modo retrato (algo que, afortunadamente, lo pueden hacer mediante una actualización de software). Podéis ver una muestra de fotografías en la galería que tenéis enlazada más arriba.

El software no es otro que Android 11 embadurnado con MIUI 12. Y digo embadurnado porque me parece que Xiaomi debería hacer un trabajo de chapa y pintura en su capa de personalización para aproximar la experiencia más a la de un Android puro y casi sin aditivos. Este problema tampoco es exclusivo de este fabricante. Otras capas como la de Samsung o la nueva de OnePlus, en su legítimo intento de diferenciarse del resto, también han tropezado en mayor o menor grado en esa misma piedra. Eso sí, el sistema operativo es muy estable y los problemas e interrupciones en esta semana han sido mínimos.

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Foto: M. Mcloughlin

Dicho todo esto cabe insistir en que no es ninguna locura pensar en un Xiaomi para un alta gama. Creo que este 2021 les ha servido para dar un paso en firme en temas como el rendimiento o la pantalla que les acerque más a los puestos de 'Champions'. Las diferencias, que algunas hay, son cada vez menos importante. Es más, hay partes mejorables (un móvil de 790 euros te va a dar una buena experiencia, no tiene errores graves) que también lo son en terminales más caros y de más prestigio.

Sin embargo tiene que hacer frente a una realidad. Por este precio no compite solo con otros Android, como ocurre en la gama baja, sino también con Apple. "Por ese precio me compro un iPhone". Es una frase manida hasta la saciedad. No es que haya personas que no se quieran comprar un smartphone Android de alta gama, sino que hay muchos que no se compran un teléfono de la manzana por el precio y tienen que recurrir a este sistema operativo. Lo destacable es que ahora Xiaomi tiene una opción interesante para competir por los que tengan billetes y no quieran saber nada de iOS.

Xiaomi se rige con la ley del bazar chino del barrio. Se trata de una fuerza de la naturaleza no escrita que provoca una suerte de efecto gravitatorio de gente que peregrina a un establecimiento así, donde hay de todo, con el fin de encontrar, por ejemplo, una vajilla modestita, unos trapos de cocina o un destornillador. La premisa es que, sea cual sea la compra, haga un apaño, pero sobre todo que sea barata. Y uno acude allí porque las cosas siempre están tiradas de precio. Otra cosa diferente es cuando uno quiere encontrar, por ejemplo, un taladro en condiciones.

¿Me lo compro?