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A pie o en bicis públicas: así malviven los repartidores 'ilegales' de comida a domicilio
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ES COMÚN VERLES EN EL METRO

A pie o en bicis públicas: así malviven los repartidores 'ilegales' de comida a domicilio

Aumentan las tretas para aquellos que quieren ganarse unos euros gracias a Deliveroo o Glovo. Hay quien incluso utiliza cuentas de otros para no darse de alta en autónomos

Foto: Un repartido de Deliveroo. (Reuters)
Un repartido de Deliveroo. (Reuters)

Primer viernes de febrero. Diez de la noche. Alberto, un nombre ficticio para mantener su identidad, entra en el McDonald´s de Cuatro Caminos. Se quita uno de los guantes para abrir la aplicación de Glovo mientras descarga la mochila. Revisa y pregunta por el pedido de turno. Le quedan “dos minutitos”. Abre una app de transporte y consulta el tiempo a destino. No reparte ni en bici ni en moto. Tampoco en coche. “Lo hago a pata, tirando del abono del metro”, cuenta.

Tiene 20 años. Es estudiante. “Pago los 50 euros de autónomo. En un finde me lo pulo y el resto es para tener yo algo de dinero, que en mi casa no pueden dar porque no hay”, añade. No acepta pedidos automáticos. “Tengo que controlar todo para llegar en un tiempo relativamente rápido. Por eso me quedo aquí”. Tiene varias cadenas de comida rápida y un supermercado 24 horas en esa misma zona. “Algún pedido entra, pero sobre todo son las hamburguesas”.

Foto: Foto: A. P.

Alberto no deja de mirar al mostrador. “Tengo aquí tres líneas de metro y algún que otro bus. Me apaño bien”, remacha. “Tengo claro que no puedo repartir igual de rápido que en moto, así que no voy a sumar en la puntuación para coger otras horas. Así, que nada viernes, sábado y domingo a currar”. Coge la bolsa y lo mete con cuidado en la mochila. “Anda, me voy. Si te quedas aquí, seguro que ves a algún otro como yo”.

"Es fácil verlos en el metro"

placeholder Varios 'glovers' hablan en la puerta del McDonald´s de Cuatro Caminos. (M.MC)
Varios 'glovers' hablan en la puerta del McDonald´s de Cuatro Caminos. (M.MC)

Llegan varias bicis. Alguna que otra moto. Aunque van acelarados, se forman corrillos de pocos minutos entre los que llegan, estaban y los que están a punto de irse. La estampa recuerda al de las paradas de taxis: 'charleta' para animar la espera.

Se ven mochilas de Uber Eats y Deliveroo en esa misma zona pero las amarillas de Glovo son mayoritarias, especialmente delante del McDonald´s. “Si he visto a personas que van andando... ¿que qué opino? Puff, no es mi problema”, espeta uno de ellos. “Yo siempre lo hago en bici y punto. No me preocupo por el resto, pero si lo piensas toca un poco las narices que aquí yo me deje la pasta en una bici y otros no”, continúa. “Si vas en metro a ciertas horas, los ves fácilmente. Y cada vez más. No se esconden. Yo les veo entrar y salir a sus anchas".

placeholder Uno de los 'glovers' que cargó en el McDonald´s de Cuatro Caminos y se metió al metro. (M.MC)
Uno de los 'glovers' que cargó en el McDonald´s de Cuatro Caminos y se metió al metro. (M.MC)

Tras esperar un buen rato en el mismo punto, sale del metro otra persona cargado con una de las bolsas de estas plataformas. No quiere hablar. Tras mucha insistencia se para. Siempre que no diga ni su nombre ni la plataforma para la que lleva pedidos. Tiene 38 años.

Cuentas compartidas

Es latino. “Llevo tres semanas en España”, cuenta tímidamente, en voz muy baja. No es su cuenta. No es ni autónomo. Es la de “un amigo de un conocido”. “Me llevo yo la mayoría de lo que saco..y él, bueno, así cubre más horas. Y lo hace con más gente”. Se calla. Ha aparecido otro repartidor. Se despide y se marcha.

Hay casos en los que uno se da de alta y comparte la cuenta con otros para cubrir más horas

No es la primera vez que veo algo así”, explica Javier, un repartidor de Glovo que prefiere mantener su nombre real bajo. Lleva más de año y medio militando, aunque ya están bandeja de salida. “Antes del cambio al tope de las 13 horas, se podía trabajar hasta 24 horas, sin límites”, aclara. “Había gente que se organizaba así. Mi supervisor mi contó que en la empresa habían detectado algún caso de gente con cuentas compartidas”.

Bicis municipales

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Pero, ¿está permitido hacer esto? ¿Repartir a pie y en metro? La respuesta es no. Tanto en Glovo, Deliveroo y Uber Eats insisten: a la hora de darse de alta, uno tiene que contar con su moto o su bicicleta. Incluso hay quien lo hace en coche, según lo que cuentan las diferentes fuentes consultadas. “Son trabajadores autónomos que trabajan con sus propios medios”, responden desde Glovo.

A la hora de escoger el medio de transporte también hay agujeros en la normativa. Servicios compartidos. Cada vez es más común ver a los 'riders' en las bicis eléctricas del servicio municipal BiciMAD. En la capital, más de un usuario se ha quejado de ver a repartidores de estas plataformas tirando de BiciMAD. Es más sólo hace falta echar un vistazo a Twitter para encontrarse con varias de estas reclamaciones.

La cuestión aquí no es tanto si las normas de la empresa lo permiten o no. Están, por así decirlo, en un vacío legal. "Somos invisibles para ellos". Lo que si que infringen son los términos de uso de BiciMAD. Contactos por Teknautas, al cierre de este artículo, la Empresa Municipal de Transportes de Madrid no ha respondido a las dudas. Sin embargo, anteriormente, desde la cuenta en la red social de BiciMAD ya se ha dejado claro “que no está permitido el transporte ni con fines comerciales”.

"Viven de la necesidad de la gente"

placeholder Un repartidor de Glovo. (Glovo)
Un repartidor de Glovo. (Glovo)

“Ellos se venden como meros intermediarios. Descargan toda la responsabilidad en los trabajadores aludiendo que son autónomos”, comenta Ruben Ranz, coordinador de Turespuestasindical, la plataforma de UGT a disposición de los trabajadores de estas empresas. “Viven de la necesidad de la gente”, añade. "Además del gasto de la cuota de autónomos, hay que pagar la bolsa de reparto y, si no tienes, comprarte una bici. No es nada raro que surja gente que tiren de estas tretas. Si no hay dinero, lo hago andando y listo".

"Esto al final está fomentado por la tarifa plana de autónomos", aclara Ranz. "Acceden a mano de obra barata mientras tienen la cuota reducida. Ellos mismos lo tienen calculado: les duran como máximo dos años", remacha. "Por eso están dando 30 euros a los 'glovers' que les traigan uno nuevo".

Primer viernes de febrero. Diez de la noche. Alberto, un nombre ficticio para mantener su identidad, entra en el McDonald´s de Cuatro Caminos. Se quita uno de los guantes para abrir la aplicación de Glovo mientras descarga la mochila. Revisa y pregunta por el pedido de turno. Le quedan “dos minutitos”. Abre una app de transporte y consulta el tiempo a destino. No reparte ni en bici ni en moto. Tampoco en coche. “Lo hago a pata, tirando del abono del metro”, cuenta.

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